domingo, 8 de octubre de 2017

Rallye de Teror 2017: Misión impo-tente.


Muy buenas.
La verdad que para sentarme a escribir esta entrada he tenido que sacar tiempo de donde no hay, porque entre unas cosas y otras se me ha juntado el final del Teror con la preparación de varias pruebas que tiene nuestro equipo de aquí a final de temporada.
El resumen final que siempre ponemos al principio es que terminamos segundos de la copa Adam Disa max y novenos de la clasificación general.
Marco incomparable
Esta vez apenas pudimos entrenar los tramos como nos hubiera gustado. Las obligaciones laborales de ambos junto con mis labores familiares nos han dejado poco tiempo para estos menesteres. Al final, salimos a correr con bastantes menos pasadas de lo habitual este año y eso quizás pudo notarse en el rendimiento, aunque tampoco creo que haya sido decisivo.
Los días previos a la carrera la previsión meteorológica daba lluvia débil pero constante, así que la decisión del marcaje y monta de ruedas nos ocupaba bastante la cabeza. Después no llovió nada y las gomas que usamos no llegaron a ser las más adecuadas, pero eso tampoco llegó a ser determinante en el resultado final.
Ceremonia de salida. El de la bandera es conocido

La consigna de la mañana era no dormirnos en los primeros tramos, cosa que conseguimos porque ganamos el primero del día, bastante raro en nosotros, aunque después en el segundo nos cayó casi medio segundo por kilómetro y empezamos a darnos cuenta de que no iba a ser posible. En el tramo 3 ganamos por casi nada y para la segunda sección la idea era atacar a lo bestia para reducir las diferencias, aunque según nos decían desde las cunetas, iba a ser imposible y así fue. Después de bajar Monte Gusano y Lomo del Palo como si no hubiera un mañana con Raúl haciendo un “shhhhh” en cada librada en las que yo trincaba el culo, llegando a reducir mucha ventaja a los rivales, en las partes de subida nos caían los segundos como sacos de papas en la espalda, así que en la meta de la segunda pasada por el tramo largo decidimos que se había acabado la lucha por el primer puesto y que la táctica sería ir rodando hasta el final a ver si las ruedas nos aguantaban medianamente en condiciones y podíamos ganar el último tramo que discurría casi todo en bajada.
Durante las tres especiales en las que fuimos a ritmo tranquilo, las asimétricas fueron conservándose y nos daban el chance de volver al ataque en el tramo 9, que incluyendo un susto grande a la salida de la segunda vuelta por el Puente del Molino, nos daba 2 puntos extras.
En el mismo control stop de ese tramo se precintaban los Adam para una posterior verificación que no aportó más luz que la de saber que el banco de potencia en el que se testaron los coches estaba medio desconfigurado, dando finalmente valores válidos y legales, dando por sentado que allí ese lunes, los coches estaban todos iguales.
Pasando por "los arbejales"
No voy a escribir mucho más esta vez porque no recuerdo casi nada de lo que vivimos en enlaces ni en tramos, sobre todo porque cuando más arriesgamos no sirvió para nada y esa frustración ejerce de tipex mental al llegar a las metas. Como dice el título, la misión esta vez fue imposible porque como todos (pero todos todos, hasta gente con polos oficiales) decían, no íbamos a poder, e impotente porque no hay que perder los nervios ni dejarse llevar, aunque lo que pide el cuerpo en algunos momentos es otra cosa. De momento nos vamos controlando y dando la cara, saludando con la mirada levantada, sin miedo y sin vergüenza por no ganar.
La sonrisa no la perdemos (casi) nunca
Sí que recordaré este rallye en el que tantas efemérides se daban en cuanto a número de carreras disputadas, como el primero al que fue mi hijo Adrián, que junto con Leti y Aroa saludaron de camino al primer tramo en el enlace que pasaba por la puerta de mi casa, y estuvieron todo el día en las asistencias. En eso sí que me dejó contento el rallye de mi pueblo.
Con cariño y hasta con risas recordaremos siempre las calenturas del amigo Adán cuando pasábamos por delante del Restaurante Hermanos Santana y nos preguntaba por las diferencias. Suya fue la paella que nos comimos por la noche para celebrar los cercanos cumpleaños del jefe Toñi Ponce y de Raúl. También mencionar la réplica de nuestro coche que ha hecho Yeray Alonso y que tantas pasiones levantó en las verificaciones, así como la buena actuación de Aday que se sacó una espina, y de Edu que se prodigó de manera notable al volante. Aprobado con nota también el speaker de este año, y que sean muchos más.
El mejor copi de Canarias, metido a chofer
En fin, a pesar del resultado, todas las carreras pasan al disco duro con algo de lo que acordarse.
Precioso el trabajo del amigo
Ahora ya con el Teror en el pasado, estamos preparando la subida de Moya que hará Toñi Ponce con el Skoda, para después seguir nosotros con el Adam en el Isla de Tenerife que ya estamos perfilando en cuando al papeleo se refiere, quizás escaparnos a La Oliva con el AX, seguir en Maspalomas con el Octavia de Toñi y terminar en Lanzarote de nuevo con el Opel. Mucha actividad para el el CD Flamer Motorsport en dos meses. Esperemos que el estrés, el cansancio y nuestras familias no nos manden a la mierda, que estarían en su pleno derecho, faltaría más. A todo esto, mi amigo Raúl Quesada ahora mismo está con Carol volando a Thailandia, destino lleno de animalitos raros de esos que le gustan a él. Esperemos que a su regreso traiga la fórmula del éxito, pero traducida al castellano.
En fin, nada más que comentar. Muchas gracias a nuestros patrocinadores, a las familias y amigos que nos acompañan y ayudan, a toda esa gente que sin conocernos de nada se pasaba por nuestra asistencia o se paraba a nuestro lado en los enlaces para darnos ánimos a pesar de que la cosa está cuesta arriba, y subiendo nuestro coche no es tan liviano como otros.
Como decía antes, nos vemos en Moya primero y en Tenerife después y recuerda que no hay nada más satisfactorio en la vida que tener la consciencia tranquila, pero de verdad, no de boquilla.

Hasta entonces!!!