miércoles, 16 de diciembre de 2015

Comarca Norte de GC y resumen anual: Buscando motivos

Aquí estamos de nuevo, o de viejo, porque han sido bastantes veces este año. Prometo que ésta es la última hasta dentro de unos meses…o no.
Como ya sabes si has leído las anteriores entradas a este blog, iba a terminar la temporada echando el rato en el rallye Comarca Norte de Gran Canaria, y al final fue eso, sólo un rato. 
Cuando mejor lo pasamos fue la tarde de viernes en Gáldar, sobre todo cuando entre saludos y presentaciones le dicen a Osmundo que era “incombustible, clásico y veteranísimo”. Pasamos la rampa muertos de risa por la respuesta de mi piloto: “me tratan como a un perro”. Luego llegó el principio del fin.
El coche desde que hicimos la ceremonia de salida tenía un ruido raro, que finalmente terminó siendo lo que se tradujo en la avería de la caja de cambios del “soplillo”. No pudimos hacer sino dos tramos, y no demasiado cómodos.
No nos dio tiempo ni a coger el ritmo, ni a pasarlo bien ni a nada. Mala manera de acabar el año, pero las carreras casi nunca dependen del factor humano sino del mecánico.
Me jodió mucho porque hicimos un esfuerzo grande para ir a entrenar y porque Mundo se quedó con las ganas de correr como le gusta, y yo con él. 
Poco más te puedo contar de este rallye. Cuando el coche se fue en la grúa, nos fuimos también nosotros. Ni con ganas de ver nada nos quedamos.
El tema es que al ser la última carrera del año, pues se acaba la temporada con mal sabor de boca, y encima mi año ha sido tirando a gris.
Es verdad que he corrido un montón de kilómetros a un ritmo alto, y que han sido más las buenas sensaciones que las malas, pero claro, los momentos críticos marcan más que los agradables, por lo menos a mí.
Si lo resumo por carreras, te cuento que entrené el Santa Brígida, una semana antes se abortó la opción de correr y al final casi corro de todas maneras, pero no pudo ser. Fui a verlo.
En el Islas Canarias sólo corrí dos tramos. El resto fui a verlo.
Para el Gran Canaria hubo problemas desde el tramo 1 y se abandonó en el penúltimo.
En Telde todo fue bien hasta el último tramo, donde una avería hizo que llegáramos a la meta final sin alegría ninguna.
El Teror salió bien entero.
Del Maspalomas también hubo que irse para casa tres curvas antes de tiempo.
En el Comarca Norte como ya has leído, retirado desde por la mañana.
Balance general en cuanto a resultados: mal.
El buen rallye de mi pueblo podría compensar el resto, pero no lo termino de ver así. 
Si miramos un poco con más profundidad, he corrido 28 tramos de los 63 que tenía que haber disputado de haber llegado a todas las metas. Eso hace un 44%, por lo que no se puede decir que haya aprobado el año.  
Y lo peor de todo no sólo son las retiradas, sino la sensación de que tanto tiempo invertido no ha servido para mucho.
Ya sé que no soy de los copilotos que ayudan en las reparaciones o revisiones del coche ni que me encargo de nada más que no sea entrenar y correr. Es por eso que sé que los pilotos y hasta mecánicos pierden más tiempo que yo en el tema, pero me tengo que quejar de lo mío, que para eso soy español, gandul y envidioso.  Ahora mismo cuando escribo esto, estoy dándole vueltas a la cabeza y todo me parece mal.
Te explico lo que estoy pensando: dudo del por qué me dedico a ser copiloto si realmente, no termino de encontrar el momento justo en el que lo paso bien en las carreras. En pleno tramo a toda velocidad voy tan concentrado que no retengo casi nada ni soy consciente de lo que pasa. Los enlaces son un aburrimiento. De los entrenos ya ni te digo. Los odio con todas mis fuerzas y aunque por diversas circunstancias hay ratos que toca reírse, no va a pasar nunca que me guste reconocer, y si encima hay que coger notas, peor.
Siempre hay que dormir poco y madrugar, ir y venir de donde sea la carrera…

