Saludos.
Todavía con el cansancio de un intenso fin de semana volvemos al teclado.
A modo de introducción, el resultado. 13º de la general,
3º del grupo TA, 4º de la categoría 2 y 4º de la Maxi Rallycar Challenge. Todo eso en cuanto a números, aunque lo que vale, y más teniendo en cuenta cómo se
dieron las cosas al final, es que llegamos a la meta, y eso tal y como iba el
año, es muy importante.
Ahora
paso a contarte la historia que vivimos esta vez para llegar a la conclusión
antes expuesta.
Nos
asignaban el número 17 en la lista de inscritos. Al no tener ningún resultado
este año era casi normal, y a mi no me disgustaba la idea de llegar siempre
después que los rivales. Así puedes mirar sus tiempos y calcular a la antigua
usanza, sin tener que mirar el on line y acabar con los datos fritos.
Desde
el jueves empezaron lo viajes a Jinámar. Las verificaciones administrativas son
como siempre un trámite más tradicional que otra cosa, pero ya se respira
ambiente. El viernes todo está en orden, y a mediodía no puedo resistir la
tentación de enviarle un whatsapp a Jonathan para saber si todo iba bien en el
desplazamiento del coche. Dicen que de las malas noticias se entera uno rápido,
pero me parecía raro que no surgiera algo de última hora. Mejor así. Las
verificaciones técnicas y la ceremonia de salida se hacen sin mayor novedad,
con la salvedad de que sin estar programado, la organización del rallye decidió
hacer un briefing en la rampa de salida, con un equipo de sonido que tenía
menos potencia que unos auriculares del chino y estando los coches a unos 50 metros de distancia,
así que por lo menos yo, no me enteré de nada. Si hubiera estado en el programa
horario con hora y lugar, todos habríamos rondado la zona y estado pendiente. En
fin, por lo que luego se supo no dijeron nada relevante.
Sábado
1 de agosto. No hace calor ni en Teror ni en Telde. Me alegro. Llevo bastante
mal las altas temperaturas y con todo el disfraz de copiloto puesto pues peor, así que estando la cosa fresca ya cojo más confianza de la que tenía, que no era poca. Al
final la temperatura no llegó ni a 30 grados en todo el día, llegando incluso a
lloviznar en algunas zonas. Para ser la fecha y el sitio que era,
condiciones extrañas pero favorables, para los coches, sus ocupantes y también
para los aficionados y organizadores.
La
primera sección nos la tomamos con calma. El coche está en modo “a prueba de
fallos” y no queremos cagarla. A estas alturas de la película no tenemos nada
que ganar y hay que ir con cabeza. Cada vez que Jony me dice algo de que se
puede mejorar yo le contesto: “tranquilo, esto acaba de empezar”.
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En el Parque Cerrado, esperando la batalla. |
En
la salida de Los Cuchillos 1, tramo que al final no corrimos por una neutralización,
estuvimos más de media hora con el casco puesto esperando que los organizadores
decidieran qué pasaba. Menos mal que había sombra y se estaba fresquito. Si nos
pasa esa situación con una ola sahariana de esas, la ambulancia no hubiera dado
abasto. De esos momentos me quedo con el gracioso look vacacional del jefe de
tramo, el gran Manolo Bassó. Con sus pantalones cortos de campaña y sus náuticas
rojas sin calcetines, estaba como salir corriendo a solucionar un problema en
pleno tramo.
También
como anécdota a destacar, en la bajada de Los Picos (creo, igual fue en Cuatro
Puertas) veo como Jony va mirando al suelo en pleno tramo y no sé lo que pasa,
pero no me da tiempo a preguntarle. Al final resultó que se había salido la
boquilla de su “camelbag” y el Powerade se había regado por debajo de los
pedales, por lo que le resbalaban los pies. Cuando se secó pasó a un estado
pegajoso que venía hasta bien.
