jueves, 11 de mayo de 2017

Rallye Islas Canarias 2017: Pata, fresa y chocolate

Muy buenas. Con poco tiempo de diferencia desde la última vez volvemos a activar el blog, ahora para contarte nuestras vivencias en el pasado rallye Islas Canarias, al que mi cabeza siempre llamará “el cortinglés”. El resumen inicial y puedes dejar de leer ya si quieres fue: 1º de la agrupación (antiguos grupos) N3 a nivel nacional, regional y provincial, 1º de la categoría (antiguas clases) 4 a nivel regional y provincial, 22º de la clasificación del campeonato de España, 13º del campeonato regional de Canarias, entre los 35 primeros de una hipotética clasificación general global y lo más importante, 1º de la Copa Adam Disa max.
Maletero cargado de trofeos
Este rallye por sus peculiaridades y reglamentos, conlleva que haya que ocupar toda la semana en él para papeleos y actividades varias. Empezábamos el lunes tempranito viendo los tests en Artenara, que rematábamos estando presentes en el shakedown del Cenobio el jueves, y eso que las verificaciones técnicas del miércoles por la tarde se alargaron hasta bien entrada la noche, pero con tremenda lista de inscritos no podía dejar pasar la oportunidad de ver algo, ya que los días de carrera no iba a poder, y mereció la pena el madrugón.
Aquí vi a las máquinas europeas
En referencia a las verificaciones, voy a contar una anécdota que no es que hiciera demasiada gracia. Una hora antes de que nos toque pasar el coche hago el trámite documental con la Guardia Civil, y veo una cola de participantes con los monos y los cascos. Supongo que van a verificar la ropa de los que hacen el shakedown, ya que en ningún sitio del programa horario, ni reglamentos ni anexos ni complementos decía que la revisión de la vestimenta era ese día. Por si acaso, decido preguntar a los comisarios técnicos y me dicen que sí, que la tienen que revisar. Les comento que eso no está escrito y me dicen que lo consulte con el relación con los participantes, pero también me comentan: “yo que tú, iba a buscar la ropa por si acaso”. Paso un rato dándole vueltas a la situación, ya que tenía que ir hasta Teror y Valleseco para volver a Santa Catalina. Finalmente, y viendo que muchos compañeros sí tenían sus uniformes allí, me subo al coche del amigo Diego y tiramos. Por el camino movilizo a Mina, a Pini y a Ale García para que me vayan juntando los bolsos y así tener que ir a un sitio sólo. Tardamos poco más de una hora en subir y bajar, y al llegar al CH de entrada a verificar, Raúl y el Adam están donde mismo los había dejado. Encima, al ir a revisar la ropa me dicen que ha habido una confusión con los R2 y que al final no hacía falta llevarla sino que sería comprobada en la carrera como en el resto de rallyes del año. Viaje perdido y nervios ganados. En fin, al final salimos de allí casi a la 1 de la mañana, así que dio tiempo a templar los ánimos.
Con el amigo Iván. Quién nos iba a decir que futbito uniría a tres carreristas de siempre
El jueves por la tarde hacemos la ceremonia de salida con muchísima gente y al ser de los primeros en pasar la rampa, a las 22:00 ya estaba en casa. Luego el viernes al ser de los últimos en salir, no hubo que madrugar, por lo que me dio tiempo de dormir bastante y estar con mi familia en mi casa un rato antes de empezar el rallye. Lo nunca visto, y repetida situación para el sábado. Muy cómodos los horarios, acierto de la organización, como en general en  casi todo el rallye.
Salíamos a hora y media del primero...
Llega el día de la verdad. Toda la parafernalia anterior no sirve ya para nada. Ahora vamos a correr. Justo esa fecha, el 5 de mayo, hace ocho años que fallecía Gustavo “el negro”. Por motivos protocolarios no hicimos una pegatina en su recuerdo, pero estaba muy presente en nuestras cabezas.
El enlace a Cueva Grande es super justo de tiempo, como pasa desde hace una pila de años. Siempre dan poco tiempo, siempre penaliza mucha gente y siempre acaban anulando ese control, pero nunca se dan cuenta para el año siguiente.
