miércoles, 27 de diciembre de 2017

Resumen 2017: Una copa y tres chupitos

Hola buenas. Es momento de escribir la última entrada del 2017 a modo de resumen del año.
He corrido 8 rallyes, que puede decirse que fueron 9 o también que fueron 7. Curiosamente, mismo baile de números que recoge el comunicado final de la copa Adam Disa max, aunque yo puedo explicar lo mío de forma coherente.

Tomé la salida en ocho pruebas, por eso ha de ser la cifra oficial y esas son las que se cuentan para el currículum, lo que pasa es que el rallye de Antigua lo entrenamos y se suspendió cuando casi íbamos a empezar las verificaciones, así que por eso se podría decir que estuve en nueve rallyes, y después podríamos restar uno en plan “gracioso” y contar que fueron siete porque del Gran Canaria sólo corrí 1 kilómetro. Bueno, realmente fueron 8 y lo demás son anécdotas para recordar.

El grueso de la temporada se ha desarrollado acompañando a Raúl Quesada dentro de la monomarca de Opel, que todo hay que decirlo, al margen de extrañas historias para no dormir y de sinsentidos directamente para descojonarse, cuenta con muchas ayudas de la marca y sus patrocinadores que hacen viable el poder correr todo el año en varias islas. Todo fueron facilidades con la Naviera Armas por medio de Laura Barraquero y con Cicar y por supuesto Orvecame a través de Cristobal Bravo. Es de aplaudir la iniciativa que han tenido para fomentar nuestro deporte y si son capaces de mejorar o cambiar algunas cosas, creo que se la recomendaría a todo el que pueda.
En las cinco carreras que disputamos, ganamos dos y fuimos segundos en tres, pero no aparecemos en la clasificación final por no disputar todas las pruebas, igual que le pasó a otros once compañeros, por lo que de veinte coches que corrieron, ni la mitad clasifican, pero así estaba reglamentado y no hay más que hablar.

Ha sido un año duro porque hemos dedicado muchas horas a entrenar, sobre todo de noche. Podríamos decir que tanto esfuerzo no ha servido para casi nada, pero siempre se pueden sacar conclusiones positivas, como lo que he (re)aprendido después de diez años de haber hecho lo mismo de forma parecida cuando disputábamos el Desafío Peugeot. Aunque las sensaciones dentro del coche no fueron casi nunca demasiado positivas, sumamos un año más de experiencia deportiva para lo bueno y lo malo, así que con eso hay que quedarse, además de que si lo pensamos con calma, siempre encontramos algún punto de algún tramo en el que lo íbamos pasando bien, como bajando Ciudad del Drago en el Norte, yendo a Tejeda por el Roque Nublo en el Canarias o negociando la zona estrecha de Las Manchas en La Palma, por poner varios ejemplos que se me ocurren. Seguro que hay más momentos así.

Con el Octavia Kit Car solo tuvimos una pequeña incursión en el rallye de Gran Canaria, disputando el tramo espectáculo y 600 metros de la primera especial en Cueva Grande hasta tocar con la esquina de un muro. Lo habíamos preparado bien y teníamos una ilusión enorme, pero finalmente el rallye no dio para nada. Quiero pensar que tenemos una cuenta pendiente con ese coche tal y como está ahora.

En la tierra con el Citroen AX casi hacemos el rallye de Antigua pero se suspendió la tarde antes, y sí pudimos correr la mitad de los tramos en La Oliva. Aunque los tiempos no terminaron de salir, es asombroso lo que se aprende en los rallyes de tierra, entrenando a una o dos pasadas y en muchas ocasiones improvisando en pleno tramo. Ojalá algún día alguien haga la propuesta de que los reconocimientos en asfalto sean tan limitados como en la tierra, aunque sería una cosa tan difícil de controlar que es inviable. El caso es que se debería buscar la manera de que no se pueda entrenar mucho, y así nos ahorramos unas cuantas horas en la temporada. Conste que no lo digo como crítica a la normativa, sino como anhelo de poder entrenar poco o casi nada, ya que es lo más engorroso de las carreras.

El año se cerró en Lanzarote a bordo del Evo de Mingo Ramos, disfrutando muchísimo desde que puse el pie en el aeropuerto antes de ir hasta que llegué a mi casa cuatro días después. Aun hoy sigo con la miel en los labios como se suele decir.

Con todo esto (recuerda que cada carrera tiene su entrada independiente por si quieres centrarte más en alguna en concreto), teniendo en cuenta que llegué a la meta en 6 carreras de 8, y que conseguí el objetivo para que el corría en 3 de esas 6, además de que aunque no debo ser yo el que juzgue mi trabajo creo que he rendido a un buen nivel (siempre mejorable), y lo bien que lo pasé (como siempre que voy de aficionado) en las pruebas que fui a ver, a este año 2017 le voy a poner una nota de 7,5.

No me quiero liar demasiado, así que junto a mis compañeros de trabajo que me facilitan la labor para que pueda correr y al mítico Toñi Ponce por todo lo que está haciendo por nosotros, quiero también agradecer a toda esa gente que de una forma u otra ha estado presente en mi año deportivo. Estas temporadas en las que te pasas el año dando tumbos, sirven para conocer gente nueva y estrechar lazos con los que ya conoces, y eso es para tenerlo en cuenta. De forma especial quiero destacar a quienes me han acompañado en directo, compartiendo techo, mesa, mantel y a veces hasta colchoneta. Por no dejarme a nadie atrás, sólo voy a nombrar a los pilotos que me han permitido ir con ellos, y por extensión quedan ya “etiquetados” sus familiares, equipos y patrocinadores:
Raúl Quesada ha vuelto a confiar en mí para ser su copiloto en una copa monomarca, donde tanto importan los detalles mínimos, y hasta los máximos como es mi peso. Se fía de lo que yo hago y encima somos amigos, y eso corramos juntos o no, no va a cambiar.
Así acabó el año Antonio, tranquilito.
Mingo Ramos quiso estrenarse en un rallye tan chungo como Lanzarote llevándome a mí, convirtiéndose, sin ninguna duda,  en un recuerdo para toda la vida.  
Cena del equipo de Mingo en 2018 (falta Edu que estaba malo)

Y para terminar, sabiendo que soy un pesado porque siempre digo lo mismo, la parte más importante que ocupa mi cabeza. Mi mujer Leti y mis retoños Aroa y Adrián, que todas esas veces (nueve entre correr y entrenar) que yo salí de viaje este año tenían que estar trasladándose para no quedarse solos en casa. Cada uno sabe lo suyo, pero el que tiene un esquema familiar parecido al mío sabe de lo que hablo. Como ya he dicho otras veces, nunca podré compensarles el esfuerzo que hacen para que yo me dedique a estar en las carreras.
Primer accidente de Adrián al volante del que salió ileso. Aun así, mejor que se haga copi... 