En fin, tampoco quiero parecer Pitufo Gruñón ahora, porque todo esto que hay que hacer lo hago y con buena cara y actitud. Una cosa no quita la otra, pero es que no lo veo claro. Encima, me da coraje, porque aun pensando todo esto, es como si mi cabeza no quisiera echarse fuera del tema. Supongo que será como una droga, que sabes que te hace mal pero no puedes dejarla.
Yo me conozco y sé que seguramente siga corriendo si me ofrecen algo que me parezca bien y con alguien que me dé confianza. Igual acabo el 2016 haciendo un montón de carreras, pero… si tuviera que firmar un contrato ahora, no lo hacía ni loco. 
Encima en lo que he ido a ver como aficionado me lo he pasado de lujo, disfrutando mucho, seguramente más que corriendo.
Realmente creo saber cual es la raíz de mi problema. Siempre dije que para dedicarse a este tema como es debido, hay que tener tiempo libre y casi ninguna obligación más. Soy de los que piensa que para hacer por ejemplo un campeonato que conlleve viajes y demás, hay que ser estudiante o jefe. Hace años que me prometí a mi mismo que no iba a usar mis días de vacaciones para usarlos en las carreras, y sigo manteniendo mi idea. Y claro, yo trabajo los fines de semana y ahí está el quid de la cuestión. Entre mi horario laboral y las carreras (bien sea para entrenar o para correr) acabo usando casi todos los findes del año, y eso quiere decir que el mismo número de sábados y/o domingos no estoy con mi familia o amigos. Para el que trabaja de lunes a viernes es más fácil porque cuando no hay nada que hacer de las carreras, tiempo libre. Para los que trabajamos a turnos es complicado compaginar unas cosas y otras, o por lo menos para mí lo es. 
Aunque no me gusta mucho hablar de mi vida privada, te cuento que hay semanas en las que si trabajo dos o tres días a jornada completa de 16 horas (esto lo hago haciéndole turnos a mis compañeros para poder librar luego los días del rallye haciendo ellos el mío) y luego el fin de semana lo uso para verificaciones y correr, no veo a mi mujer y mi hija a lo mejor desde el martes hasta el domingo. Espero que con ese ejemplo entiendas que le esté dando tantas vueltas a toda esta historia. Encima a partir de enero tendré un compañero menos, por lo que será más difícil librar y cambiar turnos.
Está claro que hay otras épocas del año en las que todo es mejor porque se sabe un rutómetro con antelación, vamos pocas veces y el rallye es cerca, pero ya lo dije más arriba y lo mantengo. Me marca más lo malo que lo bueno.
Si yo leyera esto escrito por otra persona le diría que vendiera el casco hoy mismo y lo deje, pero no me termina de salir decírmelo a mi mismo. Hay algo que me hace querer correr, pero no estoy seguro de saber lo que es. 
Tremendo tocho te acabas de leer. Lo siento, necesitaba desahogarme y quizás exponiendo esto aquí pueda alguien abrirme los ojos y hacer que piense con más claridad. No busco tampoco que me den palmaditas en la espada. Sólo escribo lo que pienso.

Quiero terminar mi última crónica de este 2015 dando las gracias a toda la gente que se deja las manos para que los coches en los que corro puedan funcionar, a los patrocinadores y gente que pone perras para lo mismo, y como no, a mis pilotos de este año que han sido Jonathan Nuez y Osmundo Ramírez. Se fían de mí aun sabiendo que no entiendo nada de mecánica ni colaboro en casi nada. Debe ser que como copiloto lo hago más o menos bien. 
Lo penúltimo es dar las felicidades a tooooood@s l@s compañer@s y amig@s que han corrido este año. Sé de buena tinta que sólo el hecho de estar en las salidas tiene mucho mérito. Luego ya lo que pasa en cada carrera es incontrolable.
No me extiendo más y termino dándole las gracias a Leti y Aroa. Ellas son mi libreta de notas de cada día y es por ellas por las que intento siempre tener la cabeza fuera del agua. Renuncian a mucho de su tiempo familiar para que yo me dedique a “esta mierda”. Nunca tendré palabras de agradecimiento ni forma de compensar lo que hacen por mí.
Ya veremos que nos ofrece el nuevo año que ahora llega y que es lo que pasa.
Te deseo un feliz 2016 cargado de salud para comer bien, dinero para comprar comida y suerte para que la comida esté buena. El resto es menos importante.
Gracias por leer a este proyecto de escritor.
El año que viene supongo que más y espero que mejor.
Saludos. 

PD. De aquí a dos semanas casi todo lo que digo en la parte central se habrá disipado y pensaré de otra manera. 




lunes, 7 de diciembre de 2015

Previa Comarca Norte 2015: venga, la última!!

