Después de estar todo este 2008 sin
correr por decisión propia pero estando metido de lleno en el mundo de los
rallyes, bien colaborando con la Escudería
Aterura o bien ayudando en todo lo posible a Raúl Quesada en
su aventura nacional… me toca correr.
Desde principios de año, he
intentando no perder el contacto con los componentes de Flamer Motor Sport,
sobre todo porque hemos hecho una amistad que no se olvida fácilmente. Mi labor
de buscar copiloto para el nacional no salió todo lo bien que esperaba, ya que
debido a unas u otras razones, Raúl ha tenido que correr con 4 copis diferentes
en 6 carreras.
Cuando quedaba sólo una, en la que el
único objetivo era terminar y quizás no importara mucho quien fuera el
copiloto, salió a la luz el verdadero objetivo de todo esto: pasarlo bien.
Raúl ha sufrido mucho dentro del
coche, tanto del de entrenamientos como en el de carreras. En la última prueba
del año sólo le apetecía una cosa, sólo quería divertirse.*
LUNES
10 DE NOVIEMBRE
Octavio cree que para que eso* pase,
tengo estar yo en el sillón derecho, y decide ponerse en contacto conmigo vía
mail comentándome que si puedo ir a correr el Shalymar con ellos. Él se
encargaría de todos los gastos. Me lo pienso y finalmente decido responderle
afirmativamente.
MARTES
11 DE NOVIEMBRE
En unas pocas horas ya tenemos todo
el papeleo hecho y mi solicitud de Permiso por Prueba iba camino del
departamento de licencias de la
RFEDA.
Reviso si tengo todo lo necesario en
cuanto a la labor del copiloto se refiere. Me faltan algunas cosas que consigo
sin demasiados problemas.
JUEVES
13 DE NOVIEMBRE
Ya tengo número de Permiso por
Prueba. Es el PPC-79-C. Ahora a esperar que llegue la tarjeta antes del martes
por la tarde para poder llevarla yo, o antes del miércoles por la tarde para
que la lleve Octavio, y si no, a convencer al de las Administrativas para que
consulte en Internet que mi DNI tiene concedido ese Permiso por Prueba de la RFEDA.
SÁBADO
15 DE NOVIEMBRE
Han publicado la lista de inscritos.
Somos el número 67 ya que han colocado al Desafío casi al final. Haremos 5
tramos de noche de los 13 que tiene el rallye. La parte positiva es que si esta
el piso mojado, se irá secando con 66 coches por delante. Lo malo es que si hay
tierra, mucha más habrá cuando pasemos nosotros. Raúl y Octavio parten hacia
Barcelona para revisar el coche y dejarlo preparado para la semana que viene.
Les dije que comprobaran que el flexo para leer notas funciona bien. El parte
meteorológico dice que no lloverá los días de carrera, pero que las
temperaturas van a ser muy bajas, así que todo parece indicar que habrá placas
de hielo en algunos tramos y podría haber nieve. No he corrido nada este año, y
en un rallye sólo voy a tener tramos de día, de noche, secos, mojados, con
hielo y quizás nieve, con tierra y un circuito (2 pasadas al Jarama).
DOMINGO
16 DE NOVIEMBRE
Hoy he estudiado detenidamente el
reglamento definitivo. No dice nada que no sepamos. En cuanto a los
reconocimientos, tengo la sensación de que tendremos que andar muy rápido entre
tramo y tramo para llegar a tiempo a dar las 3 pasadas correspondientes. Decir
que son extraños, ya que el miércoles iremos a los tramos que se correrán el
viernes por la noche, y el jueves a todos los demás, volviendo a los del día
anterior, por lo que iremos bastante apurados. Allí se verá. El reglamento no
aclara si el sábado saldremos a correr según la clasificación del viernes, o
seguiremos manteniendo el orden de la lista de inscritos. Poco importa, es una
simple curiosidad de aficionado.