Nada más, desearte que el año nuevo traiga salud física y energía mental para estar bien y poder seguir hacia adelante con lo que nos traiga la vida.

A nivel deportivo no sé todavía lo que va a pasar en 2018. De momento hemos guardado el casco y ya se verá si por mucho o poco tiempo. Sea como sea, en las carreras voy a estar más que sea viendo en una cuneta, porque llevo 37 años yendo y no lo voy a dejar ahora.

Lo dicho, feliz año nuevo y muchas gracias por leer estas historietas.

PD: Suerte a Daniel Elena en el Dakar y en las 3 carreras que hará en el WRC. No lo conozco de nada ni va a leer este blog, pero es el patrón de los copilotos gordos y siempre hay que tenerlo presente.
Como decía mi abuelo, "Don Danieeeeeeé"


lunes, 4 de diciembre de 2017

Rallye Isla de Lanzarote 2017: Quién me lo iba a decir

Muy buenas. Teníamos previsto escribir una entrada a mediadios de diciembre para hacer un pequeño resumen del año a modo de conclusión, y seguimos teniendo la idea de hacerlo así, pero… antes de llegar a eso tengo que contarte lo vivido en el pasado rallye de Lanzarote.
Vamos por orden. Después de que en Maspalomas el Skoda Octavia Kit Car de nuestro equipo tripulado por los míticos Toñi Ponce y Rubén González consiguiera un buen resultado y la inminente venta del Opel Adam, la idea general era dar por terminada la temporada, así que se programó un tenderete y yo liberé mi cabeza de la actividad carrerista, por lo menos a nivel participante, pero… resulta que entre unas cosas y otras y debido a varias circunstancias, sin yo saberlo se negocia por parte de mi piloto Raúl Quesada y Mingo Ramos la “cesión de mis servicios” para ir en el Evo VIII de Arguineguín a la isla del Timanfaya. Cuando me llaman para decírmelo acepto la propuesta sobre la marcha, y no se crean que digo que sí por el hecho de subirme en un coche grande con el virtual campeón provincial, sino porque conozco a Mingo desde hace tiempo, sé cómo funciona, la clase de persona que es y el planteamiento que tiene de las cosas, así que con eso y con todo, vuelvo a recuperar el chip de copiloto y me pongo manos a la obra.
Recopilo la información necesaria para planificar la logística y tener los datos y cuando Mingo regresa de correr el rallye de Madrid se prepara todo. Además intento visionar todos los vídeos interiores que puedo, tanto del Evo como de la anterior etapa con el Yaris para ir familiarizándome con el sistema de notas.
Una vez llega la semana de la carrera, al no estar Ivan Armas en la lista de inscritos, Mingo Ramos es matemáticamente campeón provincial de rallyes de Las Palmas 2017. Aún así los planes de viaje siguen en pié y correr en Lanzarote servirá no sólo para refrendar el triunfo, sino para aprender de una carrera tan bonita y complicada a la vez. Nos asignan el 5, que durante muchos años fue mi dorsal habitual cuando jugaba al fútbol y siempre tenía algo especial con ese número. Luego fundé mi preciosa familia y claro, Leti nació un 14, yo nací un 14, Aroa nació un 14 y Adrián nació un 4, pues tuve que cambiar de camiseta usando ahora uno de esos números, pero… siempre el 5 me dio buenas vibraciones. A ver si sigue así.
El jueves nos desplazamos a la isla conejera para realizar los reconocimientos de los tramos.
El coche de entrenos. Gastaba gasolina como un burro bebe agua
Cogemos las notas y repasamos dando algunas pasadas pero no muchas, ya que Mingo tiene esa dinámica adquirida y quiere seguir manteniéndola. A mediodía almorzamos en El Moreno, parada obligada en San Bartolomé, y el día termina dando una pasada de noche por los tramos que se van a correr al oscuro el sábado.
Carta en El Moreno
Esperando por la oscuridad












En principio parece que lo tengo todo controlado. Ahora falta que sea capaz de demostrarlo dentro del coche de carreras, que por lo que he visto de fuera y me han dicho desde dentro, corre digamos que… bastante. Con más gente de las carreras cenamos en una de las hamburgueserías Cuco y a descansar.
En la madrugada del jueves al viernes me despierta un ruido como de lluvia, pero ante lo improbable que era, me hago a la idea de que es que están regando los jardines o algo por el estilo, pero resulta que cuando nos levantamos por la mañana vemos que ha estado toda la noche lloviendo y que la claraboya del baño… tenía sólo medio techo!!! Con razón se oía caer agua.
Por allí entraba la lluvia
Durante la mañana damos una última pasada de entrenos más y mientras avanza el día se van incorporando miembros del equipo y la familia de Mingo. Sobre la marcha se nota que viven todo esto de manera muy parecida a mi, a nosotros, y eso hace que me adapte tranquilamente. Durante el desarrollo de la víspera de la carrera en las verificaciones y demás parafernalias, estoy tranquilo, contento y disfrutando. Mingo participa en la rueda de prensa previa al rallye y los medios de comunicación lo llevan de aquí para allá para entrevistarlo. Es el piloto de moda y aunque nos lo tomamos a coña, es así.
Siempre vacilando
Como siempre pasa, la noche antes de correr, llegamos a la cama bastante tarde, aunque fue porque nos entretuvimos más de la cuenta alegando con unos y con otros en otro de los Cucos.
Quedando para ir a cenar
Llega el sábado, llega la hora de la verdad.
Todo preparado

