miércoles, 27 de diciembre de 2017

Resumen 2017: Una copa y tres chupitos

Hola buenas. Es momento de escribir la última entrada del 2017 a modo de resumen del año.
He corrido 8 rallyes, que puede decirse que fueron 9 o también que fueron 7. Curiosamente, mismo baile de números que recoge el comunicado final de la copa Adam Disa max, aunque yo puedo explicar lo mío de forma coherente.

Tomé la salida en ocho pruebas, por eso ha de ser la cifra oficial y esas son las que se cuentan para el currículum, lo que pasa es que el rallye de Antigua lo entrenamos y se suspendió cuando casi íbamos a empezar las verificaciones, así que por eso se podría decir que estuve en nueve rallyes, y después podríamos restar uno en plan “gracioso” y contar que fueron siete porque del Gran Canaria sólo corrí 1 kilómetro. Bueno, realmente fueron 8 y lo demás son anécdotas para recordar.

El grueso de la temporada se ha desarrollado acompañando a Raúl Quesada dentro de la monomarca de Opel, que todo hay que decirlo, al margen de extrañas historias para no dormir y de sinsentidos directamente para descojonarse, cuenta con muchas ayudas de la marca y sus patrocinadores que hacen viable el poder correr todo el año en varias islas. Todo fueron facilidades con la Naviera Armas por medio de Laura Barraquero y con Cicar y por supuesto Orvecame a través de Cristobal Bravo. Es de aplaudir la iniciativa que han tenido para fomentar nuestro deporte y si son capaces de mejorar o cambiar algunas cosas, creo que se la recomendaría a todo el que pueda.
En las cinco carreras que disputamos, ganamos dos y fuimos segundos en tres, pero no aparecemos en la clasificación final por no disputar todas las pruebas, igual que le pasó a otros once compañeros, por lo que de veinte coches que corrieron, ni la mitad clasifican, pero así estaba reglamentado y no hay más que hablar.

Ha sido un año duro porque hemos dedicado muchas horas a entrenar, sobre todo de noche. Podríamos decir que tanto esfuerzo no ha servido para casi nada, pero siempre se pueden sacar conclusiones positivas, como lo que he (re)aprendido después de diez años de haber hecho lo mismo de forma parecida cuando disputábamos el Desafío Peugeot. Aunque las sensaciones dentro del coche no fueron casi nunca demasiado positivas, sumamos un año más de experiencia deportiva para lo bueno y lo malo, así que con eso hay que quedarse, además de que si lo pensamos con calma, siempre encontramos algún punto de algún tramo en el que lo íbamos pasando bien, como bajando Ciudad del Drago en el Norte, yendo a Tejeda por el Roque Nublo en el Canarias o negociando la zona estrecha de Las Manchas en La Palma, por poner varios ejemplos que se me ocurren. Seguro que hay más momentos así.

Con el Octavia Kit Car solo tuvimos una pequeña incursión en el rallye de Gran Canaria, disputando el tramo espectáculo y 600 metros de la primera especial en Cueva Grande hasta tocar con la esquina de un muro. Lo habíamos preparado bien y teníamos una ilusión enorme, pero finalmente el rallye no dio para nada. Quiero pensar que tenemos una cuenta pendiente con ese coche tal y como está ahora.

En la tierra con el Citroen AX casi hacemos el rallye de Antigua pero se suspendió la tarde antes, y sí pudimos correr la mitad de los tramos en La Oliva. Aunque los tiempos no terminaron de salir, es asombroso lo que se aprende en los rallyes de tierra, entrenando a una o dos pasadas y en muchas ocasiones improvisando en pleno tramo. Ojalá algún día alguien haga la propuesta de que los reconocimientos en asfalto sean tan limitados como en la tierra, aunque sería una cosa tan difícil de controlar que es inviable. El caso es que se debería buscar la manera de que no se pueda entrenar mucho, y así nos ahorramos unas cuantas horas en la temporada. Conste que no lo digo como crítica a la normativa, sino como anhelo de poder entrenar poco o casi nada, ya que es lo más engorroso de las carreras.

El año se cerró en Lanzarote a bordo del Evo de Mingo Ramos, disfrutando muchísimo desde que puse el pie en el aeropuerto antes de ir hasta que llegué a mi casa cuatro días después. Aun hoy sigo con la miel en los labios como se suele decir.

Con todo esto (recuerda que cada carrera tiene su entrada independiente por si quieres centrarte más en alguna en concreto), teniendo en cuenta que llegué a la meta en 6 carreras de 8, y que conseguí el objetivo para que el corría en 3 de esas 6, además de que aunque no debo ser yo el que juzgue mi trabajo creo que he rendido a un buen nivel (siempre mejorable), y lo bien que lo pasé (como siempre que voy de aficionado) en las pruebas que fui a ver, a este año 2017 le voy a poner una nota de 7,5.

No me quiero liar demasiado, así que junto a mis compañeros de trabajo que me facilitan la labor para que pueda correr y al mítico Toñi Ponce por todo lo que está haciendo por nosotros, quiero también agradecer a toda esa gente que de una forma u otra ha estado presente en mi año deportivo. Estas temporadas en las que te pasas el año dando tumbos, sirven para conocer gente nueva y estrechar lazos con los que ya conoces, y eso es para tenerlo en cuenta. De forma especial quiero destacar a quienes me han acompañado en directo, compartiendo techo, mesa, mantel y a veces hasta colchoneta. Por no dejarme a nadie atrás, sólo voy a nombrar a los pilotos que me han permitido ir con ellos, y por extensión quedan ya “etiquetados” sus familiares, equipos y patrocinadores:
Raúl Quesada ha vuelto a confiar en mí para ser su copiloto en una copa monomarca, donde tanto importan los detalles mínimos, y hasta los máximos como es mi peso. Se fía de lo que yo hago y encima somos amigos, y eso corramos juntos o no, no va a cambiar.
Así acabó el año Antonio, tranquilito.
Mingo Ramos quiso estrenarse en un rallye tan chungo como Lanzarote llevándome a mí, convirtiéndose, sin ninguna duda,  en un recuerdo para toda la vida.  
Cena del equipo de Mingo en 2018 (falta Edu que estaba malo)

Y para terminar, sabiendo que soy un pesado porque siempre digo lo mismo, la parte más importante que ocupa mi cabeza. Mi mujer Leti y mis retoños Aroa y Adrián, que todas esas veces (nueve entre correr y entrenar) que yo salí de viaje este año tenían que estar trasladándose para no quedarse solos en casa. Cada uno sabe lo suyo, pero el que tiene un esquema familiar parecido al mío sabe de lo que hablo. Como ya he dicho otras veces, nunca podré compensarles el esfuerzo que hacen para que yo me dedique a estar en las carreras.
Primer accidente de Adrián al volante del que salió ileso. Aun así, mejor que se haga copi... 

Nada más, desearte que el año nuevo traiga salud física y energía mental para estar bien y poder seguir hacia adelante con lo que nos traiga la vida.

A nivel deportivo no sé todavía lo que va a pasar en 2018. De momento hemos guardado el casco y ya se verá si por mucho o poco tiempo. Sea como sea, en las carreras voy a estar más que sea viendo en una cuneta, porque llevo 37 años yendo y no lo voy a dejar ahora.

Lo dicho, feliz año nuevo y muchas gracias por leer estas historietas.

PD: Suerte a Daniel Elena en el Dakar y en las 3 carreras que hará en el WRC. No lo conozco de nada ni va a leer este blog, pero es el patrón de los copilotos gordos y siempre hay que tenerlo presente.
Como decía mi abuelo, "Don Danieeeeeeé"