Sirva esta entrada del blog más que nada para no
dejarlo en el olvido, y de paso entrar en materia, ya que esto pretende ser una
previa de lo que será la crónica del rallye de Teror.
Digamos que siendo fiel a la tradición y por no ser
capaz de matar el gusanillo, este año 2014 volveré a correr el rallye de mi
pueblo, o en eso estamos por lo menos. Si al final todo sale como debe, será la
octava vez que pase esa rampa de salida.
En un principio y así estaba pactado desde el
inicio del año, mi intención era la de correr con el amigo Osmundo Ramírez los
dos últimos rallyes de la temporada después de reparar la caja del rápido
Renault 5 GT Turbo, pero las cosas se fueron complicando en el plano económico,
así que la idea de inscribirnos en el Teror pasaba a mejor vida.
Hasta ahí todo más o menos normal dentro del mundo
de las carreras, pero… no tanto. Resulta que dos días antes de que Osmundo me
dijera que no podíamos correr, a mitad de julio más o menos, me había llamado Jonathan Nuez para saber si
tenía asiento para el Teror, ya que buscaba alguien con experiencia y si
pudiera ser de la zona, diciéndole yo que tenía el compromiso con Ramírez y no
lo iba a dejar colgado, por lo que le facilito el número de otro copi amigo que
reúne los requisitos. Entonces cuando Mundo ya no salía y volviendo al orden
cronológico del tema, llamo a Nuez para saber si el otro navegante le ha dado
respuesta, contestándome que de momento no porque depende de otro piloto, pero
que casi seguro le diga que no, por lo que le informo de que yo finalmente
estoy libre y si lo estima conveniente podría correr con él. Al cabo de otros
dos días, Nuez me comenta que el otro muchacho no está disponible así que a
partir de ese momento y después de este pequeño embrollo, paso a ser el copiloto
de Jonathan Nuez y su Renault Clio Williams para el Teror 2014.
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Renault Clio Williams de Jonathan Nuez |
Conste ya desde ahora que voy a correr con Nuez
porque tengo ganas e ilusión y porque lo conozco desde hace años y sé que es un
tío serio, y no porque su coche ahora esté consiguiendo buenos resultados. Lo
que tenga que pasar pasará, pero no salimos a correr para ganar nada, sino para
divertirnos y terminar, y si de paso se consigue algo bueno pues mejor que
mejor, para el equipo y los patrocinadores.
Mientras esperamos por la ubicación del rutómetro
tenemos que buscar solución al tema de los cascos y los interfonos. Si me has
leído otras veces ya sabes que siempre quiero correr con mi casco, y ahora más
que se acerca su jubilación, pero no concuerda mi conector con el de la
centralita del coche. Tiramos de amistades y lo solucionamos, por tanto Jonathan
puede correr con su casco y yo con el mío.
En los primeros días de agosto acierta a aparecer
un patrocinador que se une al equipo, cerrando un acuerdo que incluye una
fiesta racing y un sorteo que premia al ganador con subirse de copiloto en el
coche durante unos tests en el circuito de Tarajalillo. Al final de esta
entrada te haré la invitación oficial.
El 23 de agosto me “presento” por primera vez al Clio.
Ese sábado vi el coche de cerca, ya que en las carreras en las que hemos
coincidido, simplemente ha sido de pasada, aunque estuviera parado. Decir que
todavía no me siento en mi lugar, más que nada porque no hay backet, ya que
antes del rallye Jonathan va a correr las subidas de Fataga y San Bartolomé y
no lleva ese sillón por descontar algo de peso. Ahora lo ahorra y para el Teror
le va a sobrar por mi culpa. Menos mal que el 90% del recorrido es cuesta
abajo.
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Más o menos ahí iré yo |
El caso es que sin poder sentarme, ya puedo ubicar
mejor donde tendré que trabajar el sábado 27 de septiembre, y eso siempre viene
bien para no tener que improvisar a última hora.
Decir también que a estas alturas ya hemos cogido
las notas y las hemos revisado dando algunas pasadas. He de reconocer que a
pesar de la experiencia y conocimiento del terreno (por las carreteras por
donde discurren los tramos habré pasado 10 millones de veces), al principio me costó bastante apuntar y sobre
todo cantar la carretera tal como la quiere Nuez, ya que en mi cabeza residen
desde hace años unos monosílabos tales como “y”, “en” o “se” que no caben en
este sistema de notas y que mi boca se empeña en lanzar hacia fuera. Las
primeras curvas iba medio perdido porque el sistema es totalmente nuevo para mí
y no hago esta labor desde hace casi un año. Intento resetearme y concentrarme
y creo que al final del trabajo he aprobado, aunque sea raspando el suficiente.
Después de esa primera vez hemos ido alguna más, y cada vez tengo más por la
mano las notas y la conducción de mi piloto, por lo que la comodidad crece y la
calificación ha ido subiendo, siendo todo mejorable por mi parte.
Ahora toca esperar a que vayan pasando los días, mi
barriga vaya bajando a base de running y “hambring” y que las subidas de
montaña salgan bien para estar en las verificaciones de nuestra plaza del Pino
con casi todas las garantías (todas no se tienen nunca).
Lógicamente a esas alturas ya me habré sentado en
mi sitio, habré preparado todo mi arsenal de “cachos” para la carrera, tendré
los arneses ajustados y si puedo habré sentido la velocidad que transmite el
Clio, que según Jonathan no es tanto desde dentro como parece desde fuera.
Gracias a Jonathan por darme esta oportunidad, a Mundo Ramírez, a los patrocinadores que apoyan este
proyecto, a mi familia, que ya es un poco más grande y mucho más feliz por la
inclusión de Aroa en nuestras vidas y a ti por leerme y por venir (espero verte
allí) a la fiesta que tendrá lugar el viernes 19 de septiembre por la noche en
el Made in Teror, un cojonudo local de copas situado en la plaza de Sintes de
Teror. Allí tendremos el coche y sortearemos artículos racing además de que
alguien se llevará la posibilidad de subirse en el Clio acompañando a Jonathan,
en marcha y rodando, no allí, claro.
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Aquí nos vemos |
Nada más, lo próximo será contarte como se vive
desde dentro un rallye, otro, porque no olvides que sigo volviendo a las
carreras… sin haberme ido.