martes, 8 de julio de 2025

RALLYE COMARCA NORTE DE GRAN CANARIA 2025: CAMBIOS Y CORTO

Volvemos al teclado!!


Con poco tiempo de diferencia respecto al rallye de Telde, momento ahora para contar y reflexionar sobre el rallye Comarca Norte de Gran Canaria. 

Cuando salió el calendario a principios de año ya había vaticinado que mayo y junio iban a ser bastante intensos en cuanto a la preparación de las carreras. Se juntaban en pocas semanas el Gran Canaria, el Telde y el Comarca, y teniendo en cuenta que no disponemos de mucho tiempo para entrenar, había que anticiparse y hacer todo (casi todo) de los tres a la vez, lo que suponía que mis escritorios (el mental, y los físicos en casa de mi madre y la mía) estuvieran algo desordenados de libretas, papeles y datos. Si eran todos a la vez, pues eso era. En peores plazas habremos toreado seguramente. Una vez aplazado el primero y disputado el segundo, se quedaba libre parte del espacio y nos centrábamos en el tercero.

En lo que se refiere al Comarca Norte, en su día fuimos a coger y revisar todas las notas, pero quitaron un tramo por temas medioambientales y sustituyeron uno por obras por otro que tampoco se pudo hacer al final, por lo que hubo que volver a preparar todo con el último rutómetro. Perdimos tiempo claro, pero lo positivo es que ya tenemos notas de todo eso. Finalmente, con la libreta en la que había siete tramos pero que sólo me valían (para este año) cuatro, todo queda correctamente ordenado.


La semana del rallye ya lo tenemos todo controlado, porque es nuestro trabajo y porque es una carrera que está bien organizada y no da lugar a dudas de ningún tipo en cuanto a la logística y documentación.

Eso sí, para que no fuera todo ya fácil, la víspera de que todo empezara se activan varias alertas por parte del 112 que hacen que peligre la disputa de la competición. Finalmente, la organización se ve obligada a recortar una parte del tramo largo, por lo que el kilometraje a disputar queda condensado, pero con mucha intensidad, y vaya si la tuvo.


Operaciones previas a empezar en la primera capital de Gran Canaria, la ciudad de Gáldar. Siempre que estoy allí se percibe buen ambiente, es un sitio bonito y bien cuidado. Sin conocer los entresijos (que de todo habrá, como en todos lados) y sin desmerecer a ningún otro sitio, Gáldar mola.


Volveremos a Gáldar

Aunque somos el número 2, somos los primeros en pasar la rampa de la ceremonia de salida y también los primeros en salir a correr ese día. El plan es ir fuertes desde el primer metro. Julián está motivado y conoce bien el tramo inaugural en Cardones. Por primera vez, vamos a usar las ruedas de compuesto medio de Pirelli denominado RA7, y al no saber cómo se van a comportar estamos un poco a la expectativa. Salimos y la cosa va bien, el ritmo es alto y las sensaciones buenas. El tiempo no es malo, pero lo esperaba mejor. Mi padre nos estaba esperando en la meta, que era cerquita de su casa. En el otro tramo, ya de noche en Azuaje, se nos da un poquito peor y en la curva de meta el coche se va de morros y haciéndonos perder unas décimas que al final podían haber sido importantes, porque aunque parezca poco, ya verás luego lo que valen.

Después del tramo me entero que Raúl Quesada y Tino Vega han tenido un pequeño golpe en esa misma última curva y que, aunque han conseguido cruzar la meta, los daños en el coche los obligan a abandonar. Son cosas de las carreras, ya lo sé, pero es jodido asimilar que toda la preparación y dinero invertido, se va a la mierda a las primeras de cambio, y sin haber hablado en ese momento con él, tengo claro que Raúl está muy jodido, y si un amigo está chungo, uno también se queda mal. Sea como sea, hay que seguir, por ellos y por todo. Como siempre pasa y siempre cuento, llego a la cama muy tarde y la dejo muy temprano al día siguiente. Esto es así.


Control Stop San Francisco Javier (foto: mi padre)

Empieza el segundo día. Son seis tramos, cortos pero intensos. Al salir de la asistencia en la universidad Fernando Pessoa saludo a los compañeros de azul que siempre van a ayudarme a mí cuando hace falta refuerzos. Un gusto encontrarse a buena gente, esta vez en su terreno.