Se comenta que en el circuito del
Jarama van a poner tierra, chicannes, mojarán curvas y demás chorradas. Como
habremos patinado poco con hielo y humedades y cortando por encima de cunetas
llenas de tierra y barro, al pasar por el Jarama, más trampas. No importa,
estoy mentalizado total para pasarlo bien, y nada de eso va a cambiar mi
planteamiento. Sólo espero que tanta dificultad en el piso no nos haga cometer
un error definitivo. Confío en que no será así.
LUNES
17 DE NOVIEMBRE
Hoy hice la maleta, teniendo en
cuenta el frío que nos vamos a encontrar y como siempre, calculando las piezas
de ropa que me harán falta. Al final consigo que entre la bolsa del mono y mi
mochila de copiloto, me quepa todo lo que no quiero facturar, por si acaso.
MARTES
18 DE NOVIEMBRE
Durante la mañana he hecho lo que
tenía que hacer desde un principio sin contar con el rallye. Mi tabla de
gimnasio y mis dos horas de estudio. Con todo controlado aparentemente, nos
vamos al aeropuerto. Lo más destacable del vuelo es que al ser un avión no muy
grande, el casco de Raúl no cabe en el maletero superior. Yo meto mi bolsa del
mono pero no cabe y empujo fuerte hasta que la azafata me dice: “¿es otro
casco? No, es el mono… y oigo TOC!! Ah sí, el casco también lo puse en esta
bolsa, con razón no cabe. Nos reímos todos. Al llegar a Barajas debemos caminar
hasta la T 1 para
alquilar el coche, un C2 VTR nuevito. El GPS nos indica una ruta a seguir para
llegar al hotel, pero está cortada por obras, por lo que le preguntamos a un
obrero que nos contesta algo así como: “tutuususuututususuuu puente,
tutuusususutututu M40” Yo por lo menos entendí puente y M40, Raúl no entendió
nada. Vaya recibimiento a la capital. Tirando de mapa e intuición, en media
hora llegamos al hostal, en San Agustín de Guadalix, a 5 minutos del Jarama y a
20 de los tramos. Buen sitio.
MIÉRCOLES
19 DE NOVIEMBRE
Nos levantamos a media mañana,
desayunamos con Ivan Ares y su copi Bañobre y nos vamos al circuito del RACE,
donde hacemos la cola para la entrega de documentos de entrenos. Al llegar mi
turno digo que soy el 67, por lo que la muchacha me saluda con un “que tal
Pablo”. No, yo soy Dani, de Teror. Hay cambio de números en la lista y nadie lo
sabía. Somos el 54. Nos da tiempo de saludar a Armide y a Solá. A los demás no
los conozco, sólo a algunos de vista.
Por la autopista se ven unas montañas
nevadas, una imagen preciosa. Por ahí no puede haber carreteras, supongo. No,
ya verás.
De los reconocimientos reseñar que lo
peor fue que el C2 tenía un problema eléctrico que casi nos deja tirados, pero
que Raúl consiguió solucionar con unos alicates prestados por Carlos del
Barrio. Lo mejor es que el ritmo es bueno, el road book está bien y no me noto
muy oxidado. Casi terminando, el termómetro del coche marca 3 graditos, y las
placas de hielo son constantes. Raúl me dice: “escribe eso en letras grandes”. Más
bien será que se lo cante alto ¿no? Llegamos al hotel cansados, pero
satisfechos porque hicimos todo lo que había que hacer, avería incluida.
JUEVES
20 DE NOVIEMBRE
Suena el despertador temprano.
Mientras desayunamos, con los horarios que tenemos que cumplir, mi mapa y nuestra intuición trazamos el plan de
entrenos. Anduvimos a la carrera por los enlaces para que nos diera tiempo.
Mereció la pena, porque al final del día habíamos dado las 3 pasadas por todos
los tramos. A algunos participantes no les dio tiempo, aunque seguramente ya
habrían dado algunas… en otra ocasión.
Contarte que fue gracioso empezar a
subir por una carretera y al llegar al final de la subida, ver como todo estaba
cubierto de nieve. Todo menos la carretera, menos mal. En otro tramo,
terminamos la subida y vemos un cartel que dice: BIENVENIDOS A SEGOVIA,
PROVINCIA DE CASTILLA Y LEÓN. Toma ya, cambio de Comunidad Autónoma y todo.