En el primer tramo todo pasa tan rápido que cuando mi cerebro se consigue adaptar al coche, estamos en el cruce de Tías, al que entramos dando bandazos de lados para algarabía de la gente. En algún punto más de ese primer tramo también vamos con el culo casi por delante, pero rápido. Yo siempre lo he llamado cruzadas efectivas. Derrapas, das espectáculo pero no pierdes demasiado tiempo y además, esa forma de pasar determinadas curvas hace que puedas salir más rápido de ellas.
El tramo 2 era El Mentidero, en el que al llegar a la meta, a pesar de que vamos con cuidado, ya estoy totalmente familiarizado con las reacciones del coche y la conducción de mi piloto. Después de la meta, un Policía Local nos indica la dirección a seguir y Mingo, aun sabiendo que era por ahí le dice: “no nos estarás vacilando no?” El Agente se rie y nosotros también.
Para la repetición de los tramos se decide usar la configuración habitual de todo el año en el coche, ya que por la mañana se puso la más conservadora para no asumir riesgos, pero al no haberse utilizado nunca, las reacciones eran algo desconocidas. Mejoramos nuestros tiempos más o menos 1 segundo por kilómetro y no estamos demasiado lejos de los pilotos conejeros, así que estamos contentos. Quedará siempre para el recuerdo la negociación de la rotonda de Conil, haciendo un “donut” de los que hacen época.
En la meta del Mentidero, oigo por los interfonos: “joder tío, no pude poner ni tercera de lo poco que se corre en este tramo”. Miro al piloto y se está meando de risa. Lo estamos pasando de lujo.
En el parón de mediodía comemos algo y nos vamos al tramo espectáculo. La premisa es hacer disfrutar a la afición pero… se nos fue de las manos. En la primera curva ya íbamos despendolados totalmente y se oían los gritos y aplausos de la gente. Durante las dos vueltas que había que darle al trazado, llegamos incluso a tocar alguna de las delimitaciones del circuito, pero nos daba igual. Pasamos la meta otra vez muertos de risa. 
En los tramos del norte teníamos previsto correr en las primeras pasadas aunque manteniendo el margen de seguridad de todo el día, y no arriesgar nada de nada en la nocturnidad, por si acaso.
En Guatiza va todo bien, pero en el tramo largo no tanto.
En la salida, mientras parten los coches de alante veo como el cronometrador les da el carnet de ruta a los copilotos un poco tarde, cuando faltan veinte segundos para salir. En mi caso, se dedica a hablar por teléfono y cuando faltan 10 segundos… tengo que pedirle mi carnet!!!! Lo nunca visto, vaya tío. En la paella larga antes de la chicanne del parque eólico la trazada es rara y Mingo se lamenta en directo, pero seguimos. Al llegar al cruce de la ermita de Las Nieves entramos a toda leche en la zona estrecha y al haber pocas referencias en las notas, me quedo esperando una valla que no veo y luego una palmera que estaba muy muy lejos (no muy como habíamos apuntado), por lo que dudo un poco y en el justo momento en el que me veo perdido, Mingo me dice “sigue sigue que vas bien” y veo la siguiente referencia a cantar para seguir adelante. Un poco más abajo, en la primera paella de derechas después del mirador de Los Helechos el coche hace un extraño y se bloquea en la frenada y por un momento veo las letras de “game over”, pero el ganador del Volante BP Falp mete dirección, tira del freno de mano y acelera a tope haciendo que el Evo baile sobre sí mismo para seguir bajando. En la siguiente curva, que es a fondo (como todas si le preguntas a un conejero), vuelve a escaparse levemente, por lo que los dos pensamos y decimos casi a la vez que pudiera ser que hayamos pinchado, así que le grito que tenga mucho cuidado y compruebe las reacciones. Parece que todo va bien y llegamos a meta pero con malas sensaciones. La bajada a Tabayesco se las trae en lata y la primera vez de Mingo en ese tramo estaba claro que no iba a ser fácil.
A pesar de que en la zona alta no llegué a perderme del todo y que sólo me retrasé una décima de segundo en cantar, estoy frustrado porque lo llevaba todo de forma impecable y ese fallo es un borrón. En el enlace Mingo nota que voy jodido y me da una charla sobre autoayuda y motivación jajaj. Acabamos de nuevo riéndonos y le tengo que dar la razón en que en varias ocasiones los pilotos también se equivocan en una trazada, frenan o aceleran donde no deben y demás, y que es normal que en tantos kilómetros también el copiloto tenga un fallo puntual. La verdad que no suelo cagarla, pero puede pasar y tampoco fue para tanto. De hecho no fue para nada. Al llegar a la asistencia, hablo con la encargada de las relaciones con los participantes y le comento lo ocurrido con el crono de Los Valles. Todos los demás secundan mi malestar, y según parece con la RS se formó follón por su pasotismo al entregar los carnets.
Antes de salir a correr por la noche, Carmelo el padre de Mingo, me aparta a un lado y me dice que hay que acabar como sea, que lo frene, que lo lleve más tranquilo que nunca, que no se puede arriesgar y que después del año tan bueno que lleva el equipo, no es momento de florituras ni cosas raras, se pierda el tiempo que se pierda. Hay que recordar que daba igual el puesto en que se quedara, pero había que terminar. No hacía falta el resultado a nivel de puntos, pero sí a nivel de imagen y de moral.
Con esas instrucciones llegamos a la salida de Guatiza y le aclaro al piloto que el aprendizaje conejero se ha acabado, que ahora sólo queda pasar los tramos sin complicaciones y con el listón más bajo que en todo el año, que en toda su vida deportiva.
Aun con esa premisa, o quizás por culpa de ella, en una curva rápida a poco de la salida hacemos un extraño y las piedras del borde se preparan para recibir una jugosa rueda que pinchar, pero de nuevo Ramos hace manos y sale airoso.
Queda un tramo, el más largo, el más complicado, el más tenso, pero uno sólo.
Esta vez el cronometrador se apura un poco más y me hace el papeleo más o menos a tiempo.
Vamos comiendo kilómetros con cuidado, de momento cómodos. Donde habíamos fallado en la pasado anterior ahora vamos como relojes suizos, sin prisa pero sin pausa. Los parciales me informan de que vamos empeorando el tiempo en 1 segundo por kilómetro, que teniendo en cuenta la cautela y que es de noche, es buen ritmo. A pocas páginas del final, en una derecha larga y sin ir para nada a lo bestia pero a la que se llega en quinta, el final del juego ahora sí que está a punto de llegar. El Mitsu se desliza en bloque hacia la valla y veo el golpe tan claro que lo único que pienso es que si le damos de lados, igual solo se daña la chapa y podemos seguir, pero Don Domingo toca el freno de mano, acelera a fondo y el guardarrail se quedó con los brazos abiertos esperando por nosotros… y yo por él. De ahí a la meta no hago sino mirar la numeración de la libreta a ver cuánto nos falta. Desde antes de la iglesia de Tabayesco ya le voy modificando las notas para que las pase todas de forma lenta y segura, y por fin, veo la meta, que pasamos mientras le doy las felicidades por su buen año, por ser campeón provincial y porque es un crack, en todos los sentidos. No puedo evitar emocionarme, por él y aunque suene egoísta, también por mí. Ya escribiremos un resumen global, pero ha sido un año duro física y moralmente. Acabarlo así, pasándomelo tan bien desde que puse los pies en Lanzarote, sinceramente, me lo merecía.
En el enlace Mingo se vacía y se desahoga. No había querido hablar del título, no le gustaba que lo proclamaran campeón hasta que no cruzara la última meta, y ya estaba el objetivo conseguido. Yo hago una ronda de whastapp y le doy la enohrabuena a la familia del piloto y a su copi habitual Marcos y también las gracias a Edu y Raúl porque han sido parte vital para que yo pudiera estar allí en ese momento.
Al llegar al parque de trabajo se permite entrar por adelanto sin que el copiloto se quede en el control horario, así que nos damos un bañito de multitudes que nos sabe a gloria. Uno de los primeros que me abraza aun estando yo dentro del coche es Raúl. Muy importante para mí verlo allí.
Cuando nos toca el turno para pasar la rampa final, tenemos hasta champán dedicado y foto con el equipo. Que bonito final de año, la verdad que sí.
La parrilla sirve para más cosas