Hola.
Casi finalizando el año y creyendo que la temporada había acabado en aquel muro de Fataga, resulta que tengo una bola extra para jugar.
A los dos días de terminar el Maspalomas y todavía con la molienda en el cuerpo, el amigo Osmundo Ramírez me llama y me dice que si quiero correr con él en el rallye Comarca Norte “para quitarme el susto”. No le prometo nada porque mi tiempo para entrenar es escaso y el único fin de semana libre que tengo por delante lo usaré para ir a ver el rallye Isla de Lanzarote. Aun así quedamos en ir a ver los tramos y si nos gustan, inscribirnos.
La verdad que tiempo no hay mucho, pero ganas si, porque tengo una relación de amistad con Mundo y llevamos un montón intentando cuadrar para poder volver a correr juntos.
Al final, después de ir dos tardes a ver el recorrido y sin haber entrenado como se debería, vamos a salir a correr.
Las notas de Mundo son completamente diferentes a las de Jonathan Nuez, pero me acordaba de aquel 2013 en el que las usé y me adapté bastante rápido. Cuando lo llamé para preguntarle por el consumo de gasolina del coche y con cuanta distancia quería parar en los enlaces para calentar ruedas y demás, me dijo: “eso a mi no me hace falta, déjate de rollos”, así que entre que no tengo tiempo y que la preparación es mas suave que para el resto de carreras del año, ya está todo casi listo para ir el viernes a Gáldar. Hubo que buscar un casco prestado porque el mío no funciona con los interfonos del coche, pero ya está solucionado.
Los tramos son pequeños pero bonitos. El que menos nos gusta es el primero, que es muy ancho y con rectas largas. Los otros tres se prestan bastante para las características del R5 GT Turbo y esperamos hacer un buen papel. No vamos a ganar nada, pero con divertirnos y terminar bien nos conformamos. Lo de llegar a la meta no lo sé, pero reírnos seguro que si, porque este hombre es un “cuento risa”. En Piso Firme cogiendo notas dice: “apunta ahí por medio del pueblo”. En el barranco de Moya suelta: “ños túneles y todo”. Y como esas, otras tantas que me hacen reírme y apuntar en idioma de médico.
Por cierto, después de los 8 tramos cronometrados hay uno en plan espectáculo en Arucas que no se puede reconocer, ni caminando ni en coche. Por lo visto lo van a montar el mismo sábado en lo que el rallye se desarrolla en la zona de Moya y Gáldar, por lo que hay que salir medio a lo loco, guiándonos por un plano que colgaron en la web. Ésta es una de las razones por las que dicha prueba especial no cuente para la clasificación final del rallye y sea más bien una exhibición. Ya me imagino las carcajadas nuestras dentro del “soplillo”.
Estoy ilusionado. Quiero terminar el año con buen sabor de boca y espero conseguirlo.
Muchas gracias a todos por los mensajes de ánimo después del golpe del Maspalomas, y agradecido por supuesto a Mundo por darme la oportunidad de quitarme la espina tanto del mencionado accidente como de no haber podido salir con él en otras carreras. 
La semana que viene te cuento que tal salió esta aventura, que termine como termine, seguro que nos conduce a algún bar.  
Aquí el enlace el itinerario-horario: http://www.azuatil.com/2015/rallye%20comarca%20norte/ITINERARIO%20HORARIO%20I%20RALLYE%20COMARCA%20NORTE%20GC%202015.pdf

PD. Me voy a subir en el coche directamente para la ceremonia de salida. La última vez fue en Santa Brígida hace casi tres años. Tendré que fiarme del tío este jajaja. 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Rallye de Maspalomas 2015: Un muro que habrá que saltar