Como el Tour de Francia, que pasa por 3 países sin ser Francia. Esas carreteras
me recordaron al ciclismo, ya que eran una subida muy empinada que acaba en una
cresta y luego una bajada pronunciada sobre la marcha. Tanto me recordó que en
el suelo de varios sitios había pintadas de ánimo para algunos corredores de la
bicicleta de hace unos años. En algunos momentos del día, el termómetro marcaba
-3º. Sobra decirte que no me bajé del coche ni una vez.
Al llegar al Jarama, Octavio y
Antonio ya están en el Parque de Trabajo. Toni, el mecánico habitual del equipo
no pudo venir por tener faena en las 24 horas de Montmeló. El Jarama es medio
caos porque la gente anda por allí sin problemas, en medio de todas las carpas
y coches de carreras. En ese ratito veo el coche por primera vez en directo y
me siento en mi backet. No noto nada especial. Paso las verificaciones
administrativas, en las que pusieron especial énfasis en la licencia de
concursante (como debe ser) y donde tenían una copia de mi Permiso por Prueba.
Nos vamos a dormir, que ha sido un día largo.
VIERNES
21 DE NOVIEMBRE
Durante la mañana no ocurre nada
especial. Los coches grandes hacen el shakedown en el propio circuito del
Jarama y nosotros hacemos tiempo para verificar. Me ajusto los cintos, coloco
mi crono, mi bolsa… digamos que pongo a mi gusto la zona que “me pertenece” del
coche. Tengo algunas dudas, como lo del orden de salida del sábado, las salidas
y entradas al Parque de Trabajo en aquel sitio tan enorme… No nos dieron plano
del lugar, así que pregunto a los “Relaciones con los Concursantes” que tienen
respuestas para todo. Me encantó como trabajaban, efectivos y amables. El amigo
Edu se deja caer por la asistencia y nos hacemos una foto para el recuerdo.
Nos toca verificar. Me gustaron las
verificaciones. Según Octavio, no suelen ser tan exhaustivas nunca, pero allí
lo fueron. Miraron todo el coche, por dentro, por fuera, luces,
limpiaparabrisas, número de chasis, de todo. Al salir de esa zona, tres
Guardias Civiles te pedían los papeles del coche, comprobaban que estaban en
regla, que teníamos seguro en vigor, que la licencia del piloto estaba bien y
no se cuantas cosas más. Luego tocaba pasar por la báscula de la RFEDA y por último, te
instalaban el GPS. En total, media hora verificando. Si eso lo hacen en
cualquier rallye de nuestras islas, salen a correr 20 coches.
Tenemos toda la tarde libre, así que
al hotel a comer y descansar. Aprovecho en lo que los demás duermen para
corregir algunas notas que había cambiado en pleno tramo el día anterior
entrenando.
Es la hora. Pasamos por el podium de
salida, y nos vamos a correr. Antes del primer tramo hay un REA en Miraflores
de La Sierra. El
viento frío es tan fuerte que no hay quien se baje del coche. Empezamos bien.
Hay que calentar los neumáticos durante algunos kilómetros haciendo giros bruscos
y tirando del freno de mano debido a las bajas temperaturas del asfalto. La cabeza
se me iba a arrancar antes de cada tramo con tanto tumbo. Esto fue durante todo
el rallye. Los tres tramos los hacemos a buen ritmo, destacando sobre todo la
última parte del tercero, que no es que tuviera baches, es que era todo un gran
bache. Acabamos la noche 5º del Desafío, con la impresión de que si el rallye
siguiera siendo nocturno, podríamos mantenernos ahí. Nos acostamos a las 2 de
la mañana.
SÁBADO
22 DE NOVIEMBRE
El día empieza tempranito, a las 7 de
la mañana estamos alrededor del 206. Sabemos que va a ser complicado mantener
la posición, pero tenemos que hacer lo posible por no bajar del séptimo puesto.