Detallazo
















Garbanzada y asadero nos asientan la madre y nos conducen a la cama, entre unas cosas y otras, a las 3 de la mañana, previa charla del recepcionista de noche, que empezó hablando (en un tono tan bajo que daba sueño) de los “ps” de los coches, cosa que creemos que eran los caballos de potencia, y terminó en la Segunda Guerra Mundial. Hasta a esa hora y para no perder la costumbre de todo el fin de semana, tenemos que reírnos.
Como los horarios de vuelta a casa son diferentes, me toca desayunar sólo, esta vez sí, llenándome el saco de churros y demás fritangas que comen los extranjeros por las mañanas.
Al llegar a la puerta de embarque en el aeropuerto, medio avión (un Bombardier nuevito por cierto) tiene que ver con el rallye. Federativos, mecánicos, pilotos y aficionados se mezclan en los asientos para venir a Gran Canaria recordando lo vivido en los días anteriores. En lo que se refiere a “mi gente”, no puedo dejar de contar lo que ellos me contaron a mí. El amigo Álvaro, de amanecida total, fue a buscar a Dani Sosa a la puerta de su habitación, y estuvo tocando en la 511… de otro hotel!!! Y como no le abrían, se acostó en el suelo del pasillo jajajaj. Se pasaron todo el vuelo pidiendo agua por señas.

Antes de mediodía estoy ya con mi familia y el rallye pasa a un segundo o tercer plano. Después de pasarme 3 días y pico riéndome y disfrutando como nunca de mi pasión, que mi mujer y mi hija me reciban con besos y abrazos y que el pequeño, siendo aun tan chico, se muera de la risa nada más verme, me hace crecer por lo menos dos centímetros, y me hace también mucho más feliz.
Termino ya para no seguir quitándote tiempo. Simplemente quiero acabar con los habituales agradecimientos, en este caso a la familia y equipo de Mingo, que me trataron como a uno más, a Marcos Guerra, con el que hablé antes de la carrera y que me dio total confianza y vía libre para navegar en su sitio, a Edu González y Pedro Domínguez (una putada su abandono) que avalaron mi presencia en el backet del Evo, a Raúl Quesada que me dio “el permiso” para que pudiera estar, a Leti, Aroa y Adrián, que otro fin de semana más (y han sido muchos en el año) se mudaron a Madrelagua para no estar sólos y que son la motivación por la que me levanto por las mañanas. Ellos no se imaginan las veces que me miro el tatuaje con sus iniciales que tengo en el antebrazo.
Y por último quiero darle las gracias a Mingo Ramos, porque se fió de lo que le dijeron y decidió llevarme a su lado en un rallye muy complicado y me dio la oportunidad de correr en un Evo por primera vez, de aprender mucho, de disfrutar de un coche de esas características y de pasar un fin de semana de rallyes de los más comodos y relajados que recuerdo. Como ya le dije a él, ha sido una experiencia inolvidable en todos los sentidos.
Nada más, muchas gracias a tí también por usar un rato de tu reloj en pararte a leer las batallas de este copiloto de 90 kilos que a pesar de todo, sigue siendo válido.
Antes de final de año tendremos otra entrada, para resumir brevemente la temporada.
Hasta entonces!!!
Saludos!!!

Ganado por Mingo Ramos

Entrevista va...

...entrevista viene.

DR por todos lados. El piloto, el copiloto y el diseñador.

Cartel y todo.