En el Cenobio de Valerón corremos todo lo que podemos pero no nos llega. Nuestro coche es inferior en prestaciones y en las grandes rectas del principio y el final se nos escapa el tiempo. Seguimos terceros, pero empatados con el cuarto. Cuando vamos en enlace subiendo desde Guía a Fontanales por Montaña Alta nos damos cuenta de que acertaron con la alerta por calor. La temperatura sube un grado cada pocas curvas y cuando paramos a limpiar el cristal delante de los bares del barrio moyense, tenemos 41º. Por cierto, gracias al muchacho que justo abrió la puerta al pasar yo por delante y muy gustosamente nos prestó un fuchifuchi de Las Tres Brujas y servilletas para el parabrisas, que se había convertido en un cementerio de mosquitos. Llegamos a la salida en San Fernando sabiendo que la rueda que tenemos, con el calor que hace y la pinta que ya tiene, no va a funcionar del todo, pero nos equivocamos. El tramo sale bien y marcamos el mejor tiempo, que siendo el TC Plus nos suma unos puntos extras. No deja de ser anecdótico, pero es un pequeño triunfo.


En la asistencia larga decidimos cambiar a gomas un poco más duras, y luchar a brazo partido por el tercer puesto que ahora parece un poco más cerca, o eso creíamos. De nuevo calzamos neumáticos desconocidos. El nuevo compuesto RB5 es algo mas duro de lo normal y necesita ser calentada con mas energía que la versión anterior, según nos explica Nayra (distribuidora de Pirelli de competición en Canarias y conocida mía desde hace veinte años). Hacemos los deberes y desde que nos ponemos en marcha vemos que el comportamiento del coche es bueno, así que tiramos, pero volvemos a perder tiempo en el paso por las cuevas de los aborígenes.


En la nueva pasada por el municipio de los suspiros volvemos a darle duro y sale bien, pero seguimos en la pelea. Lo que perdemos en Guía, lo ganamos en Moya, así que las cosas están casi empatadas.

Queda una sección, dos tramos (uno favorable para uno y el otro, para el otro) y todo por decidir. No sólo nuestra lucha por el P3, sino también el triunfo del rallye está en juego. Nos comemos un mini bocadillo de tortilla mientras analizamos los datos mejorables con nuestro ingeniero Alejandro y vamos a por todas.

Intentamos correr todo lo que podemos saliendo del Pagador, pero ahora, a pesar de creer que se nos ha dado mejor, nos han cascado más. Por primera vez en toda la carrera, estamos fuera del pódium.


Queda un tramo. Cinco kilómetros y seiscientos metros de carretera. Estamos a 1.3 segundos detrás. En las dos pasadas anteriores hemos ganado, las dos veces por más diferencia de la que necesitamos ahora. En lo que esperamos en Jardín de Corvo para ir hacia el control horario, Julián me dice con cara de estar sintiendo ñañara: “Necesitamos un milagro para conseguirlo”. Lo miro a los ojos y le respondo con mucha finura y delicadeza: “Sshhh, ni milagro ni hostias. Vamos a ganar y punto, cojones".


En la salida estamos concentrados. No estoy nervioso, estoy a tope. Mi piloto me dice: “Alto y claro, con ritmo”. Mi respuesta: “Como siempre”. La suya: “Más”. Zanjo la conversación: “Hecho”.


Bajando a Moya (foto: Rayco Suárez)

5, 4, 3, 2, 1...va!!! Al poco de salir noto como el coche está un poco rebelde. No sé si las ruedas, el calor, los nervios o ir más a tope que nunca, pero algo pasa. Si es todo así, perdemos. En el cruce de La Fonda vamos mejorando 1 segundo nuestra pasada anterior y pienso: “No nos va a dar, hay que apretar más”. De ahí a la meta nos separan 2,9kms y tiene que ser, no queda otra. Durante la semana, mi hija Aroa me dijo que había soñado que me iba a chocar en el rallye del sábado, y yo le quité hierro al asunto sin darle importancia para que ella estuviera tranquila y, de paso, yo también. Llegando al cruce de Los Tilos me acordé de ella, pero no le iba a dar la razón a ese sueño. Decido subir el ritmo y adelantarme un poquito en las notas. Todo eso (lo de que había que correr más, lo de Aroa y lo de subir el nivel) lo pensé en medio segundo, en una zona donde es imposible pensar porque las notas se agolpan unas con otras a velocidad de vértigo. A veces la cabeza es tremenda. El caso es que cruzamos la meta habiendo mejorado nuestro tiempo en tres segundos. Hemos corrido como nunca, cruzando con creces los límites del coche y quizás los nuestros y no estoy seguro de que podamos tener ese nivel en muchos tramos de muchos kilómetros. O quizás sí, porque la exigencia del momento era esa y en otro, puede volver a ser igual y volveremos a dar la talla.


