Hola, muy buenas.
Me dispongo a resumir el último capítulo de mi temporada 2020 como copiloto y a la vez a hacer balance general de lo acontecido en todo el año, aunque todavía falten algunas semanas para que se acabe.
Después de no tener del todo claro que fuéramos a correr el Islas Canarias, se hace la inscripción casi al final del plazo y toca ponerse manos a la obra con los preparativos, que son bastantes y algo engorrosos.
Las semanas anteriores a la del rallye se viven de forma intensa debido a la cantidad de trámites y papeleos que hay que hacer para participar y tenerlo todo en regla en cuanto a la documentación general, a la del coche y este año también, al coronavirus. Varios de los pasos a seguir para completar todos los procesos burocráticos los hacemos guiados por Virginia Liria y "Pluto", trabajador del promotor del ERC... y perro de Disney según su foto de perfil.
Como ya sabrás si me has leído otras veces, el rallye del "Corte Inglés" me ha resultado siempre muy especial. Como a cualquier buen aficionado a este deporte, saber los coches que van a venir y toda la parafernalia que rodea a esta prueba, me pone frenético. A pesar de tener que correrlo, espero poder ir a ver algo y así no quedarme desconsolado.
Una vez estamos en la semana de la carrera, si te parece vamos a ir día por día para no dejarnos nada atrás.
- Domingo 22
Me toca hacer los primeros formularios en referencia a la Covid para que algunos miembros del equipo puedan entrar al parque de trabajo a llevar el camión de asistencia. Ya este mismo día me di cuenta que me iba a tocar buena parte del papeleo del virus. También en esta jornada nos damos cuenta de que la explanada del estadio de Gran Canaria es un sitio ideal para la instalación de la infraestructura del rallye, y aunque el parque de Santa Catalina tenga un motivo sentimental e histórico, en Siete Palmas todo es más cómodo, mejor y yo creo que hasta más bonito.
- Lunes 23
Empiezan los tests en algunos puntos de la isla. Ante el mensaje disuasorio de que dichas pruebas se deben desarrollar sin público, decido no ir y aprovechar el día para repasar papeleos varios, estudiarme el road book y hacer algo de deporte para despejar la cabeza.
- Martes 24
Tuesday test oficial, en el que finalmente vamos a estar. Por la mañana no me puedo contener y acudo a intentar ver algo a Los Cuchillos, estando fuera del tramo y en una ladera lejísimos, por si acaso. Mato el gusanillo con creces y me lo paso bien. Por la tarde toca correr y después de 3 pasadas casi seguidas y algunos ajustes en el coche, queda todo listo. Al llegar a la capital me pasan el trámite de las verificaciones administrativas y me entregan la documentación para los reconocimientos, pegatinas, etc. Después de eso, comparezco en una rueda de prensa virtual organizada por Hyundai Canarias y acaba la jornada, que ha sido bastante intensa.
- Miércoles 25
Día de entrenos o recces que se dice ahora. Mi plan era empezar tempranito y según mis rutas trazadas, ir sin agobios durante todo el día y acabarlo todo bien. Luego esa planificación no se lleva a cabo y se hace todo de manera que a mediodía ya lo dejamos pendiente. Por la tarde se verifica el coche bajo una intensa lluvia que ya va dando a entender lo que va a pasar durante el propio rallye. En casa corrijo los tachones en las notas y repaso con los videos que ha facilitado la organización las zonas que me resultan más complicadas.
- Jueves 26
Estoy bastante saturado mentalmente. Igual puede parecer que me quejo por gusto, y quizás sea así, pero no puedo evitar agobiarme con todo lo que tengo en la cabeza. Es un rallye de mucha envergadura y lo domino casi todo pero... tengo la sensación de no estar cómodo. Para "destrabarme" un poco intento tomarme el día como uno cualquiera con mis quehaceres cotidianos y desde que noto la cabeza algo liberada... mi masoquismo me transporta al tramo de calificación en San Juan de Guía. Como se supone que no puede haber público, vuelvo a ponerme en una zona alejada y fuera del recorrido y me sabe. Viendo correr a los equipos que han venido este año se pone uno itifálico, así que como consejo y nota para futuras ediciones dejo dicho que si vas a correr el Islas Canarias, si puedes no dejes de ir a ver los test, la qualify o el shakedown. Por la noche toca ponerse el mono para hacer la ceremonia de salida, dentro (literalmente) del estadio. No había público y eso entristece el acto, pero me pareció de nuevo un sitio precioso para un rallye. A última hora me pongo a escanear casi cien folios (uno por uno, claro) para enviarlas por mail al responsable Covid del rallye, por lo que me acuesto a las tantas para correr al día siguiente, habiendo estado perdiendo el tiempo en una labor que no debería haber estado encomendada a un copiloto, pero alguien tenía que hacerlo.