Entre
sección y sección vamos al centro comercial Las Terrazas, sin duda un lujo de
sitio para ubicar un parque de trabajo. Asfaltado y llano, con todo tipo de
servicios (baños, bares, tiendas, supermercado…) con accesos fáciles y
aparcamiento a la sombra para todo el mundo. Entiendo que las demás carreras
hacen lo que pueden y sobre todo, dónde pueden, pero el Telde se apunta siempre
un tanto a favor con esta ubicación.
Para
la segunda sección montamos unas ruedas viejas (más viejas que las de por la
mañana, porque nuevas no teníamos ninguna) pero más duras por si se calentaba la cosa.
No nos fue muy bien, pero gracias a eso, pudimos guardar las blandas para la última
parte del día. En la meta de Cuatro Puertas 2 nos damos cuenta de que hoy si
que nos estamos divirtiendo. Varias veces
ha salido de la boca de Jonathan un “yupiii” o “yiiiija” al llegar a las metas.
Si él se lo está pasando bien es que va disfrutando y eso es porque mi trabajo
está bien hecho y le da para ir cómodo, por lo que me apodero
de sus gritos de júbilo y los transformo para mí mismo como signos auto-confianza.
Desde el punto de vista profesional, es importante que se valore mi trabajo, y
muy bueno que también lo valore yo mismo y además, sinceramente, también me
lo estaba pasando que te cagas.
En
este rallye los enlaces aparte de ser fáciles y sin complicaciones, eran muy cómodos
en cuanto a tiempo. Sobraban siempre más de 15 minutos para poder estar parados
y descansar, sin llegar a ser demasiado para empezar a enfriarnos. En la zona
de Casa Pastores paramos al lado de una acera, y se dieron dos de las cosas de
las que uno no se olvida aunque pasen los años. Como había tiempo y unas palmeras "camufladoras",
decido ir a orinar. Hace viento. Suelo de tierra. Patadita al piso a ver hacia
dónde va el polvo para no evacuar en contra del aire. Trucos de gente del
campo, todo controlado…o no. Sale el chorro y se viene contra mí. Estaba virado
hacia el este. Giro al sur, peor. Giro al oeste, imposible. Giro al norte…bien
pero tarde. Conclusión: me había meado las botas y el mono. No tenía agua que
echarle y mezclar aquello con Powerade no venía en ninguno de los remedios
caseros que conozco, así que dejé que me diera el aire y listo. Encima para
rematar la faena, cuando me subo al coche con el casco puesto y me abrocho los
5 puntos del arnés, la puerta no cierra. Ya leíste que estábamos al lado de una
acera, pues claro, cuando me bajé abrí la puerta un poco, pero para subirme con
el aparatoso casco la abrí del todo, trabándose el bajo contra el bordillo. "Levanta
el culo" me dijo Jony, pero no. Tuve que soltarme y casi bajarme para poder
salir de aquel problema. En fin, como el día iba bien y teníamos tiempo, nos lo
tomamos a la carcajda limpia. Yo concretamente iba hasta meado, pero no de risa.
Volviendo a la competición, casi
sin darnos cuenta y sin agobiarnos por ello, estamos manteniendo una bonita
lucha con varios equipos. Hay 4 coches en menos de 10 segundos y como por la
cabeza del rallye la cosa está descafeinada, centramos la atención de la gente.
Por esa lucha (y porque no teníamos otra cosa), para la última sección volvemos a poner las ruedas que usamos
por la mañana. Salimos a ella y cruzamos la meta de Los
Moriscos octavos de la general.
Llegando a Arinaga el volante está como raro. Paramos en una gasolinera y resultó
ser que no es el volante sino la propia barra de dirección la que está floja. Tenemos
la herramienta adecuada y se puede arreglar.