Mingo de entrevistas, y yo a lo mío (foto: Iván Pérez)

Aquí unos vídeos de algunas "desparramaeras" que nos pegamos







miércoles, 8 de noviembre de 2017

Rallyes Isla de Tenerife y La Oliva 2017: Poco para recordar

Buenas. He estado y estoy super liado y no he tenido tiempo de sentarme tranquilo a escribir dos entradas por separado del rallye Isla de Tenerife y del rallye de La Oliva, la dos últimas pruebas que hemos disputado.
No quiero que pase más el tiempo y se me enquisten los relatos, pero tampoco puedo escribir todo lo que hemos vivido y sentido en estas carreras porque como digo, no tengo tiempo, pero tampoco puedo dejar el blog cojo de carreras, y menos de dos, y menos aún cuando quizás sean las últimas del año y quien sabe si las últimas para siempre.
En Tenerife entrenamos todo lo que pudimos y corrimos como nunca, pero no valió para nada. Bueno, si que sirvió para sacar conclusiones más claras de los rendimientos y para firmar un segundo puesto en la copa Adam, resultado que nos apea del liderato.
Al margen del rallye, que todo el mundo ve desde las cunetas o sigue por la radio o internet y del que nada nuevo vamos a descubrir que no se sepa ya, en nuestra libreta de vivencias podemos apuntar algunas anécdotas, como por ejemplo que llegando al muelle Nelson Mandela se rompía un eje del remolque, por lo que teníamos que bajar el Opel y embarcarlo andando, previo papeleo con la naviera, ya que no era tan fácil como puede parecer.
En la casa rural, lo más destacado es que me empeñé en que no había agua caliente, y como no salía me tuve que duchar con hielo líquido. Luego descubrí que no, que si había caliente, y claro, ya hubo cachonodeo con eso. En mi defensa alego que en el techo del baño había un enchufe que no estaba conectado, y creí que era el termo… pero no lo era.
Después del rallye y de las risas que nos echamos con algunos compañeros de la Copa, nos fuimos de asadero a nuestra morada, la Casa del Maestro, un sitio perfecto para pasar unos días en Tenerife. Ya allí y una vez peinados después de la (según el gran Tino Vega) “despelusada” que nos llevamos en el rallye, enfriamos las cabezas y dimos por terminado esta edición del Isla de Tenerife.
Al llegar a mi casa, mi hija al ver el trofeo me dice: “otra vez igual que el otro, que pena”. La verdad que no lo había pensado, pero a nivel material es cierto que los trofeos son bastante simples y parecidos de un rallye al otro. En la época del Desafío Peugeot la organización se curraba una cosa diferente para cada carrera. Una placa, una figura de cristal, otra de barro, un azulejo… eran curiosos.
También es una pena que el trofeo haya sido igual que los anteriores, el del segundo clasificado, así que no sé si Aroa se refería al valor material, o a lo que vale realmente. Un día le pregunto.
Apenas un día después de haber llegado, decidimos ir a disfrutar de la tierra en el rallye de La Oliva.
Fue divertido mientras duró. En el tramo 7 oímos un ruido raro en el AX y decidimos parar por si acaso. Lo que estuvimos corriendo dio para volver a coger sensaciones y divertirnos bastante, aunque al final lo que siempre queda en la cabeza es lo ingrato de este deporte.
Una vez retirados y rescatados de aquel desierto, nos fuimos a ver los tramos que quedaban antes de irme al aeropuerto para poner rumbo a casa.
Para terminar volver a reiterar lo de siempre, que es el agradecimiento a Raúl por llevarme con él a pesar de mis kilos y de que mi rendimiento ya no es ni mucho menos el de antaño. Como dijo Iker Casillas hace poco, cada día veo más cerca la retirada.
No me despido sin olvidarme de mencionar a Leti, Aroa y Adrián, que hacen un esfuerzo enorme para que yo pueda seguir dedicándome a las carreras. Jamás podré recompensarlos por lo que hacen por mí.
Bueno, esta vez ponemos aquí una especie de album fotográfico de estas dos aventuras.
Me despido hasta diciembre, donde contaremos el final de temporada a modo de resumen. En principio no vamos a correr el Isla de Lanzarote, así que igual tengo poco más que contar. Los mantendremos informados.

Saludos. 
Punta de La Isleta
Mítico túnel del Porís de Abona
Circuito de Arico, de paso en los enlaces

Ceremonia de salida
Chicanne de Arico (foto: Jonathan Medina)
El Perolo tenía frío
Santa Cruz de Tenerife
Antonio y Claudio
El equipo no pierde la sonrisa, por lo menos en las fotos

Empezando a entrenar en Corralejo
Terminando de correr en Tindaya
Gente de todo tipo en los tramos
Paco Romero y Carlitos Larrodé

domingo, 8 de octubre de 2017

Rallye de Teror 2017: Misión impo-tente.


Muy buenas.
La verdad que para sentarme a escribir esta entrada he tenido que sacar tiempo de donde no hay, porque entre unas cosas y otras se me ha juntado el final del Teror con la preparación de varias pruebas que tiene nuestro equipo de aquí a final de temporada.
El resumen final que siempre ponemos al principio es que terminamos segundos de la copa Adam Disa max y novenos de la clasificación general.
Marco incomparable
Esta vez apenas pudimos entrenar los tramos como nos hubiera gustado. Las obligaciones laborales de ambos junto con mis labores familiares nos han dejado poco tiempo para estos menesteres. Al final, salimos a correr con bastantes menos pasadas de lo habitual este año y eso quizás pudo notarse en el rendimiento, aunque tampoco creo que haya sido decisivo.
Los días previos a la carrera la previsión meteorológica daba lluvia débil pero constante, así que la decisión del marcaje y monta de ruedas nos ocupaba bastante la cabeza. Después no llovió nada y las gomas que usamos no llegaron a ser las más adecuadas, pero eso tampoco llegó a ser determinante en el resultado final.
Ceremonia de salida. El de la bandera es conocido