- Viernes 27
Se acaban los papeleos y empiezan las carreras. Lo tengo todo bajo control (dentro de lo que cabe) y me va a salir todo bien. Descargo una APP que va a servir de tablón de anuncios virtual durante todo el rallye, muy útil la verdad.
Antes de la salida se suceden las llamadas y mensajes de todos los amigos que están repartidos por los tramos. Iba a ser un evento sin público, pero al final eso, iba a serlo. En casi todos los sitios está lloviendo, aunque a veces sale el sol y seca, pero vuelve a llover. Como se suele decir, está el tiempo raro. Se decide montar ruedas específicas para suelo mojado y va a ser un acierto.
Antes de empezar estoy muy nervioso, más que nunca. Siempre odiaré las horas previas a cualquier primer tramo. Una vez tomamos la salida (por fin), la parte estrecha de Valsequillo me sale bastante bien, lo que me da confianza. En San Mateo hay complicaciones con una acera nada más salir pero no pasan a mayores y no se da mal. En Artenara el ritmo no es del todo bueno y en Tejeda al poco de salir notamos como algo se mueve dentro del coche. Yo intuyo y estoy casi seguro que la (o las) rueda de repuesto se ha soltado del anclaje y campa a sus anchas por nuestras espaldas. Termino de confirmarlo cuando en una frenada fuerte mi arnés me aplasta más que de costumbre contra el sillón. Llego a la meta casi sin respiración, pero como el tiempo no es malo, se me olvida el dolor de espalda. Acabamos la primera sección en el puesto 11 de la general absoluta, algo impensable. Nos hemos divertido porque aunque patinaba bastante, con la rueda correcta se podía disfrutar. Como anécdota graciosa descubrí que si mantienes fijo el pie en el botón del limpiaparabrisas, sale el "chingui". Yo no lo sabía, ni el ingeniero tampoco. En el largo enlace hasta LPGC se decide la monta de gomas y los reglajes para por la tarde. En Valsequillo está la cosa medio seca, pero en la salida de San Mateo cae un palo de agua que no se ve ni a cinco metros. Con ruedas de seco, llegar a la meta de ese tramo fue un triunfo. En la Cruz de Tejeda cambiamos a las de repuesto que eran de agua, pero queda una de seco y eso al final, fue un peligro. En Las Emisoras vamos dando bandazos hasta que el GPS nos muestra bandera roja y pasamos a estar neutralizados sin pasar de 80km/h hasta el final del tramo como dice la normativa al respecto. Ni mal nos vino, porque el tiempo hubiera sido malo, como fue el de Tejeda. El coche era inconducible y había que escapar como fuera. Nos quedaba el tramo espectáculo de Vegueta para acabar el día, y una vez completado, nos vamos a descansar. Me acuesto con la "matraquilla" de que me he aflojado un cinto varias veces para activar el anti-vaho en pleno tramo y me he vuelto a apretar. Vaya locuras hace uno.
- Sábado 28
Como vuelve a llover en casi todos los sitios por los que pasa el rallye, se ponen ruedas de agua y asegurar el tiro. El primer tramo del día es el de Valleseco. Mi familia me espera en la salida para animarnos y no puedo evitar emocionarme. En el propio recorrido veo caras conocidas y aunque no saludo a nadie, siento que estoy corriendo en casa.
Llegamos a Gáldar. La bajada por el barranco de Farragú me tiene hablando sólo desde que la fuimos a ver en el lejano mes de febrero. Tiene pinta de ser complicado llevar un buen ritmo porque es muy estrecha y llena de trampas, con zonas lentas combinadas con alguna rápida y frenadas comprometidas. Todo aderezado con agua y barro. Levantar la cabeza está prohibido. Llegando a la meta sufrimos un "aquaplanning" de esos que nos manda contra un muro de hormigón que nos va a recibir con toda su dureza, pero en el último momento Toñi y el coche cambian el destino y seguimos por el asfalto. Acabo loco de la cabeza, pero ni mal salió para lo difícil que era.
En los dos tramos que faltaban volvemos a tener un ritmo correcto y aunque protagonizamos alguna escapada y varias cruzadas, todo controlado.