En
la salida de la Era
del Cardón el amigo Nuez me dice algo del DNI en la boca, pero prefiero no
contestarle. No le hizo falta. Hicimos el tramo a un ritmo brutal, encochinados
con el mundo. En el top intermedio pico 7 segundos mejor, pero no se lo digo
porque interpreto que el ritmo es muy bueno y apurarlo yendo con ruedas
tan usadas puede ser peligroso, y si se confía también puede ser mala cosa. Si
estuviéramos jugándonos un campeonato o una copa, sí le hubiera cantado esa
referencia, pero estamos en agosto, tenemos tres ceros como tres soles en lo
que va de año, y en aquel momento mi lado prudente decide que me quede callado.
En la meta mejoramos 11,4 el tiempo de la pasada anterior y nos ponemos sextos.
Lo hemos pasado bomba en esos 13 kilómetros .
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Foto: Click racing |
Nos
queda un solo tramo, que a pesar de ser el último habrá que hacer rápido para
intentar mantener lo conseguido, pero…nuestro gozo en un pozo. Cuando me subo
en Agüimes después de volver a poner gasolina (ponemos varias veces durante el
día en tandas de 10€ para no llevar demasiada carga) echo de menos mi lápiz. No
es que sea especial, pero es el que llevo usando todo el día. Lo busco pero no está.
Cojo otro. Arrancamos y se oye un ruido, como si hubiéramos pasado por encima
de una piedra. Seguimos avanzando y el ruido va a más. Paramos y buscamos algo,
hasta que nos damos cuenta de que se ha echado fuera la rótula de la copela de
la suspensión y está dando golpes contra el capó. ¿Mala suerte por perder el lápiz? Supongo que no, pero vaya casualidad...
No es de extrema gravedad, pero si lo suficiente como para no poder correr más. Pensamos en retirarnos, pero decidimos hacer el enlace entero despacio y llegar a la salida a ver que pasa. Desde allí llamo al amigo Raúl Quesada que aparte de gran piloto es excelente mecánico, y le explico el problema. Me dice que si vamos despacio no va a pasar nada, pero que hay que tener cuidado. Me insiste en que no nos retiremos, que seguro que llegamos a la meta final. Así lo hicimos. Bajamos el último tramo a 50 por hora y perdemos parte de lo conseguido durante el día, pero llegamos. En el cruce de Lomo Magullo el propio Raúl nos aplaude al vernos pasar. Su cara de tristeza me hace soltar alguna lágrima. Somos amigos desde hace muchos años y él conoce de esto. Sabe que lo estamos pasando mal dentro del coche. Si la avería hubiese sido en otro momento nos hubiéramos marchado para casa, pero faltando un tramo había que terminar. Quizás podríamos haber corrido un poco más, pero nunca al ritmo que necesitábamos para seguir en el top ten, así que valía más minimizar los riesgos. Al pasar la meta y también una vez pasado el último control del rallye le doy las gracias a Jonathan. Siempre lo hago, y siempre lo haré, con él y con quien quiera que me suba.
No es de extrema gravedad, pero si lo suficiente como para no poder correr más. Pensamos en retirarnos, pero decidimos hacer el enlace entero despacio y llegar a la salida a ver que pasa. Desde allí llamo al amigo Raúl Quesada que aparte de gran piloto es excelente mecánico, y le explico el problema. Me dice que si vamos despacio no va a pasar nada, pero que hay que tener cuidado. Me insiste en que no nos retiremos, que seguro que llegamos a la meta final. Así lo hicimos. Bajamos el último tramo a 50 por hora y perdemos parte de lo conseguido durante el día, pero llegamos. En el cruce de Lomo Magullo el propio Raúl nos aplaude al vernos pasar. Su cara de tristeza me hace soltar alguna lágrima. Somos amigos desde hace muchos años y él conoce de esto. Sabe que lo estamos pasando mal dentro del coche. Si la avería hubiese sido en otro momento nos hubiéramos marchado para casa, pero faltando un tramo había que terminar. Quizás podríamos haber corrido un poco más, pero nunca al ritmo que necesitábamos para seguir en el top ten, así que valía más minimizar los riesgos. Al pasar la meta y también una vez pasado el último control del rallye le doy las gracias a Jonathan. Siempre lo hago, y siempre lo haré, con él y con quien quiera que me suba.