Los dos primeros tramos están menos helados que el jueves, pero más mojados.
Impresiona correr viendo las cunetas y los montes de los lados de la carretera
totalmente blancos de nieve y hielo. Habíamos montado gomas de seco y perdimos
algo de tiempo. Los patinazos eran casi en cada curva. El tercero era el famoso
tramo de La Cabrera. Tenía
5km solamente. Era todo recto con dos o tres paellas, pero de fácil que parece,
es complicado. Nos cayó bastante tiempo allí, pero estamos aún en la lucha.
Paso por la asistencia y repetición de los tramos, ahora con gomas
de agua. La cosa sale un poco mejor que antes, y seguimos peleando. Esta pasada
por La Cabrera
se neutraliza por la gran cantidad de público, cosa que nos viene de lujo. Para
llegar al Parque de Trabajo… caravana en la autopista. Ares y un Swift se meten
por el arcén a 100 por hora. Nosotros, que somos canarios y no menos listos que
nadie, detrás. Gracias a eso, porque aun así, llegamos justitos al control.
Asistencia de más tiempo, en la que
me da tiempo de comerme un bocadillo de lomo con queso que me sabe a gloria. El
viernes nos acostamos sin cenar y a esa hora todavía no habíamos desayunado.
Bendito bocata.
Toca correr ahora en el Jarama.
Salida, 300, frenando para derecha 3 larga larga redonda… el coche se pone de lados y se oye
un ruido como de un deslizamiento suave. Normalmente cuando tenemos sustos,
Raúl siempre suelta un “yuos”, pero allí estaba en silencio. Fue un trompo raro
de 50 metros
en el que no tocamos nada ni perdimos nada de tiempo. Las gomas frías me dijo
después.
En la repetición del tramo 1 del día
anterior mejoramos un poco, pero está la cosa más delicada y decidimos no
volvernos locos. De camino al grande, La Puebla-Robledillo ,
nos ponemos a contar las horquillas que tiene la bajada del enlace para estar
entretenidos. Seis o siete creo que eran. Paramos 1km antes del Control
Horario, es media tarde, ya es de noche, y hace un frío que no te puedo ni
explicar. Al poco de salir, en una derecha no muy lenta, el coche se espanta de
atrás como había hecho muchas veces durante el día, pero esta vez… golpe a la
valla y trompo. Estamos en sentido contrario, con el coche calado y con el de
atrás… a punto de llegar. Encima este coche tarda un poco en arrancar, por lo
que fue una agonía. Avanzamos 20
metros para volver a virarnos al derecho. Salimos de
allí por encima de un talud, “acojonaos” por si llegaba otro coche. Perdimos 45
segundos. Por poco. De ahí a la meta, corrimos como locos, tanto que yo me quedo
atrás en una zona. No fue porque no iba a ritmo, era porque no me daba tiempo a
decir tantas cosas yendo tan rápido.
Al volver al Jarama, caravana de nuevo.
¿Por dónde recorrimos 6
kilómetros para llegar a tiempo? Sí, por el arcén.
Fuerte locura.
Último tramo del rallye, otra pasada
por el Jarama, al que se le daban 3 vueltas, por cierto, sin agua, tierra ni
nada de eso, sólo las dos chicannes de toda la vida. Al salir tenemos delante
un Swift. Raulito se tira encima para adelantarlo y tengo que decirle: “no
vaaaaaaaaaaaaaayas. Al final lo adelantamos en una zona recta sin dificultad y
sin peligro.
Al pasar la meta, Raúl me da las
gracias con lágrimas en los ojos. Lo mando a callar para no emocionarnos. Me
dice que gracias a mi ha terminado la temporada entera del nacional. Está
equivocado, la termina gracias a Octavio, Antonio, Toni y sobre todo a sí
mismo.
Se acaba el rallye, y el nacional.
