sábado, 6 de septiembre de 2014

Previa del rallye de casa, todo Made in Teror, la carrera, el piloto, la fiesta...

Sirva esta entrada del blog más que nada para no dejarlo en el olvido, y de paso entrar en materia, ya que esto pretende ser una previa de lo que será la crónica del rallye de Teror.
Digamos que siendo fiel a la tradición y por no ser capaz de matar el gusanillo, este año 2014 volveré a correr el rallye de mi pueblo, o en eso estamos por lo menos. Si al final todo sale como debe, será la octava vez que pase esa rampa de salida. 
En un principio y así estaba pactado desde el inicio del año, mi intención era la de correr con el amigo Osmundo Ramírez los dos últimos rallyes de la temporada después de reparar la caja del rápido Renault 5 GT Turbo, pero las cosas se fueron complicando en el plano económico, así que la idea de inscribirnos en el Teror pasaba a mejor vida.
Hasta ahí todo más o menos normal dentro del mundo de las carreras, pero… no tanto. Resulta que dos días antes de que Osmundo me dijera que no podíamos correr, a mitad de julio más o menos,  me había llamado Jonathan Nuez para saber si tenía asiento para el Teror, ya que buscaba alguien con experiencia y si pudiera ser de la zona, diciéndole yo que tenía el compromiso con Ramírez y no lo iba a dejar colgado, por lo que le facilito el número de otro copi amigo que reúne los requisitos. Entonces cuando Mundo ya no salía y volviendo al orden cronológico del tema, llamo a Nuez para saber si el otro navegante le ha dado respuesta, contestándome que de momento no porque depende de otro piloto, pero que casi seguro le diga que no, por lo que le informo de que yo finalmente estoy libre y si lo estima conveniente podría correr con él. Al cabo de otros dos días, Nuez me comenta que el otro muchacho no está disponible así que a partir de ese momento y después de este pequeño embrollo, paso a ser el copiloto de Jonathan Nuez y su Renault Clio Williams para el Teror 2014.
Renault Clio Williams de Jonathan Nuez
Conste ya desde ahora que voy a correr con Nuez porque tengo ganas e ilusión y porque lo conozco desde hace años y sé que es un tío serio, y no porque su coche ahora esté consiguiendo buenos resultados. Lo que tenga que pasar pasará, pero no salimos a correr para ganar nada, sino para divertirnos y terminar, y si de paso se consigue algo bueno pues mejor que mejor, para el equipo y los patrocinadores.
Mientras esperamos por la ubicación del rutómetro tenemos que buscar solución al tema de los cascos y los interfonos. Si me has leído otras veces ya sabes que siempre quiero correr con mi casco, y ahora más que se acerca su jubilación, pero no concuerda mi conector con el de la centralita del coche. Tiramos de amistades y lo solucionamos, por tanto Jonathan puede correr con su casco y yo con el mío.
En los primeros días de agosto acierta a aparecer un patrocinador que se une al equipo, cerrando un acuerdo que incluye una fiesta racing y un sorteo que premia al ganador con subirse de copiloto en el coche durante unos tests en el circuito de Tarajalillo. Al final de esta entrada te haré la invitación oficial.
El 23 de agosto me “presento” por primera vez al Clio. Ese sábado vi el coche de cerca, ya que en las carreras en las que hemos coincidido, simplemente ha sido de pasada, aunque estuviera parado. Decir que todavía no me siento en mi lugar, más que nada porque no hay backet, ya que antes del rallye Jonathan va a correr las subidas de Fataga y San Bartolomé y no lleva ese sillón por descontar algo de peso. Ahora lo ahorra y para el Teror le va a sobrar por mi culpa. Menos mal que el 90% del recorrido es cuesta abajo.
Más o menos ahí iré yo
El caso es que sin poder sentarme, ya puedo ubicar mejor donde tendré que trabajar el sábado 27 de septiembre, y eso siempre viene bien para no tener que improvisar a última hora.
Decir también que a estas alturas ya hemos cogido las notas y las hemos revisado dando algunas pasadas. He de reconocer que a pesar de la experiencia y conocimiento del terreno (por las carreteras por donde discurren los tramos habré pasado 10 millones de veces),  al principio me costó bastante apuntar y sobre todo cantar la carretera tal como la quiere Nuez, ya que en mi cabeza residen desde hace años unos monosílabos tales como “y”, “en” o “se” que no caben en este sistema de notas y que mi boca se empeña en lanzar hacia fuera. Las primeras curvas iba medio perdido porque el sistema es totalmente nuevo para mí y no hago esta labor desde hace casi un año. Intento resetearme y concentrarme y creo que al final del trabajo he aprobado, aunque sea raspando el suficiente. Después de esa primera vez hemos ido alguna más, y cada vez tengo más por la mano las notas y la conducción de mi piloto, por lo que la comodidad crece y la calificación ha ido subiendo, siendo todo mejorable por mi parte.
Ahora toca esperar a que vayan pasando los días, mi barriga vaya bajando a base de running y “hambring” y que las subidas de montaña salgan bien para estar en las verificaciones de nuestra plaza del Pino con casi todas las garantías (todas no se tienen nunca).
Lógicamente a esas alturas ya me habré sentado en mi sitio, habré preparado todo mi arsenal de “cachos” para la carrera, tendré los arneses ajustados y si puedo habré sentido la velocidad que transmite el Clio, que según Jonathan no es tanto desde dentro como parece desde fuera.

Gracias a Jonathan por darme esta oportunidad, a Mundo Ramírez, a los patrocinadores que apoyan este proyecto, a mi familia, que ya es un poco más grande y mucho más feliz por la inclusión de Aroa en nuestras vidas y a ti por leerme y por venir (espero verte allí) a la fiesta que tendrá lugar el viernes 19 de septiembre por la noche en el Made in Teror, un cojonudo local de copas situado en la plaza de Sintes de Teror. Allí tendremos el coche y sortearemos artículos racing además de que alguien se llevará la posibilidad de subirse en el Clio acompañando a Jonathan, en marcha y rodando, no allí, claro.
Aquí nos vemos
Nada más, lo próximo será contarte como se vive desde dentro un rallye, otro, porque no olvides que sigo volviendo a las carreras… sin haberme ido.