lunes, 20 de abril de 2015

Rallye Islas Canarias "El Corte Inglés" 2015: Cosas que pasan, pero poco.

Muy  buenas.
Volvemos al teclado para relatarte lo ocurrido en el pasado rallye Islas Canarias “El Corte Inglés”.
Como supongo que ya sabrás, tomamos el camino de la retirada el viernes en la salida del tramo 3. Ese es el resumen global, pero prefiero contarte también los detalles.
En la anterior entrada has podido leer que la preparación para esta carrera en cuanto a entrenamientos fue corta por falta de tiempo, pero lo que si se hizo larga fue la semana del rallye. Bajadas a la capital casi todos los días desde el lunes y muchas horas “tirados” en Santa Catalina sin mucho que hacer.
Presentación del coche para este 2015
El jueves por la noche iba a convertirse en el mejor momento de todos, visto lo visto después, y lo digo porque a pesar de que la ceremonia de salida empezó tarde, de que los pilotos extranjeros invitados (y muchos peninsulares, por no decir todos) hicieron el feo de no presentarse a la foto de familia antes de empezar, y no vinieron ni cuando el speaker fue a buscarlos dándoles gritos, una vez pasamos la rampa vivimos algo que nunca se me olvidará. La verdad que no recuerdo si en las otras ediciones que corrí de este rallye fue igual. Hablo del "pasillo humano” que se forma desde la rampa hasta las asistencias. Se trata de algo parecido a lo que pasa en el ciclismo cuando la gente deja el espacio justo para el paso de la bici, en este caso del coche. Mucha gente saluda, otros sacan fotos… fue inevitable que se me pusiera la piel de gallina. Quizás eso hizo que me motivara un poco más de lo que ya estaba, y seguramente también sentir esa atención de la gente me hizo ponerme más nervioso de lo que también ya estaba.

El viernes a mediodía toca verificar, no sin antes recorrerme todo Teror buscando un bombillo para el flexo del copiloto. El que está en el coche es muy viejo y aunque funciona, no quiero problemas y necesito tener uno de repuesto.
En las verificaciones, que por cierto podían haber dejado hacer por adelanto ya que todo el mundo estaba en el shakedown y perdimos la mañana esperando, ponen muchas pegas. Ya desde la noche anterior se rumoreaba que varios coches se iban a quedar sin salir por presuntas irregularidades técnicas. A colación de eso, impresionante la discusión de un jefazo técnico con un copiloto. Se dijeron de todo.
En nuestro caso nos dicen que las aletas no pueden estar recortadas, que las cruces de las barras deben llevar unas cartelas en las uniones y que las abrazaderas de los extintores tienen que llevar un cierre diferente. Todas cosillas leves que debemos tener OK para la próxima carrera. Al peso y verificado. Como anécdota contarte que el comisario técnico que verificó las etiquetas de la extinción me dijo que estaba caducada porque ponía “válido hasta 5/15 y abril es el mes 5”. Entre pensando si reírme o echarme las manos a la cabeza le digo que no, que abril es el cuarto mes del año, y que si fuera el quinto también me valía, porque caducaba ese mes. El muchacho se mira su mano, me dice que le sujete su bolígrafo, extiende sus deditos y cuenta: “enero, febrero, marzo y abril… ah sí, abril es el cuarto, pues nada, está correcto”. Miro hacia el techo de las carpas aquellas a ver si hay cámara oculta o algo, pero entiendo que finalmente lo que me acaba de pasar era verdad. Impresionante. Si lo vuelvo a ver verificando huiré de él como alma que lleva el diablo, porque ya será mas avanzado el año y si le costó contar 4 meses, me toca en octubre y me desgracia.
Con el coche ya totalmente terminado después de los remates de última hora y con las gomas que se usarían para correr ya en su sitio, nos volvemos a Teror.

A media tarde estamos otra vez en Santa Catalina. Tanto rollo pensando donde aparcar y al final en el parque de trabajo había mas coches de calle que de carreras, así que… pa dentro.
Se acerca la hora de empezar. Llegan noticias de los tramos que cuentan gotas de lluvia y niebla. Nervios. Jonathan escucha música y se relaja, yo escucho mi cerebro y estoy frenético. Nos vestimos y retiro el carné de ruta a mi hora. Todo en orden. Salimos. En el marcaje de gomas me echan la bronca porque llevamos la de repuesto al revés. Miro a ver si es el técnico de por la mañana pero no es, así que me lo tomo en serio y le digo que la próxima vez estará bien puesta.
Al poco de empezar el enlace el coche empieza a dar cabezazos. Jonathan pone cara rara. A medida que vamos subiendo a Arucas parece que lo hace menos, pero cuando paremos a ponernos los cascos hay que ponerle unos cintillos al captador del cigüeñal que puede ser que esté vibrando y esa sea la causa del problema.
Salida del tramo 1. Un tío me hace señas que no entiendo. Parece que me dice que suba el cristal. Con toda la cara metida dentro del casco y sin oír nada lo miro como puedo sin saber lo que quiere, y como no le veo el color del chaleco no sé si es un técnico o el propio crono. Cuando faltan 20 segundos para mi minuto de salida acerca la boca al cristal y me grita “¡¡¡el carné tío!!!”. Estoy en la pajia total, parezco un novato. En fin...

