Acabamos el año 2014, una
temporada en la que he ido de comisario más veces que nunca, poniéndome el
casco en sólo una carrera.
Fui con mi bandera a las
paellas de la subida de Juncalillo, al stop de Risco Prieto en el rallye de
Santa Brígida, a los cruces de Corralillos y de Fontanales en el Gran Canaria
Historic Rallye, a la salida de Juncalillo en el rallye de Gran Canaria, a la
meta de la subida de Arucas, al parque de trabajo del Telde, a la salida de la
subida de Moya y a Las Vallas en el Maspalomas, de espectador acudí al rallye Islas
Canarias, a las subidas de Fataga y Tunte y creo recordar que a algún slalom, y además
disputé de copiloto el rallye de Teror. En total unas trece presencias,
saliendo de mi casa una media de algo más una vez al mes para estar en las
carreras. Todo ésto deja claro que me gusta esta historia, y si no fuera
por mi trabajo esa media hubiera subido algo más, y hasta cogido puntos fuera
de mi isla.
Como conclusión llegamos
al mismo punto de siempre en los últimos años. Los aficionados ya son muchos
menos que antaño, ahora se suelen dar cita en las cunetas gente que simplemente
va a los rallyes, como van a las romerías, a las verbenas, a los mogollones del
carnaval o al estadio (al césped concretamente), y eso lo “sufrimos” los
comisarios en nuestras carnes. Claro está que hay de todo y me atrevería a
decir que la proporción de buenos y malos está al 50%, y con esa mitad positiva
nos hemos de quedar, aunque al llegar a descargar al almacén del material de la
escudería después de cada carrera, habiendo estado 8 o 10 horas fuera de
nuestra casa, aguantando calor y/o frío, soportando burlas de poligoneros y
opiniones de “entendidos”, en mi cabeza siempre reside la mismo: “no vuelvo más”.
Pero luego llega la semana de la siguiente carrera y ahí estoy de nuevo,
preparado para lo que me manden. Quizás alguno de ustedes podrá pensar que me
pagan por todo eso, y está en lo cierto, pero entre la gasolina y los
suministros que llevo, la ganancia no compensa en absoluto. Siempre he sido
comisario por amor a este deporte y así llevo por lo menos quince años.
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Casi media vida de comisario |
De las carreras que fui a
ver me quedo con un “corte inglés” que nos llevó del tingo al tango y en el que
lo pasamos muy bien. El primer día con un tramo al que fui caminando habiendo
dejado el coche en mi propio garaje y en el que volví a notar la sensación que
siempre me recorre el cuerpo cuando se oye venir al primer coche, y luego se me
pusieron los pelos de punta al ver pasar a Raúl Quesada sin focos en aquella
cerrada noche. El sábado fuimos al salto de Arínez, a los Llanos de la Pes , a Tunte y a Las Vallas.
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Cortes de carretera al ladito de mi casa |
Del rallye que corrí
pues ya has podido leer las peripecias que viví a bordo del Clio de Jonathan
Nuez, terminando cuartos de la general.
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Meta del Teror |
Para saber que función
tendremos en el venidero 2015 hemos de esperar todavía un tiempo, como mínimo
un par de meses. Nuez quiere cambiar un año completo de subidas con un rallye por uno lleno de rallyes y alguna subida y me ha “tirado
los tejos” para que vaya con él. La cosa depende de patrocinadores y
presupuestos. Si consigue concretar dicho programa, es más que probable que sea
su copiloto, pero ahora mismo eso es mucho decir.
También existe la opción
de hacer algo con mi amigo Osmundo Ramírez.
Si nada de eso sale bien,
o si sale pero pocas veces, lo normal será que vuelva a ponerme el peto de
comisario, aunque esto lo tengo poco claro, ya que la víspera del aplazado rallye de Lanzarote al que iba a ir pero no fui, sufrí tremenda decepción al
ver como los mandamases querían que fuéramos al aeropuerto aun sabiendo que no
volaban los aviones a Guacimeta, y querían hacer el rallye poniendo en serio riesgo la
seguridad de las personas (en general). Lo vivido ese día pasa a formar parte
de los sumandos negativos (valga la contradicción) que he ido viviendo en mis
carnes protagonizados por los señores mencionados anteriormente, por lo que
dudo seriamente en prestar mi experiencia y mi tiempo para resolver problemas en la carretera de quien dirige el cotarro por google earth con la premisa de "esto es lo que hay".
Seguramente me pueda la “fiebre”
y acabe yendo, pero ya nada será como antes, porque la edad y los palos van
restando ilusión. Y si no corro y no voy de comisario, iré de aficionado, que seguramente es como mejor se pasa.
En fin, me voy despidiendo
ya, no sin felicitar a tod@s los que han conseguidos sus objetivos esta
temporada, simplemente llegando a todas
las metas posibles.
Ojalá el 2015 también esté
lleno de metas, personales y deportivas, chicas o grandes. Mis mejores deseos para que eso ocurra.