lunes, 22 de agosto de 2022

Rallye Ciudad de La Laguna 2022: REAGRUPAMIENTO INFINITO

Renovados saludos.

En honor a la verdad he de decir que estoy escribiendo esta entrada casi con un mes de retraso impulsado por el aburrimiento, ya que habiéndolo intentado varias veces, no había conseguido que me llegara la inspiración suficiente para actualizar el blog con las vivencias de esta carrera. Cuando una afición se convierte en obligación y encima gratis, ya no merece la pena y tenía y tengo la sensación de que el hecho de redactar las crónicas me estaba cayendo pesado, pero una fractura en el dedo gordo del pie derecho que me tiene medio inutilizado y sin mucho que hacer, ha hecho que me siente delante del teclado a escupir palabras, en sentido figurado, claro. A ver si me sale.

En ninguna de mis previsiones estaba recogido que tuviera que volver a correr fuera de la zona de confort que me supone mi isla, pero las circunstancias se dieron como se dieron y después de dos triunfos me “gané” el derecho a ir a La Laguna. Desde un primer momento me apoyo en el gran Néstor Gómez para ir resolviendo todo lo que me surgía a medida que estudiaba el interior del rallye. A primeros de julio buscamos un día y nos vamos a coger las notas acompañados de Manolo Hernández. Aunque en el barco de ida me cuesta trabajo no vomitar, el día de entrenos no se da del todo mal y acabamos con el plan trazado antes de lo previsto, con todo controlado.

Ale se fía de mi a ojos cerrados

Mientras las fechas avanzan sigo echando horas para que no se escape ningún detalle y ya la misma semana de la prueba desplazarnos de nuevo a la isla vecina a rematar el trabajo de reconocimientos y correr.

Nada más llegar volvemos a cuadrar para encontrarnos con Manolo y también ahora con su copiloto David Bethencourt y compartimos con ellos casi todo el tiempo de rutas, tramos y comidas varias.

Con gente así, da gusto 

Cuando vamos a instalarnos en la casa que hemos alquilado, mientras la anfitriona nos muestra las diferentes y numerosas estancias veo fotos por todos lados. No son paisajes o sitios, son retratos de los dueños con su paspartú y todo, que aun habiendo puesto su anterior domicilio en régimen de vivienda vacacional, dejaron muchas de sus pertenencias “íntimas” a la vista de los huéspedes, generando una especie de mala vibración y sensación de alto standing a la vez. La casa del cónsul va a dar mucho que hablar, con sus 12 habitaciones con baño independiente, comedor ideal para grabar una escena de peli americana en la cena de acción de gracias, cancha de tenis, mesa de billar, dos pianos (uno de ellos valorado en más euros que el Clio de carreras), etc, etc…

El salón de los Kennedy

Al final, entre partidas de billar, desayunos, almuerzos y cenas, mientras van llegando miembros del equipo y la familia de Ale, hemos dado más pasadas de las que teníamos pensadas, pero es que tampoco teníamos mucho más que hacer. Han sido 3 días donde nos hemos tomado las cosas con calma, hemos trabajado sin agobios y poco a poco se ha ido poniendo todo en su sitio para que en los dos días de carrera no haya nada fuera de control, incluido algún enlace que el road book no tenía bien explicado y que aunque yo sabía dónde estaba el fallo, preferí ir a ver en directo por si acaso.

Antes de empezar las verificaciones nos informan de que uno de nuestros rivales, el más directo seguramente, Marcos y Armando, no van a poder estar por un problema familiar. No es grave pero sí que es importante, así que igual que hicimos ese día, les mandamos un abrazo.