La estrategia es correr pero sin volvernos locos porque quedan un montón de kilómetros por delante y hay que guardar ruedas y no castigar el coche. No se nos da del todo mal, pero Jonathan confiesa que no va muy centrado ya que está casi mas pendiente del rendimiento del coche que de conducir. Yo reconozco que iba más incómodo que alguien que caga por primera vez en casa de su suegra. Resulta que cuando regulé los cintos con ayuda del amigo Kiko, tuve que acortarlos montón, y no creo que sea porque esté más flaco que en el Teror sino que como se han quitado y puesto se descolocaron. En los de los hombros dejé un poco de holgura para luego usarlos con el hans, pero debe ser que calculé mal porque apretándolos a tope no llegaba a estar totalmente pegado el sillón y claro, ya por Los Chorros los riñones se me iban a partir de hacer fuerzas. Si a eso le sumamos que al estrenar casco cerrado tenía que levantar la libreta más de lo que acostumbraba, que el palo del flexo pasaba casi por delante de mis ojos, y que al llevar la libreta levantada y orientada a la luz, el peso de las páginas hacía que en las curvas de derechas se levantaran todas en bloque, pues ya te puedes imaginar. Aun así llegamos a meta con un tiempo aceptable. 


Nos quitamos los cascos delante mi casa, saludo a mi madre, mi mujer y mi hija que han estado esperando por nosotros. Inevitable emocionarme al ver a Aroa “viéndome correr” (las comillas son porque ella todavía es chica para saber).
En el enlace al tramo 2 el coche se porta bastante bien y salimos a correr también con calma pero con confianza, ya que nos gusta la zona. En Cueva Corcho Jony tira de freno de mano marcándonos una cruzada curiosa y de esas en las que no se pierde tiempo, o eso pareció desde dentro. Llegando al final de Monte Gusano el cristal se está empañando un poco, por lo que enciendo el anti-vaho, abro casi todo el cristal y asunto solucionado. Llegando a meta el coche no va del todo bien. En el control stop se para y le cuesta arrancar. En el enlace ni paramos a colocar los cascos, sino que me los echo en la falda para no parar no sea que se cale y no arranque. Subimos por Juncalillo a duras penas. Las Emisoras mejor por ser llano. El plan es volver a ponerle cintillos y que no vibre. Antes de llegar a la Cruz de Tejeda voy buscando la linterna en la mochila con los cascos y los hans entre las piernas, al oscuro, y no la encuentro. Voy dando tumbos casi suelto porque si me amarro bien no llego a la mochila. Conclusión: casi me arrojo. Apenas puedo ayudar a Jonathan a mantener el capó para la operación en cuestión. Llegamos al control horario y tengo unas fatigas que no veas. Creo que también influye el esfuerzo físico que estoy haciendo al ir con los abdominales trincados durante tantos kilómetros sin haber comido absolutamente nada desde el almuerzo, que fueron dos lascas de lomo nada más, y antes de que lo preguntes ya te digo que no, el patrocinio de Donuts no incluye cajas de bollos, por lo menos de momento, aunque todo se andará.
No soy de los que se esconde, así que le digo a mi piloto que no me encuentro bien, pero que a Cazadores lo llevo. Contaba con vomitarme nada más pasar la meta, pero no hizo falta.
Control horario, sale el coche de delante, nos colocamos en la línea de salida y enciendo los focos, faltan 5 segundos, ponemos primera y… al llegar el reloj a 0 el Clío no se movió ni un centímetro. Los dos sabemos que se ha fastidiado un palier. Hago señas a la gente para que nos empuje y nos arrimen a un lado. Se acabó. Al bajarnos vemos que todos los tornillos del palier están en el suelo, enteritos. Se han aflojado y salido sin partirse ni uno. El palier no se rompió escarbando en la salida, sino que los tornillos, que ya debían venir sueltos de antes, allí se terminaron de salir. Luego resultó ser que los del palier del otro lado estaban también a punto, así que estaba visto que ese tramo iba a ser el del fin. Y mira tú por donde, dentro de lo malo ni tanto fue, porque al lógico alivio de que no pasó eso en pleno tramo con la probabilidad de accidente, al ser en la salida del último tramo del día, la grúa se iba para su casa que era cerca de la nuestra, y nos bajó el coche haciéndonos un medio favor. En lo que terminaba el tramo el cuñado de Jony subió a buscarnos y al final ni lejos estábamos ni mucho tardamos en llegar a casa. Si el abandono hubiera sido en mitad de Los Marteles, la grúa del tramo no va a por ti porque no hay más pasadas ese día, por lo que tendríamos que haber llamado a la del seguro que vete a saber cuánto hubiera tardado. Siempre hay cosas positivas en todo lo que pasa.
Subido a la grúa esperando para irnos
Allí mismo, cuando comunicamos a dirección de carrera que abandonamos por avería y que el coche no estorba al paso de los demás, pensamos si reengancharnos al día siguiente o no. Por el trabajo de notas y por correr la idea es que sí. Por el gasto de ruedas, gasolina y una posible rotura más grave sin sentido (si te reenganchas no clasificas para nada) la idea es que no. Jonathan lo valora, lo consulta y decide que no. Nos vamos para Teror con las ruedas casi nuevas y habiendo gastado poca gasolina. Al llegar a mi casa, todavía con fatigas, me como todo lo que encuentro por delante. Primero barriga muy vacía, luego barriga muy llena, cagalera segura.
Por la mañana madrugo para ir a ver el tramo de Teror y viendo los coches pasar se me borran los malos pensamientos. A mediodía subo a Las Emisoras con algunos compañeros de Aterura y resulta que presenciamos el momento clave del rallye, ya Auriol-Giraudet se van largos en una derecha cerrada, pisan la cuneta, avanzan por ella y le mandan tremendo taponazo a los bajos del coche contra la base de cemento de un hito reflectante. Todo eso delante de nuestros ojos. Siguen pero poco más allá se retiran con el amortiguador reventado. El copi vuelve caminando al lugar de los hechos y saca fotos supongo que para analizar lo sucedido. Invitados, pero profesionales.  
Los que fuimos con Denis Giraudet, el copi de Auriol
Ya por la tarde camino desde mi casa a la zona de Teror por la que pasa el último enlace a la llegada final. Con total sinceridad y envidia sana aplaudo a todos por el mérito que tiene.