Al cruzar la meta le digo a Julián que pase lo que pase lo hemos hecho bien y tenemos que estar satisfechos. En el control stop no hay cobertura, así que no puedo comprobar los tiempos. Avanzamos unos metros y ahora sí, todavía con el casco puesto me sale un “¡¡tómalo!!”. Nos bajamos del coche y nos damos un abrazo (Julián se me tiró encima y lo cogí en peso). Cuando llegan Ayoze y Patricia también nos abrazamos con ellos, porque en cierto modo, hemos corrido a tope debido a la presión ejercida de ellos a nosotros y viceversa. Gracias a eso hemos disfrutado como hacía mucho que no lo hacíamos. Independientemente del resultado hay alegría porque nuestro objetivo (y creo que el de ellos también) es divertirnos y pasar momentos buenos, y en este rallye así fue.


Llegamos de nuevo a Gáldar y esperamos felices y contentos el turno para recoger el trofeo y regarnos de champán. De los seis individuos que formamos el cajón de premiados, soy el más rápido en abrir la botella y aprovecho la torpeza de los demás para mojarlos un poco, pero sin abusar. Brindis, picada de ojo y se acabó.


Otra meta, otro pódium, otro trofeo, otra experiencia. Me he vuelto a divertir y estoy muy contento por eso. Cuando uno trabaja tanto para tener todo controlado, el día de la carrera es un disfrute porque no tienes que preocuparte casi de nada. Para conseguir esa sensación hay que echarle horas y cabeza. Cuando se tiene la certeza de que se ha cumplido con el deber y encima ha sido divertido, es un lujo. De nuevo en Guía (donde me llevan otra vez de copiloto) me despido del equipo y pongo rumbo a la tranquilidad.


Esta vez, de madera

Ha sido un buen rallye. Como dije más arriba, estaba todo bien organizado por el equipo de la escudería Azuatil (Tino, máquina) y eso es un punto a favor para que los que corremos tengamos menos complicaciones. Los enlaces estaban perfectos de tiempo y eso también ayuda. En general, como siempre que he corrido el Comarca, le doy un 9 (un 10 no, que se acomodan).


Un día, en otra de las crónicas que haga les voy a contar cómo son las rutinas dentro del Skoda Fabia de Palmita Sport, que tramo a tramo se repiten y hace que todo se haga de forma mecanizada para no dejarnos nada atrás, pero eso, otro día.


Me despido dando las gracias como siempre a los sponsors que ponen los euros para lo que hacemos, a todo el equipo y familia de Julián por trabajar tan eficazmente y tratarme tan bien. Al propio Julián por seguir confiando en mí. A mi gente, chicos y grandes, porque uno es quien es gracias a quien tiene cerca. A ti por volver a perder tu tiempo para leer estas boberías que pongo yo aquí.


Próximo rally, el mío en Teror. Será puntuable para el regional por lo que estar arriba será complicado, pero lo preparamos bien, como tiene que ser.

Seguimos, siempre hacia una meta!!


PD. Dicen que celebrar un tercer puesto es de mediocres, y pueden tener razón. Tengo clarísimo que el segundo ya es el primero de todos los que no ganan, pero...disfrutar de pequeños triunfos en la vida es un puntazo, y el que no lucha, no gana… ni queda tercero.


PD2. Aunque casi seguro que no podré llegar al final en esa pelea ya que me faltarán carreras para seguir sumando, en el parón de verano voy liderando el campeonato BP de rallyes de Las Palmas en el apartado de copilotos. En cierto modo recompensa el trabajo hecho hasta ahora.