La consigna de la mañana era no dormirnos en los primeros tramos, cosa que conseguimos porque ganamos el primero del día, bastante raro en nosotros, aunque después en el segundo nos cayó casi medio segundo por kilómetro y empezamos a darnos cuenta de que no iba a ser posible. En el tramo 3 ganamos por casi nada y para la segunda sección la idea era atacar a lo bestia para reducir las diferencias, aunque según nos decían desde las cunetas, iba a ser imposible y así fue. Después de bajar Monte Gusano y Lomo del Palo como si no hubiera un mañana con Raúl haciendo un “shhhhh” en cada librada en las que yo trincaba el culo, llegando a reducir mucha ventaja a los rivales, en las partes de subida nos caían los segundos como sacos de papas en la espalda, así que en la meta de la segunda pasada por el tramo largo decidimos que se había acabado la lucha por el primer puesto y que la táctica sería ir rodando hasta el final a ver si las ruedas nos aguantaban medianamente en condiciones y podíamos ganar el último tramo que discurría casi todo en bajada.
Durante las tres especiales en las que fuimos a ritmo tranquilo, las asimétricas fueron conservándose y nos daban el chance de volver al ataque en el tramo 9, que incluyendo un susto grande a la salida de la segunda vuelta por el Puente del Molino, nos daba 2 puntos extras.
En el mismo control stop de ese tramo se precintaban los Adam para una posterior verificación que no aportó más luz que la de saber que el banco de potencia en el que se testaron los coches estaba medio desconfigurado, dando finalmente valores válidos y legales, dando por sentado que allí ese lunes, los coches estaban todos iguales.
Pasando por "los arbejales"
No voy a escribir mucho más esta vez porque no recuerdo casi nada de lo que vivimos en enlaces ni en tramos, sobre todo porque cuando más arriesgamos no sirvió para nada y esa frustración ejerce de tipex mental al llegar a las metas. Como dice el título, la misión esta vez fue imposible porque como todos (pero todos todos, hasta gente con polos oficiales) decían, no íbamos a poder, e impotente porque no hay que perder los nervios ni dejarse llevar, aunque lo que pide el cuerpo en algunos momentos es otra cosa. De momento nos vamos controlando y dando la cara, saludando con la mirada levantada, sin miedo y sin vergüenza por no ganar.
La sonrisa no la perdemos (casi) nunca
Sí que recordaré este rallye en el que tantas efemérides se daban en cuanto a número de carreras disputadas, como el primero al que fue mi hijo Adrián, que junto con Leti y Aroa saludaron de camino al primer tramo en el enlace que pasaba por la puerta de mi casa, y estuvieron todo el día en las asistencias. En eso sí que me dejó contento el rallye de mi pueblo.
Con cariño y hasta con risas recordaremos siempre las calenturas del amigo Adán cuando pasábamos por delante del Restaurante Hermanos Santana y nos preguntaba por las diferencias. Suya fue la paella que nos comimos por la noche para celebrar los cercanos cumpleaños del jefe Toñi Ponce y de Raúl. También mencionar la réplica de nuestro coche que ha hecho Yeray Alonso y que tantas pasiones levantó en las verificaciones, así como la buena actuación de Aday que se sacó una espina, y de Edu que se prodigó de manera notable al volante. Aprobado con nota también el speaker de este año, y que sean muchos más.
El mejor copi de Canarias, metido a chofer
En fin, a pesar del resultado, todas las carreras pasan al disco duro con algo de lo que acordarse.
Precioso el trabajo del amigo
Ahora ya con el Teror en el pasado, estamos preparando la subida de Moya que hará Toñi Ponce con el Skoda, para después seguir nosotros con el Adam en el Isla de Tenerife que ya estamos perfilando en cuando al papeleo se refiere, quizás escaparnos a La Oliva con el AX, seguir en Maspalomas con el Octavia de Toñi y terminar en Lanzarote de nuevo con el Opel. Mucha actividad para el el CD Flamer Motorsport en dos meses. Esperemos que el estrés, el cansancio y nuestras familias no nos manden a la mierda, que estarían en su pleno derecho, faltaría más. A todo esto, mi amigo Raúl Quesada ahora mismo está con Carol volando a Thailandia, destino lleno de animalitos raros de esos que le gustan a él. Esperemos que a su regreso traiga la fórmula del éxito, pero traducida al castellano.
En fin, nada más que comentar. Muchas gracias a nuestros patrocinadores, a las familias y amigos que nos acompañan y ayudan, a toda esa gente que sin conocernos de nada se pasaba por nuestra asistencia o se paraba a nuestro lado en los enlaces para darnos ánimos a pesar de que la cosa está cuesta arriba, y subiendo nuestro coche no es tan liviano como otros.
Como decía antes, nos vemos en Moya primero y en Tenerife después y recuerda que no hay nada más satisfactorio en la vida que tener la consciencia tranquila, pero de verdad, no de boquilla.

Hasta entonces!!!

jueves, 20 de julio de 2017

Rallye Senderos de La Palma 2017: Circunstancias y ciruelas

Muy buenas. Antes que nada tenemos que explicar lo sucedido en el pasado rallye Isla de Gran Canaria, que corríamos con el Skoda Octavia Kit Car y que nos conducía al camino del abandono nada más empezar. El viernes el tramo espectáculo no se dio del todo mal teniendo en cuenta las características del coche, pero el sábado, a 600 metros de la salida de Cueva Grande el culo quería adelantar al morro, la esquina de un muro se negó a que eso pasara y allí tropezamos y nos tuvimos que quedar. Una pena porque teníamos muchas ganas de hacerlo bien y la sensación de que estaba todo bien trabajado, pero… las carreras son así.

Después del mal sabor de boca que te deja todo lo que conlleva retirarte por un golpe, pusimos la cabeza en la próxima prueba, que no era otra que el Senderos de La Palma dentro de la Copa Adam Disa max. La primera visita a la Isla Bonita para ver los tramos nos dejó buenas vibraciones. En bastantes partes del rallye ya habíamos estado tanto Raúl como yo hace unos años, y eso ayuda bastante a estar más ubicado, por lo que el trabajo de reconocimientos se dio bastante bien y nos cundió, a pesar de que las dos zonas en las que se desarrolla el rallye están lejos entre sí y se pierde bastante tiempo en el trayecto.
Regresamos a casa tranquilos y sin dudas, aunque las obras de la carretera de Las Manchas hicieron que no se pudiera entrenar debidamente. Bien es verdad que eso le ha pasado a todos, así que se igualan las cosas.