Saludos. Empiezo ya a contarte mi quinto fracaso en Maspalomas.
La semana previa fue un poco extraña debido al cambio de un tramo por otro. Los motivos no los vamos a explicar ahora después de tanto que se habló y de que nadie dijera ni una palabra más cuando la organización del rallye explicó lo que había pasado.
Como Jonathan estaba trabajando en Lanzarote hasta el jueves, nuestro plan para entrenar La Era del Cardón era ir el viernes por la mañana y ya echar el día en el sur con unas cosas y otras.
En la primera pasada paramos junto a unos obreros del Cabildo para preguntarles si la obra que estaban haciendo quedaría señalizada para el rallye. Nos dicen que se quedarán los conos en la carretera y aunque no están en la trazada, los apuntamos.
Algo más tarde y en medio de guaguas, turistas y un hombre con perro que nos daba paso cada vez que nos veía, circulamos durante un rato detrás de un ciclista que no llevaba un culotte normal, sino unas mallas negras bastante transparentes. Intento seguir cantando notas, pero unas curvas más tarde no puedo aguantar más y le digo a Jonathan: “¿a ti te pareció que el ciclista aquel no llevaba calzoncillos?” Me dice: “no me lo pareció, es que no los llevaba”. Una pasada de entrenos perdida por ir muertos de risa.
Cuando ya nos íbamos a ir y salíamos de Agüimes para dar la última pasada, en las primeras rectas alcanzamos a una Citroën Berlingo que de buenas a primeras se va acercando cada vez más a la izquierda de la carretera. Va tan pegada al margen contrario de la vía, que cuando le tocamos la pita para intentar adelantarla, mira hacia atrás por el espejo… de la derecha!!!! Ni que decir tiene que también ese último periplo de reconocimientos no nos sirvió para nada, porque entre las risas y el tufo a colonia Musk que nos dejó la señora de la Berlingo al pasarla, yo no podía ni leer media página.
Tanta risa, hubo que mear. 
Una vez en Maspalomas, hacemos una parada y reponemos fuerzas en La Esquina Ibérica. Luego vamos a la zona del mercado para coger las notas del tramo espectáculo. Es más ancho de lo que nos creíamos y no parece presentar ninguna complicación. Nos engañó como a chinos.
En lo que esperamos por el amigo Osmundo Ramírez para comer, damos un paseo por el centro comercial Cita, uno de los primeros que se abrió en el sur y que todavía conserva un montón de vida y actividad. Hacía más de 25 años que no pasaba ni siquiera por delante, y me vinieron a la cabeza cientos de recuerdos de la niñez. Comemos en Casa Antonio y ya en el estadio de San Fernando “bobiamos” hablando con unos y con otros de carreras, coches y demás. Conversaciones de las que siempre se tienen y de las que, por lo menos yo, me olvido a los 30 segundos.   
Media vida después, volví al Cita.
Cuando llego a donde estaba el Clio, los números están mal pegados. Es una tontería que aunque está reglamentada, no pasa nunca a mayores, pero a mí el tema de los números siempre me ha dado sensaciones, y verlos mal puestos no me gustó ni un pelo.
Para verificar tardamos una eternidad. No en hacer dicha operación, sino en entrar a hacerla. Mucho retraso. Después de que nos dieran el OK al coche, brieffing en el que soy casi el único que pregunta. Cuando acaba me dicen varios compañeros “joder, menos mal que lo preguntaste porque teníamos dudas con eso”. No entiendo a la gente que se pasa el tiempo opinando y cuando tiene la oportunidad de exponer sus dudas, no lo hace. En fin…
Llega la noche y nos vamos al tramo espectáculo. Otra eternidad botados hasta que nos toca. Al final…una mierda. No sabemos lo que ha pasado pero el coche no ha ido bien y el tiempo es malo. Podría ser que estuviera fallando la bomba de la dirección asistida, pero se mira en la asistencia y todo parece estar bien. Cenamos allí mismo con el equipo, Jony y yo sentados dentro del maletero del Clío. Entre unas cosas y otras nos acostamos más tarde de las doce, previo paso por una ducha fría que me aclaró las ideas y me quitó el sueño.
A las 7 sonó el despertador y a la media hora ya estábamos en la asistencia volviendo a revisar el coche por si ahora de día se veía algún problema. Aparentemente, todo bien.
Empieza el rallye de verdad, lo de anoche, aunque venda y sea bonito de ver para la afición, para correrlo en un delantera…es una estaca.
Antes de la salida de Arteara se me saltan las lágrimas por la maldita mala suerte que persigue a un amigo.
En la segunda curva nos pegamos tanto a una valla que la rozamos, y en la tercera el espejo retrovisor interior salta y no sé ni como, lo cazo al vuelo y lo meto entre mis muslos para que no se escape. El resto del día lo ponemos en los enlaces y lo quitamos en los tramos, por si acaso.
El ritmo es muy bueno y estamos en la pelea por el top ten. Lo peor que llevamos es que hay que hacer un montón de kilómetros de enlace por la autopista, en sexta y a 80 porque ir más rápido sería dañar el motor. Ir así daña las bujías… y los oídos.
En la segunda subida a Arteara vemos como unas gotas frescas en la carretera y no sabemos lo que son. Al ver el coche de Julián e Isra averiado pensamos que es de ellos, pero las gotas pasan a ser un reguero hasta ser un charco, que nosotros pisamos. El Clio se pone de lado con el culo hacia la valla y el morro hacia el risco, pero las ruedas delanteras, que eran nuevas, cogen tracción y las manos de Jony enderezan el rumbo para seguir subiendo. El Corsa kit car había tenido una avería y regado la zona de aceite más un conato de incendio. Cuando nosotros llegamos a donde ellos estaban no habían tenido tiempo de bajarse a avisarnos. Conste en acta que aquí, después de que oliera a aceite, de ver el Corsa echando humo blanco y de que nuestro coche patinara, yo dije: “era aceite”. En ese momento seguramente me entró un mail del Ministerio de Educación para convalidarme FP 1 de automoción. Al llegar al control stop comento que está la cosa muy peligrosa y que deberían parar la carrera para limpiar el aceite. 
Las pasadas por la Era se nos están dando bien y nos estamos divirtiendo, aunque claro, no tanto como entrenando.
Antes de salir en la primera bajada a Fataga nos quedamos sin dirección asistida. Son sólo 6 kilómetros pero Jonathan lo pasa mal teniendo que mover el volante sin ayuda. Parece que no, pero perdemos unos cuantos segundos. Llegamos a la asistencia y resultó ser un fusible (un relé dicen también que se llama) fundido. Gracias a José Martín conseguimos uno de ese mismo amperaje.
Pasando por el Cruce de Arinaga vemos a un “mataíllo” (que nadie se ofenda, pero lo califico así para entendernos todos) que está haciendo auto stop, pero que sólo saca el dedo pulgar cuando pasa un coche de carreras. A los del resto de la gente no les dice nada. Este jodío quería quitarle el puesto a algún copiloto.