Los tres primeros tramos no nos salen nada bien. Raúl va incómodo y resoplando todo el rato. Acabamos la primera sección 2º, pero cerca de la cabeza.
En la repetición de Cueva Grande-Tejeda nos tiramos a lo bestia por el Roque Nublo y cogemos el liderato de la copa. También ganamos la siguiente especial, después de que el amigo Quesada hiciera un cambio de ruedas de atrás a adelante en tiempo récord, mientras mi torpeza y yo nos limitamos a no estorbarle demasiado. Mudó de sitio las cuatro ruedas del coche en poco más de 5 minutos. La gente que estaba viendo aquello en la Disa de Tejeda estaba asombrada y nos despidieron casi con aplausos. No es para menos. Hasta yo que lo conozco, me quedé anonadado.
El tramo espectáculo de Las Palmas de Gran Canaria es un mero trámite en el que no debemos arriesgar nada, y menos aun con las gomas que teníamos. Después de dos casi trompos, cumplimos el expediente y disfrutamos del concurrido y precioso enlace por San Juan y Vegueta, que incluía el paso por delante de la Catedral de Santa Ana, un marco incomparable.  En el recorrido previo a esta especial, cuando las fuerzas ya empezaban a flaquear, obsequio a mi piloto con una ambrosía que tenía guardada. No expondré las palabras de amor que me dedicó, pero si diré que me dejó claro que era lo mejor que había hecho en todo el día, aunque matizó después (30 segundos más tarde cuando ya el daño estaba hecho☺) que no es que el copilotaje lo hubiera hecho mal. Fueron las primeras risas de la temporada dentro del coche, y nos alegramos de que eso pasara.
Tramo urbano (foto www.MotoraDiario.com)
Hacemos una (otra) estresante asistencia y guardamos el coche en el parque cerrado para que pase la noche, durmiendo como líderes con 12,6 de ventaja.
Dormimos bien acompañados, y vigilados por detrás
El segundo día empieza de nuevo con un horario cómodo que incluso me permite visitar los aseos del centro comercial El Muelle con total calma para liberar algo de peso.
Primera especial satisfactoria, pero segunda y tercera no tanto. Donde mejor creíamos que se nos iba a dar, hemos perdido tiempo.
Quedan tres tramos, y se mantiene la distancia a algo más de una docena de segundos.
Ganamos en Moya, perdemos en Ayacata. Los dos puntos extras de ese tramo son para Óliver Nieves y Javier Alonso, que están haciendo un carrerón. Resta un tramo, Las Vallas-Era del Cardón. Los mismos (u otros pero iguales) 12,6 que teníamos el viernes por la noche volvemos a tener. La guerra psicológica con nosotros mismos es complicada de librar. ¿Conservamos y guardamos los virtuales 35 puntos que tenemos o atacamos para intentar ganar 2 más? Es una de las particularidades de esta copa, y para eso se puso en el reglamento. Durante el largo enlace vamos deliberando. Finalmente coincidimos en que tenemos que ir fuerte porque la distancia no es demasiada y lo virtual no siempre se hace real, pero por otra parte, la línea roja debe estar un poco más abajo que el resto del día, ya que un trompo o cualquier fallo tonto daría al traste con el trabajo de todo el rallye. Así lo hacemos, rápidos y arriesgando pero sin tantos brutalismos como en tramos anteriores, aunque alguno si que hubo. Cruzamos la meta sabiendo que el triunfo es nuestro. Faltaba saber si el tramo también. Al final empatamos y reparto de puntos, estilo fútbol.
En la Era
De nuevo igual que en Tenerife hace unas semanas, nos invaden sensaciones agridulces, ya que la competitividad hace que nos parezca que se han escapado unos puntos. Ya cuando vamos por Ingenio estamos más contentos porque pesa más haber ganado 36 que perdido 3. De todas maneras, aunque hasta el mismo ganador del rallye, el ruso Lukyanuk celebra su triunfo en el control stop, quedan unas cuantas sumas que hacer antes de que todo acabe. En la mini asistencia del final, aplausos y abrazos. Sumo por última vez y entrego el carnet de ruta. De nuevo le doy la mano y la enhorabuena a Raúl diciéndole: “ahora sí, hemos ganado”.  Justo en ese momento, cuando la tensión de casi una semana abandona el cuerpo y la mente, el dolor de riñones y de padrastros se me sube a la pela y casi acaba conmigo. Los sillones medio baratos que lleva el Adam no están preparados para aguantar una mole como yo durante tantos kilómetros. Lo de los cuerillos en las uñas es un mal endémico de los copilotos, de tanto meter y sacar la mano en la mochila. Seguro que los compañeros lo entienden.