La semana de la carrera y ya con todo preparado, vuelo hasta La Palma y me dirijo a Los Llanos mientras aguardo que llegue el resto de la primera parte del equipo con el coche. Aprovecho para ver in situ los recorridos de enlace de salida y entrada del parque de trabajo. Una vez controlado eso, llego a la casa rural situada en El Paso y que me sorprende enormemente. Por si alguna vez planteas unas vacaciones en la Isla Bonita y buscas alojamiento por esa zona del oeste, bungalows Los Guanches es el sitio ideal.
Cuando Raúl y Antonio llegan, cenamos algo rápido y nos vamos a entrenar. Buena parte del tiempo la pasamos en el tramo de Garafía ya que a nuestro entender, por distancia y dificultad es el que va a marcar diferencias. Al final nos acostamos a las 6 de la mañana, cansados pero conformes y optimistas.
Las buenas sensaciones con las que me quedé dormido se esfuman de un plumazo cuando me despierto y veo en el móvil que se han suspendido los dos tramos de por la noche. La nocturnidad se nos da bien, y Raúl es capaz de mejorar los tiempos hechos de día incluso sin parrilla de faros, por lo que teníamos grandes perspectivas para hacer cosas buenas en la oscuridad de la cumbre palmera, pero no. Si a mi me disgusta la idea de no correr esos tramos, a mi piloto ni te cuento. En fin, es lo que hay y sea por la razón que sea, bien por el riesgo de incendio o bien porque el rallye tenía más kilómetros de los permitidos, hay que acatar lo decidido y punto.
Montamos la asistencia sin mayores contratiempos, justo frente a un bar y un supermercado. Mejor imposible.
Después de verificar a pleno sol en el precioso casco peatonal de Los Llanos de Aridane, almorzamos y hacemos tiempo hasta la hora del brieffing, que bajo mi punto de vista fue rocambolesco total. Pilotos y copilotos haciendo preguntas del rutómetro porque no lo habían mirado, consultas de dudas increíbles, hasta cinco o seis explicaciones del Director de Carrera a una misma pregunta hecha por personas diferentes… la conclusión que saco es que estas reuniones para el que se ha leído los reglamentos (el del rallye y las normativas en general) son una pérdida de tiempo. Salgo de allí con la sensación de que yo invierto mi tiempo en preparar y controlar todo o casi todo lo que hay que hacer, por dónde hay que hacerlo y en tener los conocimientos suficientes para saber reaccionar cuando surge algo como la suspensión de la noche y demás, y hay compañeros que ni tienen idea ni miran absolutamente nada, sino que se dejan llevar… y les sale bien. Cada uno corre como quiere, pero por lo menos yo me juego mucho en este deporte, nada menos que mi físico, como para improvisar algo, por poco que sea. Aprovecho para decir que después en el rallye, de lo que se explicó tantas veces, hubo gente que se equivocó. No sólo no leen sino que por lo que se vé, tampoco oyen.
Con bastante retraso hacemos la ceremonia de salida, por lo que se reduce el tiempo previsto en asistencia. Lo que pensábamos hacer en casi una hora según el itinerario, hay que dejarlo terminado en quince minutos. Si iban a modificar eso, podían haber dejado meter los coches en parque de trabajo y no en parque cerrado, creo yo.

Después del largo enlace por Tijarafe toca dejarse ya de historias externas y ponerse el casco, que es a lo que hemos venido.
El primer tramo no se da del todo bien, pero el tiempo no es malo. En una zona de subida Raúl me dice que el Adam debe estar roto porque corre poco, pero no tenía nada, sólo que hacía mucho calor y el turbo sufre, además de que por sí, el coche corre poco.
En el otro tramo las sensaciones son raras pero mejores que en el anterior y acabamos la jornada del viernes como líderes. Tenemos claro que si se hubiera corrido de noche, nuestra ventaja hubiera sido mayor… o no, nunca se sabe.
Cenamos las alitas picantes de Antonio y a dormir. Comparto habitación con el que ahora es un amigo y miembro más del equipo, pero que siempre ha sido y será un mito, el gran Antonio Ponce Anguita. El reparto de camas fue fácil de hacer: los que roncan en un cuarto, los que no roncan en otro, y el que ronca muchísimo al salón. 

Amanece el sábado caluroso pero tranquilo. El plan es atacar todo el día para ver que pasa. En el primer tramo, en la zona de bajada final y yendo bastante rápido pisamos aceite y nos salimos. Menos mal que Raúl acertó a tirar del freno de mano y la salida fue lateral, golpeando levemente unas piedras. Devueltos a la carretera seguimos corriendo, pero primero con la precaución de que el coche tenga algo roto, y después porque sigue habiendo aceite durante un largo trecho. Al llegar a la altura del coche causante del derrame, me comen los demonios. No voy a decir ni el número que era ni dar nombres pero quiero dejar claro que a pesar de que la rotura se produjo porque cogieron una piedra en pleno centro de la carretera que no pudieron esquivar y de que no había ni un comisario en todo aquello ni donde se suponía que tenía que estar, que tu revientes el cárter y sigas por el tramo chorreando aceite durante 500 metros, que no seas capaz de ir hacia atrás para avisar a los demás participantes y que encima saques un comunicado diciendo que “menos mal que nadie se vio afectado por el aceite” es cuanto menos lamentable y antideportivo. En fin, ahí lo dejo, pero estoy seguro que si no pasa eso, se hubiera apretado más la pugna por la Copa.
El siguiente tramo lo hacemos agobiados y desconcentrados, todavía con el disgusto en la cabeza. Cuando pisas aceite a gran velocidad se pasa mal, y ahora cada vez que veía algo brillar en el asfalto me parecía que era aceite. Nuestro tiempo fue malo y se veía venir.

En la asistencia comprobamos que el coche está en buen estado, aunque mi puerta casi no abre y la talonera está dañada. En la siguiente vuelta por los tramos ganamos los dos y recortamos un poco las diferencias pero siempre sin ir demasiado al ataque para que no vuelva a pasar nada.
En la meta del tramo del Valle, paramos a quitarnos los cascos y una señora nos dice que si queremos una ciruela. Raúl le dice que sí tímidamente, y la doña nos tira desde la ventana una bolsa llena de frutas fresquitas acabadas de sacar de la nevera. Pase lo que pase, lo mejor del rallye.

