lunes, 12 de noviembre de 2018

Maspalomas y La Oliva 2018: sombras y luces


Saludos!!!

La verdad que se me ha hecho difícil poder escribir alguna entrada debido a lo cercano de las últimas carreras, pero no quiero que se me junte todo, así que voy a hacer una “mini-crónica” del Maspalomas y La Oliva, para ya después del Isla de Tenerife cerrar el año con calma.

El rallye sureño lo podemos resumir en una palabra: raro. No entrenamos mucho debido a la falta de tiempo, lejanía de los tramos y porque ya habíamos conseguido el campeonato. Supongo que eso se debió notar, porque en los tramos nocturnos, sobre todo en el primero, perdimos mucho tiempo y lo peor es que las sensaciones fueron malísimas.

El sábado la cosa fue mejorando poco a poco, pero tampoco llegamos a sentir lo de otras carreras, sin tener muy claro el por qué. En el último tramo, después de animarme con la visita de mi familia en la asistencia, decidí imprimirle al “canto” un ritmo muy alto, muchísimo, y aunque lo normal es que al final se conserve para guardar lo conseguido, yo quería terminar con la adrenalina a tope… y lo logré. En esos 20 kilómetros finales llegaron las sensaciones que buscábamos y aunque las ruedas estaban hechas polvo, todo hay que decirlo, terminamos con ganas. Lo peor fue que en esa última especial le arrebaté el quinto puesto a Raúl Quesada y Dani Sosa por sólo 8 décimas, lo que no me hizo demasiada gracia, porque si ya no me gusta mucho competir contra amigos, menos aun ganarles así, pero bueno, cosas de las carreras.

Terminé el extraño Maspalomas, pero está visto que sigue queriendo que yo no esté contento en él (2003 abandono en el último enlace, 2004 abandono en el tramo 1, 2005 coche roto y todo el rallye a 60 km/h, 2007 abandono a falta de un tramo, 2015 golpe a un muro en el último tramo), así que por si acaso, igual no vuelvo más.

En fin, un rallye que en lo personal es casi más para olvidar que para recordar, sinceramente. Pero no sólo de lo que uno hace se vive, y sí que me quedé contento de que mis amigos Diego y Adrián (que debutaba) pudieran terminar y vivir la experiencia. Aday y yo pusimos todo lo que estaba en nuestras manos para que ellos lo tuvieran todo controlado, y salió bien, y me alegro enormemente por ellos. 

Sin tiempo a pensar mucho, en unos pocos días me veía en la reunión previa a los reconocimientos del rallye de La Oliva junto a la familia Quesada y a la derecha de Raúl. En esta carrera todo fue diferente. Desde el primer momento las cosas fueron saliendo de forma natural, fáciles. Es verdad que los tramos no presentaban demasiadas dificultades para los copilotos y que el AX no alcanza grandes velocidades comparado con los coches de cabeza, pero por lo que quiera que fuera, el destino, los astros, la suerte o el carajo, todo salió bien, pero todo todo. Francamente he de decir que viví uno de los rallyes más cómodos y divertidos de toda mi trayectoria, y como no podía ser de otra manera, con mi amigo Raúl dejándose guiar por mi voz, como antes, como ahora y como siempre.

La complicidad y diversión fue tanta que en alguna meta los dos a la vez y sin habernos puesto de acuerdo dijimos “que guay tio” y en otra “yuos, tramazo” y nos chocábamos las manos, como dos adolescentes que están jugando a la "pleyesteison"

Me hubiera gustado contar más cosas tanto del Maspalomas como de La Oliva, pero no tengo mucho tiempo porque estoy enfrascado preparando todo lo necesario para afrontar mi última carrera de la temporada, que será ya esta semana en Tenerife acompañando a Julián Falcón en el Porsche. La previsión da mucha lluvia, así que no será un rallye cómodo ni fácil, pero esperamos acabarlo y así sumar un pleno de metas en todo el año.

Ya te contaré.
Nos vemos!!!