Queda una sección, 4 tramos. Rodamos en tierra de nadie y es poco probable que cambie nuestra posición si no es por algo externo a los tiempos.
En Pinos de Gáldar pinchamos la rueda delantera derecha, por lo que tenemos que hacer los últimos 5 kilómetros del tramo con extremo cuidado y cambiarla después de la meta. Casi la misma cautela tendremos que tener para lo que falta, porque si pinchamos otra vez, nos vamos a casa. La bajada de Farragú ahora es más corta por motivos de seguridad y vuelve a darse bastante bien. En Moya y Arucas sólo queda llevar el coche a la meta. Toñi deleita a la afición con algunas cruzadas de esas que le gustan a la gente y sin mayores complicaciones llegamos al final del rallye, del año y de una etapa en mi trayectoria. Al llegar a la asistencia final doy un abrazo a todos los miembros del equipo porque gracias a ellos se consiguen las cosas. También ya después de unos días les mandé un mensajito de agradecimiento a cada uno. Con Toñi hablé en la misma meta del último tramo, lógicamente.
Ha sido un rallye complicado por culpa de la meteorología y también porque los enlaces eran casi siempre algo justos de tiempo y eso hace siempre que uno se agobie todo el tiempo.
Las asistencias en esta carrera siempre son cortas de tiempo y eso también estresa a todo el mundo, pero bueno, salió todo razonablemente bien, y supongo que el fin justifica los medios.
Cuando todo acaba y el coche se queda ya en parque cerrado, saludo a otros compañeros copilotos con los que tengo buena relación y amistad, porque todos sabemos que ha sido complicado llegar a meta. Espero también a que llegue el amigo Aday, que a pesar de las dificultades ha hecho un rallye notable y me alegro mucho por él.
Pues nada, con la molienda todavía en el cuerpo (una semana y pico después) doy por terminado el año como copiloto y mi etapa acompañando a Toñi Ponce, ya que el paréntesis del mítico Rubén Glez era sólo para este año, y bien está lo que está bien.
Esta temporada me ha servido para mejorar, aprender y darme cuenta de muchas cosas. Sobre todo me quedo con que he sabido tener controladas las improvisaciones, aunque parezca un sinsentido. También apunto en lo positivo que supe adaptarme a un sistema de notas totalmente nuevo para mí y lo he sabido manejar de forma creo más que aceptable.
He pisado pódium varias veces y volveré a subirme a otro en la entrega de premios de la FALP, porque conseguimos terminar terceros.
También ha habido cosas negativas de las que se debe aprender, pero siempre nos quedaremos con lo positivo.
Como siempre y ahora más que nunca, el capítulo de agradecimientos, aunque esta vez no puedo pararme a nombrar a tod@s porque serían cinco folios más.
Fue mucha gente la que nos apoyó y que nos ayudó toda la temporada, bien sea trabajando en el equipo o animando en una cuneta o por mensaje.
Mención especial para los mismos que nunca me dejo atrás, que son Leti, Aroa y Adrián, junto con el resto de mi familia y el clan Quesada.
Agradezco a Toñi Ponce la oportunidad de hacer un año entero en un R5 dentro del equipo Hyundai Canarias Motorsport.
Y aunque seguro que se me quedan cosas en el tintero, es hora de terminar el relato. El año que viene no sabremos lo que traerá, pero seguro que alguna carrera habrá y allí estaremos haciendo la función que nos toque.
Por cierto, todavía queda algo. La subida de Moya va a ser la prueba más importante del año para mí aunque no voy a correr. No sé si el futuro depende de lo que allí pase, pero si sé que debería ser el paso por una puerta que debió abrirse antes. Va a ser difícil quedarse, igual hasta imposible, pero no va a ser por no intentarlo y demostrar que hay cualidades de sobra. Para el que no se haya dado cuenta, hablo de Raúl Quesada y el Hyundai. Suya es la culpa de que yo haya corrido en ese coche desde octubre de 2019, y ahora más que nunca vamos a empujar para que él lo haga como sabe, se acabe el palabrerío y se pase a la acción porque lo merece por muchísimas cosas. Ojalá.
El sábado cuando tome la salida y lo vea trasponer en las primeras curvas, seré feliz y todo el esfuerzo de tantos años habrá valido la pena, no el mío sino el suyo.
Aquí lo dejamos. En 2021, vacunados o no, seguiremos siempre hacia una meta.