Ya con la noche llegamos al último tramo. Nos estamos jugando el séptimo puesto y vamos a correr al mismo ritmo que llevamos todo el día. Rápidos pero sin hacer locuras. Todo va bien hasta que casi llegando a la meta, ya en mi última página de notas, tenemos un accidente fuerte. En una derecha medio cerrada a la que se llega rápido, el coche se acelera de repente y se tira de frente contra un muro de piedras. Como dice Antonio Recio, hostia terrible. Nos preguntamos mutuamente si estamos bien y aun sin saberlo del todo, nos decimos que sí. Desconectamos el coche y me bajo todo lo rápido que puedo y medio aturdido acudo al otro lado a abrir la puerta de Jonathan, porque se ha quedado atascada, y gracias. Justo al lado del coche hay un agujero de 3 metros de profundidad por el que, de haber podido abrir y bajarse, Jonathan hubiera caído, porque al ser de noche cerrada aquel hueco no se veía así como así. De hecho todavía no sé como yo lo vi. 
Parece chico, pero cabe uno de pié.
Luego no tengo claro si había comisarios avisando o no. Yo llamé a dirección de carrera tan rápido como pude. El caso es que después de haber pasado cinco coches después de nosotros, el sexto entró algo más rápido de la cuenta y fue a parar contra el maletero de nuestro coche. Ya en ese momento si te puedo asegurar que había dos banderas amarillas separadas 50 metros entre sí alumbradas con linternas y los triángulos de emergencias a unos 20 metros del coche. Sea como sea, ni se veía un carajo ni vamos a volvernos locos, aunque llevo una tonga de años en esto, y tengo claro que si no está el Clío allí arrimado (fuera de la raya blanca y de la trazada), el que acaba contra el muro es ese otro coche.
En lo que aviso a mi familia y amigos de que estamos bien, gestionamos la grúa y respondo a los tropecientos wasap que me llegan me dedico a andar por un camino que encuentro. Solo me acerco a la carretera cuando calculo que va a pasar Mundo para verlo. Durante más de veinte minutos camino, corro, estiro, me agacho, levanto los brazos… todo sin que nadie me vea. ¿Por qué hice eso? Pues porque me costaba creer que después de tremendo taponazo no me doliera absolutamente nada.
Un buen rato más tarde, después de que cargara el coche un gruísta que estaba de prácticas y que una vez tenía el coche en la plancha no fue directo a Teror sino que paró a cenar por el camino sin avisar, además de que según dice, dejó atrás el parabrisas del Clio a la altura de Juan Grande y no paró ni siquiera a retirarlo de la autopista, llego a mi casa. Aunque pensaba que no iba a dormir, paso la noche más en modo off de los últimos meses. El domingo sigo estando bien, apenas unos hematomas en las zonas donde el cinto me apretó. El lunes tengo bastantes agujetas, y el martes no me puedo ni mover de los dolores musculares que me azotan. Además los cardenales se me ponen oscuros, bastante más oscuros que la malla del ciclista aquel.
Ya ahora con el paso de más horas me encuentro casi bien y no tengo ninguna secuela física al respecto. Jonathan por su parte si que ha sufrido algunos daños. No son graves pero le duelen y tiene para unas cuantas semanas de rehabilitación. 
También te puedo contar que se ha ido desarmando el coche y que a primera vista y a falta de una revisión más profunda de los elementos clave, tanto el motor como la caja de cambios parecen estar en perfecto estado. La suspensión, frenos y más cosas también tienen buena pinta. La carrocería si que tiene muchos daños por delante y algo también por detrás, por lo que habrá que valorar si se puede y merece la pena arreglarla o vale más buscar otra.
Poco más que contarte. Ya lo puse en facebook aquel día y lo vuelvo a repetir ahora. Los coches de carreras y el equipamiento que llevamos son muy seguros. Igual son palabras mayores, pero con una deceleración frontal tan brutal como la que sufrimos, quizás el Hans nos haya salvado la vida. El dinero mejor invertido de la historia, no lo dudes. 
Por otro lado, y aunque no estoy asustado ni creo que vaya a dejar de correr por esto, no te voy a negar que la sensación de ver el muro “esperando” por ti, sabiendo que vas rápido y le vas a dar pero sin tener claro lo que te va a pasar, es bastante desagradable y difícil de borrar del cerebro. Esa imagen la guardaré en la carpeta de “no pensar”, pero siempre estará en mi disco duro.
Tampoco me voy a olvidar de las cientos de muestras de cariño y apoyo que hemos recibido. Hasta hay gente que se ha ofrecido a trabajar gratis para reparar el coche, o a prestar repuestos sin recibir nada a cambio.
Por mi parte tengo que agradecer a todas las personas que han contactado conmigo. Si los nombro a todos no acabaría ni en tres días. Muchísimas gracias de corazón. No tenía ni idea de lo querido que soy. Aunque pensando ahora, igual me lo dijeron porque era un momento sensible jeje. En serio, aquí tienen un amigo para lo que haga falta, como lo han tenido siempre.
En este punto casi final quiero dar las felicidades por llegar a la meta a mi amigo Mundo, que acompañado por Lorea Cano en su R5 GT Turbo se sacudió otra capa más de óxido. Donde hubo siempre queda, y aunque cueste estar a la altura, el que es grande, es grande.
No me quiero dejar atrás al amigo Guedes y su novia Vane, que como siempre se ofrecieron a darme casa, pan y agua y aunque no pude aceptar, se los agradezco igual, o más.
Por supuesto gratitud a nuestro equipo de asistencia, que tuvo que ir lejos para volver tristes, pero que no dejan de estar nunca.
Los patrocinadores que han confiado en nosotros este año han visto que si todo va bien somos de los que damos guerra, por lo que los invito a seguir apoyando para conseguir que todo vaya bien siempre.
Pido disculpas públicamente a Leti, Aroa y al resto de mi gente por el susto que les hice pasar. Desde que la radio dijo que habíamos chocado hasta que yo avisé apenas pasarían 2 minutos, pero entiendo que se les hayan hecho eternos. Por mis dos mujercitas y el tiempo que les quito para dedicarme a las carreras es cuando, en un momento como el del sábado en Fataga, uno se para a pensar si de verdad merece la pena todo este tema, pero qué difícil es salirse de este mundillo, joder.
En fin, termino ya que nos van a dar las uvas. Antes de irme quiero mandar un mensaje de ánimo a un amigo que lleva un año para olvidar. Las palabras de aliento a veces no valen para nada cuando la carga negativa es tanta y tan seguida, pero por lo menos hay que intentarlo. Lo peor es que este amigo ha asimilado tanto la mala suerte que ha cambiado su forma de ser para aprender a vivir con ella, así que es trabajo ahora de los que estamos cerca para darle la vuelta a la tortilla y si la fortuna sigue esquiva, que siga, pero que no lo moleste. Amigo portero, te envío toda la fuerza con la que el muro de piedras me acogió el otro día para que la transformes en energía positiva y consigas salir del bache. Estoy seguro de que así será y ahí estaré para verlo y brindar por ello, aunque sea con Nestea.  
Nada más, que no es poco. Cómo no estoy del todo seguro que haya colgado el mono por este año no sé si desearte unas felices fiestas de navidad y todo eso, pero bueno, felicitado quedas por si acaso.
Esta vez para finalizar el texto no hay reflexión sino una simple palabra: GRACIAS.
Una zona muy rápida de La Era. Con eso nos quedamos.