Objetivo cumplido. (foto: Diego Guedes)
Mientras hablamos con unos y con otros oímos nuestros nombres por la megafonía para empezar a recoger trofeos. También pasamos el coche por la rampa y descorchamos una botella de espumoso, que abro antes que Raúl en lo que corro hacia él para cambiarle el mono de olor. De color ya lo había mudado él desde el viernes por la mañana. Siendo blancos…
Con las caras empegostadas nos fundimos en un sentido abrazo en el que somos dos, pero realmente somos más.
Momento húmedo (foto: Yani PhotoRacing)
Último trofeo recogido junto con el cheque y las ruedas del premio, y a precintar el coche para la verificación final.
En lo que se abre el parque, ya vestido de persona pero aun sucio, me mando dos bocadillos de pata y un “clipe” de fresa que me saben a gloria. Mi hija me llama por teléfono para cantarme el campeones campeones y lógicamente, lloro.  Llevaba desde el jueves preguntándome: “Papi, ¿ya ganaste?” Ahora ya le dije que sí.
Volvemos a casa. Ha sido una semana dura de idas y venidas y sobre todo muy seguidas las dos primeras carreras, por lo que la exigencia física y mental nos ha llevado al límite. Nos queda la pena de que el Skoda de los amigos Toñi y Rubén no haya podido terminar, pero en el día y medio que estuvieron en carrera rindieron a buen nivel y lo pasaron bien.  
Con dos ídolos, ahora compañeros
Voy terminando no sin antes agradecer al equipo humano que nos acompañó y ayudó a que todo saliera bien. A ver si no me dejo a nadie atrás. Antonio, Mina, Carol, Claudio, Saúl,  Desi, Álvaro, Pancho, Antonio, David, Toñi y Rubén formaron el equipo en esta carrera. En los tramos para darnos referencias estuvieron Diego, Aday, Ángel, Sara, Alex, Yure, Ale García, Isra, Alonso, Gustavo, Iván, Armide, Javi y montones más que vimos animando y hasta llegamos a saludar, más l@s amig@s que pasaron por Santa Catalina en algún momento, además del resto de familiares y amigos que estuvieron pendientes. Si a alguien no nombré y debía hacerlo, que me perdone y lo diga para editar esto sobre la marcha.
Acabo este relato mencionando a las dos (4) personas más importantes de todo esto. Raúl ha confiado en mí para intentar ganar la copa. Sabe que mi tiempo, mi cabeza y mi cuerpo no están todo lo comprometido que debiera, también sabe que voy a estar ahí siempre sacando lo mejor de él y con la bata de psicólogo animoso puesta... y con conexión directa con Tirma. Gracias amigo!!!
Por último, y por eso la dejo para el final, por ser la más importante, quiero agradecer a mi mujer Leti (que engloba a mis retoños, Aroa y Adrián y por eso lo del 4 entre paréntesis de antes) el sacrificio que hace para que yo pueda vivir estas experiencias. Le pido con todas mis fuerzas al señor tiempo, que me de el idem de que las circunstancias hagan que podamos estar todos juntos en las carreras, y de poder recompensarla de alguna manera, aunque para eso, sabiendo el esfuerzo que ella hace, tendré que usar por lo menos dos vidas más.

Nada más, será hasta una próxima ocasión. Ahora tenemos unas semanas de “vacaciones carreristas”, aunque inevitablemente ya el disco duro está listo y dispuesto para el próximo asalto, que será en La Palma a mediados de julio. Hasta entonces, salud, suerte y cuidado al cruzar, que los Adam son zorros.   

PD. Perdón por el título. La dieta me tiene echo polvo...