miércoles, 26 de abril de 2017

Rallye Orvecame Norte 2017: Victoria caótica

Muy buenas.
Empieza mi temporada y con ello retomamos la costumbre de escribir. Tenía pensado dejar un poco de lado el blog, pero han sido un@s cuant@s los que me han pedido que siga en marcha, así que allá vamos. 
No tengo intención de perder ni hacerte perder mucho tiempo con la crónica de este rallye, más que nada porque si relato todo lo que se vivió, ocupo veinte páginas. Empiezo como siempre por el resumen: 10º de la general, 1º del grupo N3, 1º de la categoría 4 y 1º de la Copa Adam Disa max.
La carrera fue un caos total y constante desde el mismo momento de las verificaciones. Desorden, descontrol, descoordinación…
El rallye en sí fue más de lo mismo. Retrasos inexplicables, decisiones que nadie sabía quien había tomado…
Sirva como ejemplo que sacábamos el coche de nuestro hueco de asistencia, picábamos en el control horario de salida, y luego esperábamos 40 minutos allí al lado hasta que nos dejaban salir a los tramos. Quitaron los reagrupamientos para eso mismo, reagrupar el rallye, y luego nos paraban sin explicación ni sentido. Y así muchas cosas más, como salir en más de la mitad de los tramos habiendo estando parados entre el control horario y la salida más de veinte minutos, y en algunos casos hasta casi cincuenta, con el peligro que eso conlleva. Se suspendió un tramo cuando llevábamos media hora esperando, y al mandarnos por recorrido alternativo a la siguiente especial, hubo un error de cronometraje y se formó un lío importante, llegando a penalizar más de cuarenta coches con 17 minutos de adelanto, lo que era la exclusión de media lista. Yo en ese momento sumé tal como decía el carné de ruta, pero al llegar al destino me dejé llevar por la marea de copilotos que se habían guiado por las instrucciones erróneas de una cronometradora. Sabía que si habían errado todos por un fallo de alguien del personal del rallye, era más fácil que se anulara ese control que si me quedaba en la suma buena, pudiendo penalizarme por retraso aunque no fuera verdad. En fin, improvisaciones raras que hubo que hacer y que no pasaron a mayores. El colofón final fue que cuando me dio por mirar el reloj al recoger el premio y era la 1:10 de la madrugada del sábado al domingo. Sobra decir que entre unas cosas y otras nos acostamos a las 3:00, y a las 6:30 ya estábamos llegando al muelle de Santa Cruz. El balance de insomnio fue de 9 horas dormidas en 3 noches en Tenerife. Un tute casi inaguantable.

En cuanto al rallye dentro del coche, decir que no se nos dio del todo mal. El Adam S no corre mucho y hace poco ruido, lo que lleva a vivir situaciones raras dentro del habitáculo. Sobraba la mitad del volumen de los interfonos.
De las dos primeras secciones podemos destacar el último kilómetro del tramo de Santa Úrsula, que transcurría por unas horquillas en bajada que Raúl hacía con la mano en el freno de idem y ayudándose de las inercias para ir a toda velocidad, al estilo carretón.
Por la tarde el tramo de Icod se ajustaba a nuestros gustos, y ahí sentenciamos el rallye, aunque había que seguir. Luego el retraso acumulado nos llevó a una noche no prevista, pero no por eso nos pusimos nerviosos. Sin parrilla de faros y con el objetivo de ganar dos puntos extras, nos tiramos por El Drago a lo bestia y no sólo ganamos entre todos los coperos, sino que marcamos un quinto puesto de la general. Nuestro jefe y amigo Toñi Ponce se llevaba las manos a la cabeza cuando llegamos al control stop y vio nuestro tiempo.
El último tramo fue un poco extraño, ya que el coche morreaba más de lo previsto y tuvimos que lidiar con alguna pared que se quiso acercar más de la cuenta a mi puerta. Perdimos los dos puntos de esa especial por sólo 2 décimas, lo que nos dejó una sensación de rasquera importante, pero que mitigamos rápido pensando que aunque no ganamos ese tramo, sí lo hicimos en el rallye y ese era el fin que buscábamos.

A nivel personal me encontré digamos que… raro, aunque poco a poco fui poniéndome a punto. Hacía muchos años que no corría en asfalto fuera de mi isla y sumado a que tengo la cabeza llena de cosas y responsabilidades y a una falta de sueño a la que no estoy acostumbrado, me costó estar activo y concentrado en todos los momentos del día. Hice lo que pude, y espero mejorar.

No escribo mucho más, porque ya tengo la mente puesta en el inminente rallye Islas Canarias en el que partiremos con el 94 en las puertas y en el que volveremos a poner nuestras miras en llevarnos el trofeo de ganador, cosa que no será fácil.
Saludos a todos los compañeros de la Copa Adam Disa max (especialmente a Nelson, Tino, Marcos y Pablo por sus accidentes en Tenerife). De momento reina un buen ambiente. 

Gracias a nuestros patrocinadores, familias, amigos y demás seguidores por sumar en este proyecto.
Espero seguir contando cosas buenas y que la actitud y aptitud del gran Raúl Quesada, que a fin de cuentas es el capitán del barco, nos conduzca a donde queremos llegar.

Saludos.  

PD. Resumen fotográfico de esta carrera. Lo pongo aquí debajo así medio desordenado y a lo loco, parecido a lo que fue el rallye.
Entrega del coche

Nuevo de paquete

Entrenamos con eso...

Embarcados

El equipo

Con un grande

Así va la cosa

En acción

Rampa final

Entrega de premios, al "día siguiente"