domingo, 8 de noviembre de 2015

Previo rallye de Maspalomas 2015: aventuras en el sur.

Casi acabando la temporada y también el año, voy a intentar contarte de manera breve pero entretenida los preparativos de la última carrera que disputaremos, el rallye de Maspalomas en su cuadragésimo segunda edición, siendo mi quinta vez en esta prueba.  
Después del Teror costó que nos bajáramos de la nube porque hasta un mes después la gente nos seguía felicitando por el logro conseguido. No por eso nos hemos vuelto famosos ni nada por el estilo, ya que preparamos la siguiente carrera como otra cualquiera, sabiendo que será casi imposible repetir lo del rallye de nuestro pueblo.
Al quedarnos tan lejos los tramos de este rallye y disponiendo del poco tiempo que tenemos, la táctica utilizada fue la de ir un par de sábados alternos saliendo a las 6:30 de Teror, desayunar por el camino y reconocer hasta mediodía. Madrugones que han servido para mucho, ya que temprano hay poco meneo y a partir de media mañana las carreteras se empiezan a llenar de extranjeros, guaguas y demás, lo que hace complicado entrenar de manera cómoda. No somos de los que vamos haciendo el loco, pero ir detrás de dos guaguas durante doce kilómetros no le gusta a nadie. Encima la última vez que fuimos llovió bastante en algunas zonas, lo que hizo que el tráfico fuera más lento aún. Según hemos investigado, la carretera de Maspalomas a San Bartolomé, por la que discurren dos tramos del rallye, es la que más tráfico soporta de toda la isla (sin contar las autopistas y autovías) debido a que es la vía que todos los turistas usan para ir de la playa a la cumbre. Normal que haya tráfico denso.
Con eso y con todo nos damos por satisfechos. Teníamos notas bien hechas de casi todo y a pesar de ser el rallye que más lejos nos queda, es el que más hemos entrenado, sin haber dado muchas pasadas tampoco. 
Pasando notas de otras libretas a la de este rallye 
Como anécdotas me gustaría destacar dos momentos. Bajando por Las Vallas a un ritmo constante y vivo pero sin ser peligroso, alcanzamos a una Citroen C15 que va a 10 kilómetros por hora (literal) y por el centro de la carretera. No podemos adelantar, ni siquiera intentarlo. Jonathan dice: “safety car”. Gracias a que nos reímos porque si no…
Y algo parecido pero con un coche más moderno, y un conductor nuevo también nos pasó en la bajada de Fataga. Hay un código no escrito entre carreristas que dice que si alguien va entrenando a un ritmo más alto que tú le debes dar paso, y normalmente todos lo cumplimos, aunque después de lo visto el otro día, he de cambiar la frase a casi todos. Un muchacho que entrena con un coche blanco y corre con un coche blanco también, se dedicó a obstaculizarnos deliberadamente. Frenaba en las rectas, se paraba en medio de la vía y en las rectas o donde había posibilidad de dar paso, aceleraba para que nadie lo adelantara. Barajé la opción de decirle algo y hablar con su copiloto, ya que también tiene parte de culpa, pero finalmente mejor será no decirles nada. No soy nadie para ir dando lecciones, pero me jodió bastante que después de una vida metido en esto, venga un novatillo a fastidiarme un rato de entrenos. Entenderás que no diga quien es el piloto. Prefiero decir el pecado pero no el pecador.
También en los reconocimientos de este Maspalomas me he dado cuenta de que cada vez que paramos a hacer pis o beber algo, retomamos el tema con más concentración. Hay quien prefiere no parar para no perder el hilo, pero a nosotros nos viene bien despejarnos un poco de vez en cuando, y más habiendo madrugado tanto.
En lo que respecta al coche, la pérdida de aceite que casi nos amarga el Teror ya está solucionada y el resto revisado, por lo que está a la espera de volver a la acción.
En el plano personal, me he descuidado totalmente en el plano físico. Entre el mal tiempo y la mala gana, apenas he hecho deporte ninguno, por lo que voy a tener que buscar un sastre para que aumente el mono en la zona abdominal, o no voy a caber dentro.
Nada más, nos vemos en el sur el viernes 13, ya que aparte de lo habitual de todos los rallyes se disputa un tramo espectáculo en el parking del mercado de San Fernando.
No sé por qué, pero a pesar de ser lejos, siempre me ha gustado esta carrera, independientemente de los tramos que tenga. En mis participaciones anteriores la suerte me ha sido bastante esquiva. En 2003 se rompía el coche entre la última asistencia y el control de llegada final, en 2004 avería en el tramo 1, en 2005 coche roto desde el tramo 2 y todo el resto del rallye muy despacio para conseguir terminar y en 2007 se fastidiaba el vehículo en el enlace al último tramo. Esperemos que este año lo que se rompa sea la racha y Maspalomas me devuelva con un rallye tranquilo y divertido hasta el final lo que creo que me debe.
Portada para esta carrera