Vallejo ganó pero perdió, y Raúl Quesada termina 6º del Desafío en el Shalymar
y 9º en la general de la temporada. En mi opinión no está nada mal, sobre todo
por la cantidad de kilómetros de aprendizaje que ha hecho, incluidos los 12 por
el arcén en esta carrera.
DOMINGO
23 DE NOVIEMBRE
Madrugón impresionante. Raúl y
Octavio parten hacia Barcelona a llevar el coche a los talleres de PCR,
mientras Antonio y yo nos vamos a Barajas para volver a casa. Compartimos vuelo
con Edu González, aunque vinimos los 3 durmiendo. A mediodía estoy en Teror, en
mi casa. Se acabó la historia.
Quiero terminar este pedazo de tocho
(perdón por extenderme tanto) haciendo una reflexión. Ir a correr un rallye de
estas características es bonito y hasta cierto punto ilusionante, pero es un
estrés. Entre reconocimientos y carrera, apenas levanté la cabeza del road book
durante los enlaces, y muchos menos la levanté de la libreta en los tramos. Fui
todos los enlaces, todos, haciendo cálculos de los kilómetros y minutos que nos
quedaban, para controlar el ritmo y para tener en cuenta que nos diera tiempo a
poner gasolina. No es complicado de hacer, ya que si el road book está bien
hecho, no representa complicación, pero si mucha concentración. Estar
concentrado durante 4 días casi enteros supone un agotamiento psicológico que
no veas. En los tramos, siempre hay tierra, siempre. En el nacional, los
pilotos punteros cortan todas las curvas, literalmente todas. Cuando entrenas
apuntas tierra en muchas, pero cuando llegas en carrera hay mucha más, y en más
sitios. Entre eso y las humedades, me pasé los tramos mirando con un ojo a las
notas y con el otro a la carretera, para cantar la nota con el añadido de
tierra, mucha tierra, barro, patina, húmedo, hielo y cosas por el estilo, todo
eso, casi siempre de noche. Llegaba a las metas como si hubiera venido
corriendo al lado del coche. No se pasa bien, de verdad te lo digo. No es
divertido todo eso. Yo no quiero ni querré cobrar, ni mucho menos, pero de doce
coches del Desafío que éramos, diez copilotos cobran por correr. Si no es por
dinero, casi ninguno estaría metido en este tema a ese nivel.
De todas maneras y a nivel personal,
me sentí más que satisfecho de mi labor, ya que Raúl estuvo tranquilo todo el
rallye, centrándose en lo suyo. El resto del año parece ser que no ha sido así.
No dejaba de repetirme: “tu no sabes lo que te echaba de menos”. Igual no es
para tanto, pero yo me sentí bien con sus palabras. Fui para que él lo pasara
bien y disfrutara, y creo que lo hizo, así que por mi parte, objetivo cumplido.
Nunca se sabe lo que va a pasar, y no
se puede escupir para arriba, pero en principio y casi seguro, creo que no
volveré a una aventura como esta a nivel nacional. No merece la pena, por lo
menos para mí. Preferiría hacer algo más “doméstico” y con un coche de mayores
prestaciones, siempre al lado de Raúl. A ver que pasa, pero mi pensamiento
ahora pasa por la duda de si vender el casco y el hans o seguir teniéndolos por
si acaso. Me hace bastante más falta el dinero que esos artefactos, pero… no sé
que hacer.
Muchas gracias a Octavio, Raúl y
Antonio Quesada por invitarme a ir a la sierra de Madrid, por tratarme a cuerpo
de rey y por hacerme sentir hábil y útil. Gracias al cubano que nos atendió en
el hotel. Era recepcionista, camarero y lo que hiciera falta. Un puntal el
muchacho.
Luego, de entre todos mis amig@s,
unos y otros me echaron un cable para que todo saliera bien. Unos me animaron a
ir, otros me prestaron cositas que no tenía, me mandaron referencias de tiempos
y me dieron las felicidades al final. La familia, que sin estar demasiado
conforme, apoyó la iniciativa de ir a correr, cosa que se debe valorar.
Como siempre, gracias a tod@s.
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Ahí vamos |
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Con Edu, haciendo patria |