Quedan dos tramos, los que otorgan puntos extras. No sabemos si guardar ruedas y mantener la segunda plaza o si tirarnos a lo bestia para conseguir esa puntuación adicional. “El jefe” Toñi Ponce y el resto del equipo casi que nos obligan a montar gomas nuevas y salir a tope, así que no seremos nosotros los que vayamos en contra de nuestra gente. En Las Manchas salimos a lo bruto, tanto que más o menos en la misma zona donde nos habíamos salido esta mañana y yendo 6 segundos mejor que nuestro tiempo de antes en el segundo punto intermedio, tocamos un interior y pinchamos. De ahí a la meta perdemos 20 segundos, calculados exactamente viendo después el vídeo. Quién sabe si de no pinchar hubiéramos ajustado las diferencias con los rivales y nos hubiéramos jugado el rallye en el último tramo, que por cierto, ya con la rueda cambiada, lo ganamos.

Al pasar la meta, nos damos la mano y la enhorabuena. Lo hemos dado todo y hemos luchado a tope, casi diría que por encima de los límites, así que tenemos que estar contentos. A nadie le gusta perder, pero contra las circunstancias y adversidades no se puede luchar. No vamos a negar que estamos rascados, pero también satisfechos por nuestro trabajo. Esperamos por los compañeros vencedores Óliver Nieves y Javier Alonso y les damos un aplauso, porque si algo somos es deportistas y desde chiquititos sabemos perder y felicitar al que nos gana. Este deporte, sobre todo en una copa monomarca es (o debería ser) una actividad limpia y sana donde se depende de muchas cosas, pero donde la igualdad mecánica es (o debería ser también) total. Que Nelson Climent y Tino Vega hayan sido terceros también es motivo para estar contentos.

Llegamos a la asistencia y los copilotos se tienen que quedar en el control horario mientras el piloto y el coche se van con el equipo, por lo que los sufridores de la derecha nos quedamos sin ser recibidos por nuestra gente. Durante el día es buena idea porque así el coche está mas tiempo atendido, pero en ese último control no debería ser así. 

Una vez los pilotos hacen rueda de prensa que los copilotos vemos desde la barrera y recibimos los trofeos en el podium, nos vamos para casa a comer y descansar. Antonio compró material de asadero para darle uso a la barbacoa, así que nos dan las tantas comiendo y hablando, aunque primero tuvimos tiempo de remojarnos un poco en la piscina.

El domingo por la mañana emprendemos todos el regreso a casa. Parte del equipo vendrá en barco y otros volvemos en avión, con escala en Tenerife. Al llegar el Binter a Los Rodeos notamos como no está paralelo a la pista sino perpendicular totalmente, y casi pegado al suelo gira a la izquierda y aterriza. La azafata tenía mala cara al ver la maniobra y cuando tomamos tierra se le escapó un “su puta madre” y empezó a aplaudir. Luego nos dijo que seguro que lo hizo así por la niebla y que si hubiera sido otro piloto no lo habría ni intentado. Mejor tomarlo a risa y no pensarlo mucho.
En otro ratito más ya estamos en Gran Canaria y poco después en Madrelagua, donde el calor es bestial y nos recuerda la vuelta a la realidad del día a día y todo lo que tenemos entre manos y que habíamos dejado aparcado para ir a correr el Senderos.
Como siempre hay que dar las gracias al equipo de Flamer Motorsport formado esta vez por Antonio, Claudio, Álvaro y Toñi. Estando con ellos y a pesar de no haber ganado y de que nos pasaron cosillas, sinceramente, yo lo pasé bien. Los tramos me gustaron mucho y bajo mi punto de vista me salió un rallye notable en cuanto a mi trabajo, siempre pudiendo mejorarlo, claro está. Raúl es un grande, un piloto agresivo y sin miedo ni dudas que si puede pasar una curva o un rasante a fondo no levanta el pie ni un milímetro ni siquiera por si acaso. Correr con alguien así es un lujo porque por la misma inercia del ritmo que se lleva, se divierte uno. Encima somos amigos y eso lo facilita todo.
Agradecemos también a los patrocinadores que hacen posible que esto salga hacia adelante y a nuestra gente que siempre está pendiente. También esta vez me gustaría mencionar a mis compañeros de trabajo, que siempre aceptan mis proposiciones de cambios de turno para yo poder entrenar y correr. Como no puede ser de otra manera aun a riesgo de caer pesado por decir siempre lo mismo, no voy a terminar esta crónica sin elevar a los altares más altos que se hayan construido a mi maravillosa mujer Leti, que soporta casi siempre sola el peso de la familia mientras yo estoy por ahí haciendo el cabra con el casco puesto (y sin él).
Nada más por esta parte. Nuestra próxima carrera será el rallye de Teror en el que corremos en casa por ser el más cerca que nos queda, pero no por eso vamos a tener ventaja sobre nadie, porque sean los que sean los tramos que se hagan, seguro que son bastante conocidos para todos, aunque eso sí, tendremos la cama a 2 minutos del parque cerrado, y eso siempre ayuda.
A nivel personal, antes de seguir corriendo tenemos un compromiso ineludible e ilusionante, al que por cierto, también me va a llevar Raúl Quesada, como tiene que ser.
Nos vemos!!!!

PD. Si tienen tiempo, pasen por la tienda de Toñi Ponce, en la calle Churruca n.º 38 de Las Palmas de Gran Canaria y disfruten del museo que ha instalado la familia Ponce. Recomendable total. 




Galería desordenada de la aventura:
A simple vista las hélices no se ven
pero la cámara del móvil de Raúl
es mejor que el ojo humano

El equipillo 

Los Llanos de Aridane de día desde
el mirador del Time

Paseo por Santa Cruz de La Palma

Dentro del aeropuerto.
Si Aroa lo trinca....

Esperando para verificar

No sé llega a apreciar,
pero se desintegró

Rueda de prensa

Mecánicos en remojo

Alvarito... así

Seguro que el Binter aterrizó en Los Rodeos porque el copi era un fiera

Calor al llegar a casa

Los Llanos de Aridane de noche desde el mirador
del Time 


Barco pallá

Barco pacá

Antonio y Raúl siempre con buena cara


Tramo Puntagorda (foto: Gustavo Alonso-motoradiario)

Tramo El Valle (foto: Gustavo Alonso-motoradiario)

Tramo Las Manchas (foto: motor2000)