Ya veremos lo que pasa. De momento y aunque no nos jugamos nada porque es casi imposible llegar al podium final de la Maxi Challenge RallyCar y complicado entrar en los 10 primeros del provincial, tenemos ganas y motivación, que no es poco.
Será la última carrera del año y terminarla en buenas condiciones hará que nos vayamos al parón invernal con buen sabor de boca. Aquí toda la info: http://www.rallyedemaspalomas.com/
Salud y suerte.



viernes, 2 de octubre de 2015

Rallye Villa de Teror 2015: Agua y champán, buena mezcla.

Hola amigos. Aquí estamos de nuevo para seguir escribiendo historias. El resumen general de ésta es bonito de contar, porque el resultado es difícilmente mejorable: 1º del grupo TA, 2º de la categoría 2, 2º de la Maxi Challenge RallyCar, 2º de la escudería Aterura y 2º de la clasificación general. Eso es el final, pero para llegar ahí pasaron unas cuantas cosillas que ahora te escribo.

La semana del rallye todo discurre de forma tranquila. El coche está revisado y funciona perfectamente. Por mi parte, para intentar darle un punto de novedad y de paso tener algo que preparar, decido  buscar un mono prestado para correr más cómodo. Si leíste la entrada anterior sabrás que los míos me vienen quedando un poco apretados. Por tanto hablo con el amigo Osmundo Ramírez para usar el suyo, pero a la hora de probármelo ocurre que al contrario de lo que estoy acostumbrado, me queda enorme. Mundo es un hombre grande, y su mono también. De barriga me va de lujo, pero de mangas, hombros, cruz y piernas me sobra demasiado, así que tengo que buscar otra opción y me acuerdo de Pedro Domínguez y su mono OMP. Contacto con Raúl Quesada y ya tengo otra funda prestada. Ésta me queda bastante bien, y al ser negro me hace más flaco (o eso dicen), por lo que es la que usaré.

Las verificaciones administrativas se llevan a cabo en Teror, y aunque entiendo la polémica surgida por el triple desplazamiento a mi pueblo (jueves, viernes y sábado) que deben hacer los participantes de sitios lejanos, a mí me supone poder ir casi caminando. Aparte de eso, el sitio es bonito y la bolsa que nos dan (del Donuts) es de tela y aprovechable totalmente. Encima hay bollos de azúcar para merendar. Serían mas lejos que otras veces, pero no he visto mejores verificaciones administrativas. Por cierto, recordar a los que protestaron, que para el rallye de Telde también tuvimos que dar tres viajes a Las Terrazas, y la gente de Teror, Moya, Arucas, Gáldar, etc… no abrimos la boca.

La víspera de la carrera se rumorea que va a llover. Por la tarde ya la amenaza está en el cielo, y a la hora de la ceremonia de salida empieza a “chispear”. Me toca ser el speaker otro año más, pero esta vez sólo durante un rato. A mitad de ceremonia decido marcharme y dejar al mando a Vicente Travieso porque aunque no era lluvia fuerte si que mojaba las cabezas estando quieto, y podía ser presa de un enfriamiento y/o gripe que me dejara KO para el día siguiente. Es por eso que me fui en busca de mi coche y mi piloto y no me bajé más del Clío hasta que ya era hora de irnos a casa. Me gusta colaborar con la organización en todo lo que puedo, pero sin descuidar mi trabajo principal que es ser copiloto, y no me pareció buena idea quedarme bajo la fina pero persistente lluvia mucho más rato.

Parque cerrado. Marco incomparable

Como siempre pasa, pero siempre siempre, la víspera de un rallye se acuesta uno bastante tarde para lo que se supone que debería descansar y teniendo en cuenta que hay que madrugar.
Las 6:30 de la mañana, me pongo de pie, me asomo a la ventana y… sigue lloviendo. En ningún momento ha caído una tromba fuerte, ni siquiera ha pasado de ser un chispeo, pero no ha parado durante casi 10 horas, por lo que está todo mojado. Las carreteras de los tramos, también.
Normalmente los días de carrera no puedo desayunar, pero esta vez me obligo a comer porque tengo la sensación de que el esfuerzo mental va a ser grande. Lo que no falta nunca en mi menú antes de salir de mi casa hacia un rallye es una manzanilla con limón. Asienta “la madre” y serena el alma, por lo menos a mí.

