Se acabó la
temporada 2005, y a punto está de irse ya el año. A nivel deportivo, hemos
contado muchas cosas durante estos meses, cosas buenas y divertidas y otras no
tanto. Finales felices casi todos, pero sufrimientos muchos. Desde ahora, en
este primer párrafo lanzo una pregunta que ni yo soy capaz de responder… ¿lo he
pasado bien con el casco puesto esta temporada? Si nos ponemos ahora a analizar
prueba por prueba, este ratito que te quito para que leas esto sería
interminable, así que mejor haremos balance general. Empezaré por los slaloms,
seguiré por el asfalto y acabaré mezclando ambas cosas, a ver cómo me sale. Era
el mes de abril cuando se me ocurre poner un anuncio ofreciéndome como copi en
un foro. A los pocos días me suena el teléfono. Alfonso Rivero se presentaba al
otro lado de la línea. Sería el principio de algo bonito. Seis carreras a bordo
del Starlet amarillo y azul, luchando todas en la clase 3, y consiguiendo al
final el subcampeonato provincial dentro de dicha clase, siendo esto rematado
con el mismo título en el regional, éste, a medias con Jorge Galván, que fue el
copiloto en el slalom de Fuerteventura. Con todo eso, Alfonso es subcampeón
regional y provincial, Jorge y yo subcampeones regionales y yo subcampeón
provincial. Buena combinación, creo. Fue un año fantástico, divertido,
entretenido, disputado… El Toyota, a pesar de ser motor 1.3, da una sensación
de velocidad impresionante, el paso por curva es bestial, me atrevo a decir que
es casi un Kit Car. Si no fuera por la competencia de los Lupo, posiblemente
motor 1.6, hubiéramos ganado más carreras. Para terminar con el repaso a la
tierra, agradecer muy mucho a Juan, “el preparador” por, como he dicho varias
veces, su buen hacer en el motor del coche. El rendimiento ha sido casi
inmejorable. Por supuesto, felicitar y dar también las gracias a Alfonso que,
con su dinero, ya que el sponsor que paga las carreras es su empresa personal,
ha sabido llevar a buen puerto los objetivos marcados a principio de año.
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Con Alfonso Rivero |
Cambiando el tercio, como si de toros se tratara, abordamos el tema del
asfalto. No tengo intención, ni ganas, de volver a recordar cada episodio de
los vividos este año a bordo del BMW 320. Tampoco quiero, como decía más
arriba, llevar esta historia escrita hasta el límite de aburrir, así que,
haremos resumen. Acabamos todas las carreras. Esa podría ser la conclusión
positiva y, de hecho, la es, pero… en todos los rallyes hemos tenido problemas,
el palier en Santa Brígida, la lluvia en el Canarias, los frenos en el Gran
Canaria, la vibración del diferencial en el Telde, la caja de cambios en el
Teror y las tapillas del cigüeñal en Maspalomas. Pasamos por todos y cada uno
de las rampas de meta, pero también pasamos, por lo menos yo, mucho
sufrimiento. Esas historias que ya has podido leer después de cada carrera, han
terminado por minar mi ilusión de volver a subirme en el “bemeta”. El motor
estuvo abierto varias veces durante el año, con lo que eso supone, conseguir
piezas nuevas, ir a buscarlas, ponerlas, probarlas… eso igual, con sus viajes a
Las Palmas y Artenara, pasando por Teror, durante muchas, muchas veces.
Encantando estaba, y seguiré estando, cada vez que tenga que visitar Las
Arbejas, pero… siempre que sea para ver a los amigos que allí viven y no para
apretar y aflojar tornillos. Una vez, es hasta divertido, pero para alguien que
no le gusta demasiado la mecánica hacer esas operaciones varias veces durante
el año, no es de lo más ilusionante. Cosas buenas también han pasado, pero las
malas se recuerdan con más facilidad y, desgraciadamente, son las que marcan el
paso siguiente. Conste una cosa, estas crónicas, las escribo yo y por lo tanto,
hablo, escribo en este caso, por mí. Son opiniones y percepciones personales,
sin intención de molestar a nadie. Si eso pasa, lo siento. Para ir terminando
este capítulo decir también que, no sé exactamente por qué, pero… no me gusta
la forma de correr del BMW. La sensación de velocidad es bastante menor que por
ejemplo la del Starlet de tierra. El paso por curva, nunca es rápido. En casi
todas, por no decir todas, las curvas cerradas o cruces, derrapadas sin
control, salpicadas alguna vez de una cruzada bonita y rápida. Todo el mundo
nos aplaude, espera que pasemos por delante, pero a mí esa forma de correr no
me gusta. Hay que salvar las distancias entre un vehículo y otro, pero que esto
que diga sirva de ejemplo. Si vemos un “súper 1600” lo vemos muy rápido,
pasando deprisa por las curvas y cruzándose de manera espectacular y efectiva
en los cruces complicados. El BMW 320 va rápido en las rectas, pero en las
curvas no se le puede acelerar, porque se pone con el “culo” para todos lados,
llegando varias veces, creo que uno por rallye, a hacer un trompo. También esta
temporada he tenido que ejercer de vendedor comercial, pero sin vender nada,
teniendo que conseguir dinero de varias casas comerciales. No me gusta esa
opción. Reconozco que es necesaria para poder correr, pero no me gusta ir
tocando tantas puertas, pidiendo dinero a cambio de nada. No nos engañemos, la
publicidad en un coche de carreras que no gana, no tiene ninguna repercusión.
No pido que se comparta mi opinión, pero si que se respete.
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BMW 320 Miguel Quintino |
Llega la hora de
terminar con esto. En muchas de las crónicas escritas hasta el momento, hemos
acabado llorando de emoción. Creo que este no será el caso. Las gracias serán
más genéricas que otras veces. Aparte de todo lo habitual, como pueden ser
sponsors, familiares, amigos, conocidos, gente que hecha una mano… en esta
ocasión y para terminar, agradecer más que a nada y nadie a dos personas:
Miguel y Alfonso, Alfonso y Miguel. Ellos han hecho posible que este que
escribe, con 86 kilos de peso, cosa no muy positiva para un copiloto, haya
podido correr doce carreras este año 2005. Para el año que viene, que ya llega,
no está muy claro el futuro. No seguiré en el backet derecho del BMW de Miguel
Quintino. Las razones, ya las sabemos. Alfonso Rivero no tiene claro su
programa. Dispone de dos coches, uno para asfalto y uno para tierra. Haga lo
que haga, no sé si querrá contar conmigo en el lado derecho para hacer los
slaloms. Por lo tanto, a fecha de hoy no está claro el calendario. Caben varias
posibilidades, incluso la de no correr nada. Ya veremos que pasa. Alguna oferta
hay por ahí, y estamos abiertos a escuchar más. Nada más, si volvemos a
ponernos el casco, será hasta el año que viene. Yo creo que sí. Aprovecho esta
ocasión para felicitarte las navidades y desearte un año nuevo lleno de salud y
felicidad para ti y toda la gente que te rodea. Gracias.