Voy acabando. Tres días después de haber corrido (sólo dos tramos) todavía hoy estoy dolorido y con agujetas en los abdominales, lumbares, en las manos y los dedos. El amigo Osmundo Ramírez se reía de mí cuando se lo contaba, pero si nos ponemos serios pasa por mi cabeza otra vez el pensamiento de que tanto sacrificio de tiempo se hace para luego pasarlo bien corriendo, y si hago el esfuerzo y encima no me divierto… mala cosa. Quiero pensar que se dieron una serie de circunstancias a la vez, como los nervios del estreno de la temporada, la noche, nuevo casco y demás que se pusieron en mi contra, y por eso quiero “vengarme” en la siguiente, ya de día y con todos los fallos corregidos, aunque a mi favor puedo apuntar que en pleno tramo creo que no me equivoqué en nada, aunque seguro que es mejorable, faltaría más.
Termino ya. Primero dar las felicidades a tod@s los que terminaron esta carrera tan larga y exigente. También mandar apoyo a los que por unas cosas o por otras no lo pudieron hacer. Quiero agradecer a nuestros patrocinadores por invertir en nuestra aventura. Por supuesto darle las gracias a Jonathan Nuez, su equipo y su familia por darme la oportunidad de vivir desde dentro un evento de este calibre y la confianza para ser yo el que regule el ritmo dentro del Clío, que por cierto, corre una pasada.
Gracias también a mi familia y amig@s que no se olvidaron de mandar mensajes de ánimo antes de la salida y después de la rotura.
Y lo último que escribo es para recalcar la sufrida labor que llevan a cabo nuestras mujeres e hij@s cuando uno se mete en un embolado de este estilo. Nadie se imagina lo difícil que es aguantar el ritmo de una nena de casi un año, por lo menos de la mía, y mi mujer lo hizo todo el tiempo estando casi siempre sola, mientras yo le dedicaba su tiempo a preparar y estar en el rallye. Vaya desde aquí mi enorme admiración para todas las parejas que pasan por situaciones similares antes de cada carrera y encima van a animar el día clave. Eterna gratitud a mi maravillosa mujer Leti y a mi hija Aroa por permitirme seguir viviendo la pasión del motor y apoyarme tanto. Nunca encontraré la manera de compensarlas, aunque juro que lo intentaré. 
Nada más, hasta la próxima, que en principio debe ser el rallye Isla de Gran Canaria a finales de mayo, aunque nunca se sabe.
Vale más no pensar, sólo vivir.

Saludos.  

viernes, 10 de abril de 2015

Previa del rallye "El Corte Inglés": Esperando acontecimientos...

Hola amig@s. De nuevo nos encontramos por este medio, de lo cual me alegro.
Esta entrada del blog tiene la intención de contarte un poco lo que ha sido, está siendo y será la previa al rallye Islas Canarias “El Corte Inglés”.