Llega la hora de la verdad. Vamos a correr, que es a lo que hemos venido. En la zona del tramo del viernes está medio lloviendo, así que nos decidimos por ruedas blandas. En la salida hay muchísima gente, casi toda en la misma carretera. El asfalto está húmedo y tiene pinta de patinar, pero salimos a lo bestia. La bajada ancha la hacemos aprovechando todo lo que podemos y al meternos en la zona estrecha decido que no voy a levantar la cabeza. Entrenando tenía que estar pendiente de que no vinieran coches, pero corriendo el ritmo es brutal y se me pasa volando. Volvemos a lo ancho donde ya no hay agua pero Ale no afloja, corrigiendo notas a más rápidas en pleno tramo. Resultado de la cerdada, novenos de la general.

Primera salida de asistencia

Lo del reagrupamiento de Tacoronte en el que estuvimos ya ni sé cuánto tiempo, pero más de 2 horas, bajo una intermitente lluvia, no tiene ni pies ni cabeza. Y ya lo de tener que correr la segunda pasada por El Boquerón a la 1 de la mañana para llegar al parque cerrado a las tantas y volver a estar en el mismo sitio por la mañana temprano, de Juzgado de guardia. El que más o el que menos, durmió 3 o 4 horas para volver a sentarse en el coche de carreras o para estar al pie del cañón en las asistencias. Ni medio normal.

El desarrollo de los tramos se va dando de forma correcta entre los eructos de Ale, por culpa de una pastilla, o de la vesícula, o del agua de Firgas. En El Boquerón el viernes por la noche, a pesar de tener que apañarme a duras penas con una luz frontal colgando y dando tumbos en el cuello porque el coche no tiene flexo, lo pasé bien. En Los Loros se corre poco porque es muy empinado, pero como paisaje, la zona es preciosa. En Los Campitos desde el primer día flipé con las vistas de Santa Cruz que tiene y en La Barranquera disfruté mucho. La última parte era difícil de cantar porque no hay referencias, es estrecho y rápido, pero me salió bastante bien.

Santa Cruz

Aunque los tiempos online no son maravillosos, con ayuda de la copiloto con más victorias de España y parte del extranjero, Mariola Sáez, voy controlando las diferencias con los demás y llegamos a la meta con otro triunfo en el saco. Esperamos por los demás compañeros de la copa y nos vamos a la plaza de La Concepción a la llegada final, donde todo el mundo se felicita por haber acabado el rallye sin apenas dormir. Me ponen una cerveza en las manos (no sé ni quien ni para qué, porque no me gusta), y me la bebo obligado, dándome un sueño de oso en invierno, pero tenemos que aguantar hasta la entrega de premios, dónde los gerifaltes se vanaglorian de haber hecho un gran rallye. No estoy muy de acuerdo, pero siendo justos, ni mal les salió.

Ale y el del mono prestado

Cuando regresamos a la mansión diplomática no sé ni la hora que es, pero tenemos tiempo de celebrar el cumpleaños de Armide cuando pasan de las 0:01.

El jardín de los Trump

Al día siguiente vuelvo a madrugar para volar hasta Madrelagua y llegar a tiempo a la fiesta, así que el contador de horas de sueño sigue en negativo, por mucho, aunque más o menos ha merecido la pena.

Desde el primer momento he intentado estar relajado y disfrutar la experiencia, y gracias a la cantidad de horas que estuve estrujándome el cerebro con los mapas, rutas, notas y demás las semanas previas, lo pude conseguir. Vuelvo a romper una lanza en favor de los copilotos que preparan todo al dedillo, sin dejar ningún cabo suelto por si acaso. Cada maestrillo tiene su librillo dice el refrán. El mío, está lleno de palabras, flechas y datos para no improvisar nunca, y ese es un trabajo que no está pago con dinero, sobre todo este año.

Los Rodeos-Madrelagua

Ya no sé qué contar, ni tengo muchas ganas tampoco. Seguro que se me quedan cosas atrás, pero como decía en algún párrafo, no estoy inspirado, así que con esto tenemos. Espero que en la próxima carrera, que debe ser el rallye Villa de Teror, vivamos más emoción dentro del Clio Trophy y así me visiten las musas con ganas de relatar cosas interesantes.

Gracias a unos y otras, familia y personal allegado por estar, aguantar y seguir, siempre hacia una meta.