Muy
buenas.
Después
de dos carreras casi seguidas retomamos de nuevo el blog.
En
el Comarca Norte las cosas no salieron del todo bien, y diferentes problemas en
el coche nos hicieron terminar casi en la cola de la clasificación. Es verdad
que por lo menos fuimos capaces de llegar a la meta final y con eso hay que
quedarse. Los tramos eran bonitos y aunque entre unas cosas y otras estuvimos
casi todo el día estresados, disfrutamos de la zona por la que pasó el rallye.
Debía haber escrito una crónica exclusiva de esa carrera, pero terminé cansado y desganado, por lo que decidí dejarlo pendiente y desconectar
un poco del tema, aunque tampoco fue demasiado porque casi sin habernos
enfriado tuvimos que hacerle frente al rallye de Telde.
El
viernes las verificaciones y ceremonia de salida se realizan sin mayores
contratiempos. Bastante gente y buen ambiente.
El
sábado desde primerísima hora estamos ya en el parque de trabajo, que se
convierte en un caos debido a que quien lo diseñó lo hizo seguramente desde un
ordenador, sin tener en cuenta ni los postes de las farolas, ni los parterres
ni nada por el estilo. Los chiquillos de la Escudería Aterura
se las vieron y desearon para ubicar a todo el mundo. También es verdad que hay
gente que tiene más cara que espalda y están acostumbrados a ponerse dónde les
da la gana y cómo les da la gana. Al final todo se solucionó, gracias a la a la paciencia de los comisarios y a la colaboración de varios equipos incluido el nuestro, que cambió de sitio la
carpa y el furgón hasta en tres ocasiones.
Vamos
a correr todo el día con gomas usadas, así que tendremos que tener cuidado,
pero no por eso vamos a dejar de atacar.
En la primera recta del rallye con más de 400 metros, los
limpiaparabrisas se accionan solos y se paran casi en vertical y
delante de los ojos de Jonathan, que además no dejaba de mirar a la izquierda
porque la goma del cristal se había salido y rebotaba para todos lados. Aun así
el tiempo no es malo. A partir de ahora se fijan los limpias y la goma con
cinta americana, por si acaso.
El
día va avanzando y las cosas no se están dando mal. Los tiempos son bastante
regulares, y a pesar de que algo vibra en el puente trasero al frenar, y que la rueda delantera izquierda roza la aleta en los apoyos fuertes, no
supone demasiado problema ir llegando a las metas.
Lo
peor que vamos llevando son los enlaces por la autopista, ya que como siempre
nos pasa, yendo en sexta el ruido es asombroso. Menos mal que un cartel
publicitario que decía “PENETRÓN” nos da para hacer chistes de todo tipo y que
sea más ameno el camino a los tramos.
Antes
de la salida de la segunda pasada por La Pasadilla la aguja de la temperatura está
bastante vertical. Estamos desesperados por salir a correr. Para el resto del día
calculamos la llegada a los controles horarios casi al límite para estar
parados en cola lo mínimo. No parecía
que hiciera un gran calor, pero sólo lo parecía. Al no hacer sol la percepción
cambia, pero sí que la temperatura en esas zonas casi cumbreras era bastante
elevada. Menos mal que en las asistencias de Jinámar soplaba la brisa marina y
se estaba bastante bien.
Cuando
quedan tres tramos para el final y mientras ponemos gasolina en Agüimes, vemos
que hay unas gotas de aceite en la parte frontal. El nivel en la varilla parece
estar bien, pero por si acaso hacemos la primera pasada por La Era del Cardón con un ojo
puesto en el reloj de presión. Al llegar a la asistencia se descubre que el
radiador de aceite tiene una pequeña raja por la que va perdiendo líquido. No
es mucho, pero se intenta reparar para poder terminar, aunque realmente no
funcionó el apaño porque la gotita fue a más y terminó por pringar bastantes
zonas. Faltaba una especial y de nuevo en la misma gasolinera donde vimos el
problema, reponemos aceite. Dos litros deberían ser suficientes para poder
llegar a meta. Otra vez el tramo con un ojo sólo por estar vigilando que todo
vaya bien. Al pasar la meta, nos saludamos pero no celebramos. Si el bajón
de aceite va a peor podemos quedarnos tirados en el enlace y decir adiós al
rallye. Sin dejar de vigilar que todo sigue en orden en el interminable camino
desde Los Cuchillos a Las Terrazas, conseguimos finalizar el rallye, al final
séptimos clasificados.
Con
todo eso, y después de haber disfrutado bastante de los tramos y del coche, quedamos
cuartos de la “copa Hankook”, lo que da derecho a una rueda nueva como premio,
que no es poco.
Una
vez dados los abrazos pertinentes, toca pasar la rampa final. Como suele ser
costumbre en Telde, primero suben los vehículos que cogen trofeo, y luego los
demás. O se supone que eso era así, porque después de los Micras nos toca a
nosotros y… nos dan un trofeo que no nos corresponde. Hacemos las fotos
protocolarias pegados casi al techo del podium (faltó darle un metro más
adelante al coche) y una vez aparcados paso por la zona de los trofeos para que
corrijan el tema, y me dicen que está bien así porque los trofeos no se
acumulan. No me iba a poner a discutir, pero eso es cuando coges varios premios
en relación a la clasificación general y las diferentes clases, no a las copas
promocionales. Además, a Jonathan le dieron uno que decía “subcampeón”, y el mío
decía “tercero”, pero bueno, el muchacho a cargo de todo aquello tenía decenas
de números apuntados en un papel de 2 centímetros
cuadrados, y tampoco es demasiado importante, porque a fin de cuentas lo que
importa es la clasificación y los puntos atribuidos.
Otra
cosa a reseñar fue la colocación de los coches en el parque cerrado final del
rallye. En aquel tremendo espacio, nos apretujaron unos contra otros como si
fueran a meter 180 camiones, y claro, a la hora de salir cuando abrieron el
parque la mitad tuvo que recorrerse el centro comercial buscando al dueño del
coche que lo tenía trancado. En fin, cosillas a mejorar para próximas ediciones
supongo.
No
escribo más, que la inspiración es poca. Como siempre agradecer a los
patrocinadores, amigos, aficionados y familiares por el apoyo. Llama la atención
la cantidad de gente que siempre hay alrededor de nuestro coche en las
asistencias. Las famosas llamaradas han cautivado jejej.
Después
de dos rallyes intensos toca descansar y cargar las pilas para el apasionante
final de año que se avecina, en el que si todo va bien, correré 5 carreras en
tres meses.
Hasta
la próxima!!!!