Aunque a principios de año la idea era no participar, la obligada ausencia en Santa Brígida hizo que se replanteara la situación, ya que el trato con los patrocinadores era correr 5 carreras, y la cosa se iba a quedar en 4, así que se trabajó para sacar el presupuesto necesario y allí estaremos... creo.

En el plano personal quiero aclarar que hubo una posibilidad de cambiar de vehículo y de piloto, pero finalmente me quedé donde estaba. También quiero contarte que después de estar en Las Meleguinas viendo el rallye de Santa Brígida y mientras esperaba para saber que iba a hacer para el “Corte”, me dio por pensar que quizás no merezca la pena el tema éste de ser copiloto con lo bien que se pasa yendo a verlo y por contra los nervios que coge uno pensando en el trabajo de navegante. Al final dejé que mi cabeza se enfriara y volví mis pensamientos a donde siempre, al sillón de la derecha, pero eso sí, espero ser capaz a partir de ahora de no verlo ni vivirlo con tanta presión autoimpuesta. Sin pensarlo mucho se vive mejor y se disfruta más, o eso creo. Verdad es también que este rallye hay que verlo, porque mejor o peor que en otras ediciones, siempre será la mejor lista del año que veremos por aquí, y correrlo hace que no veas nada, pero...también es una experiencia bonita hacer tramos de tantos kilómetros y ver desde dentro lo que se mueve en un evento de este calibre. Además el recorrido me gusta bastante y es por zonas que mi cabeza domina perfectamente, por lo que lo disfrutaré. Será mi quinta participación y si no es este año será otro, pero seguro que antes o después vuelvo a la cuneta para ver los coches pasar.

En lo que se refiere a nuestro rallye en sí, decir que el coche actualmente está totalmente revisado y probado. Se ha hecho un test en el circuito de Tarajalillo para dejarlo todo a punto después de la revisión y mejoras llevadas a cabo durante el invierno.
Ahora mismo se está preparando para rotularlo con el nuevo diseño y nuevos (y viejos) patrocinadores y llevar a cabo la idea de presentar los nuevos colores.

En cuanto a los tramos tenemos que decir que hemos entrenado poco pero bien. Cogimos las notas y dimos una o dos pasadas por cada uno a un buen ritmo sin apenas corregir nada de lo que se había apuntado, trabajo del cual terminamos los dos muy satisfechos. No tenemos tiempo ni ganas de entrenar más, así que bien está. Correr de noche es un poco más complicado, pero no nos da miedo.

Jonathan cada día está mejor de su espalda y aunque tendrá que beberse un bote de Reflex antes de cada tramo, está en condiciones de correr, si no al 100% por lo menos a más del 75 y eso es bastante. En esta carrera no hace falta volverse loco, sino ir pasando tramos y llegar al final. Los que llegan siempre obtienen buen resultado porque hay otros tantos que no alcanzan la meta, cosa que también nos puede pasar a nosotros, lógicamente. 
Yo sigo con mi “desafición” al running  y odio eterno al “hambring” y aunque no se note  casi nada ya que mi barriga está más o menos como siempre, si que veo yo mejoría a la hora de pasar por los mismos sitios. Antes subía algunas cuestas caminando a paso de procesión y ahora troto como si nada, así que estaré igual de gordo pero tengo más fondo físico. Algo es algo.

Peeero absolutamente todo esto queda condicionado a un acontecimiento muy importante, que no es otro que el nacimiento de la segunda hija de Jonathan y Gladys. Dependemos de cuando Leyre quiera venir al mundo. Nazca cuando nazca es más que probable que retrase alguna parte del proceso previo a la carrera, pero eso lo tenemos asumido y ya se buscarán soluciones. De todas maneras se está trabajando a contrarreloj para ver si se hace todo antes de que se produzca el alumbramiento, que está al caer y sinceramente, cuanto antes mejor (teniendo en cuenta que todo está bien y que tiene las semanas correspondientes cumplidas). 

Con eso y con todo esperamos llegar a tiempo de estar en la rampa de salida el día 16 por la noche y que la cosa salga bien. Puede pasar que en medio del rallye tengamos que abandonar y tirar hacia el materno con el Clio Williams. No lo descartes.

Nada más, después del rallye espero contarte cosas buenas, o por lo menos entretenidas. Aprovecho para desearle suerte a todos los amigos que van a correr, que son unos cuantos.


Agradecer a los patrocinadores que hacen posible que se pueda correr, a Jonathan y su equipo por seguir confiando en mí a pesar de que casi “lo dejo colgado”, como no a Leti por permitirme quitarle tiempo a ella y a Aroa para dedicarle a estos follones, y claro gracias a tí de nuevo por perder tu tiempo leyéndome.