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Ahí la avería en cuestión. |
En
lo que debemos apuntar para estudiar y aprobar en septiembre es el tema de la
cámara. Se suponía que este año con los interfonos nuevos se podría grabar el
audio de nuestras voces a la vez que la imagen, pero en el Islas Canarias no
habíamos conseguido el conector (yo compré uno pero no era), en el Gran Canaria
se perdió la tuerca de sujeción y no pudimos ponerla. Ahora en Telde, al poner
el cable de entrada de audio la pantalla se quedaba en negro y no grababa. Pensamos
que era la batería y la dejamos cargando en la asistencia, y cuando volvimos a
ponerla hizo lo mismo, por lo que al final sólo grabamos los tramos 7 y 8 y sin
audio. Esperamos encontrar una solución.
Pica en este enlace para ver el on board del TC 7: Cuatro Puertas 3.
https://www.youtube.com/watch?v=FGj1JiCfUVk&feature=youtu.be
En
lo que esperamos para pasar por la rampa de llegada (espera que duró dos horas,
lo nunca visto), recibo la noticia de la muerte de Angelito Ortega, y si ya
estaba de mala leche por lo de la avería, esto me remata. Me sentí de esa manera
impotente y extraña que todos hemos vivido alguna vez cuando se nos va alguien
cercano y querido, que sin ser familia, te das cuenta de que le tenías mucho
aprecio y nunca lo habías pensado. Angelito era una persona mayor con una
mentalidad joven. Era el presidente de la Asociación de Vecinos de Madrelagua, el barrio de mi mujer, en
el que por las cosas del puto destino, se estaban celebrando las fiestas estos
días. Y lo peor no es que fuera el presidente ni que eran las fiestas, lo peor
es que Angelito era buena persona. En fin, la vida es así. Deseo que descanse
en paz y que como siempre hacía, todas las historias que siga contando las
acabe riéndose, porque todo lo que había vivido lo recordaba con buen humor.
Con
eso y con todo, que si rampa que si grúa y que si viaje a Teror, desconectamos
el modo rallye a las tantas, y ya siendo lunes y habiendo descansado poco por
haber acompañado a la familia del desparecido Angelito “machete”, me vino a la
cabeza la posibilidad de que por haber quedado cuartos de “la copa Hankook” nos
pertenece una rueda nueva gratis, que con otra que tenemos por allí suelta ya
tienen la etiqueta de “reservadas para Teror” sin tener que gastarnos los
cuartos.
Nada
más amig@s, me despido felicitando a los que consiguieron alcanzar la rampa final, mandando ánimo a los que no lo lograron y como siempre dando las gracias a los patrocinadores de
nuestro equipo que hacen posible que estemos viviendo todo esto, al equipo de
asistencias por el curro que se pegan, a las familias por darnos el permiso y
el apoyo para disfrutar de este vicio tan complicado de quitar. Gracias también
a Jonathan Nuez por seguir proponiéndome la responsabilidad de guiarle con mi
libreta por esas carreteras del mundo.
No
se me queda atrás felicitar a mi amigo Diego por haber conseguido llegar a la
meta.
Por
la parte que me toca, nunca me olvido de mi mujer Leti y mi hija Aroa, que
aunque las cosas salgan mal, y también cuando salen bien, siempre están detrás
de mi con una sonrisa y un beso preparado. Eso si es una recompensa y no una
rueda gratis jajaj.
También
gracias a ti por leer este tostón y recuerda que si me ves por ahí, estoy
abierto a consejos, críticas y a lo que estimes oportuno. Siempre se puede
mejorar, en el copilotaje y en la escritura. También agradezco a quien se me
acerca y me dice que siempre me lee y le gusta. Eso me da ánimos para seguir
tecleando.