Ya en la plaza de Sintes hay trasiego de ruedas para todos lados. Nosotros para esta carrera contamos con varias ruedas nuevas. En lo que voy a coger la hora y a la revisión de la ropa y el casco, aparecen dos gomas de agua en nuestra asistencia. Para un día que tenemos nuevas, hacen falta de otro compuesto. Momento de tirar de teléfono y de confiar en las amistades. En los dos primeros tramos hay humedades y llueve. En el del Toscón no está la cosa tan mala, pero también hay agua. Nos dejamos aconsejar por algunos pilotos, vemos lo que montan otros… y definitivamente decidimos llevar dos ruedas blandas detrás y dos de agua delante, más otras dos blandas de repuesto.  En el enlace hacia Ariñez justo al pasar por Cueva Corcho, la carretera está totalmente seca. Ya la jodimos. No lo digo pero lo pienso. Curiosamente fue sólo allí, porque ya en la zona de la salida y en todo el tramo en general había bastante humedad y también niebla. Estoy tenso, no me gusta la lluvia. Jony me nota la respiración agitada en los interfonos y me dice que me relaje. Necesito empezar a correr ya.
Hacemos esa primera especial a un ritmo cómodo, teniendo cuidado debido a lo delicado del terreno. Al llegar a meta y coger el móvil me entra un mensaje de Raúl Quesada que dice: “tiempazo”. La monta de neumáticos no nos salió mal y el ritmo era el adecuado.
La bajada del Zumacal sale un poco peor debido a que está más seco, pero no perdemos demasiado. Contactamos con los compañeros de Aterura para que nos digan cómo está el asfalto en el “Caminito de Teror”. Casi todo el recorrido está seco. Sólo hay algo de agua en la zona final. Hay que cambiar las ruedas. Saliendo de Arucas vemos un sitio llano y que no estorba al tráfico y allí nos arrimamos. En lo que Jony afloja los tornillos yo pongo y subo el gato. Quito y guardo la rueda que sacamos y Jony pone y aprieta la nueva. Así por los dos lados.  En total once minutos para cambiar dos ruedas, con el gato original que trae el coche y la llave de cruz. Nada de pistolas. Ni mal está teniendo en cuenta que él todavía arrastra secuelas de su operación de espalda y yo soy el rey de los torpes. Nos subimos al coche escurriendo en sudor, pero… tengo una toalla. Soy torpe, lo reconozco, pero mi cabeza piensa en todo.
Con este cambio, también acertado bajo mi punto de vista, acabamos la primera sección cuartos de la general. En el control stop del Hoyo, el hans del casco de Jonathan se traba y él no puede quitarlo. Lo intento yo y… corte en el dedo. Sangre. Toalla. 
Parece poco, pero casi me desangro
Como la asistencia es larga, cruzo la calle para que me hagan algo en el Centro de Salud. Me curan y me vendan.
Volvemos a tirar de teléfono. En el tramo 1 vive alguien de la familia de Jonathan, en el 2 hablo con el amigo Carlos Yánez y en el 3 siguen los amigos de la escudería. El tiempo ha mejorado algo y la carretera está empezando a secarse. Montamos blandas en las cuatro ruedas, y las dos de agua de repuesto, por si acaso.
El ritmo vuelve a ser bueno y cómodo. Estamos en plena lucha por el podium, pero lo llevamos con calma. Al pasar la meta de San Isidro notamos que la base de la palanca de cambios ha partido tres de sus cuatro tornillos de sujeción y está bailando. Le ponemos dos o tres cintillos (bridas), pero no tiene buena pinta. Jony cambiará pisando el embrague para no tener que tirar tan fuerte de la palanca. Antes del tramo del Toscón volvemos a meterle cintillos por todos lados. Me pongo el casco en la gasolinera de La Cazuela y al subirnos al coche y arrancar… silbidos de los compañeros. Puse el casco de Jonathan encima del techo y… ahí lo dejé. La historia de que después de tantos años los pilotos tengan que ponerse el casco dentro del corte de carretera nos tiene un poco descentrados en ese aspecto. La norma siempre ha sido la misma y está escrita, pero hasta el rallye de Telde se interpretaba de una manera y ahora de otra, por lo que hay que cumplirla a rajatabla. Encima ese es otro de los aspectos protagonizados por el gran Murphy, ya que cuando te pones el casco con tiempo y tranquilo nada se traba, y cuando llegas al control algo justo el hans tiene la tira al revés o el cable del interfono está detrás de la espalda. Algo así nos pasó de camino al tramo 6, cuando por lo dicho de los cintillos en la palanca salimos algo justos y al ser el corte de carretera casi al lado del control horario, cogimos cola de Piletas a la entrada de Las Mesas. Por un momento, o dos, creí que no llegábamos a tiempo, pero al final sí.
Justo antes de salir en ese tramo vemos la grúa en marcha y hay revuelo. Con este casco tan de primera división no puedo oír lo que se dicen los comisarios por las emisoras. Finalmente resultó que casi a la vez pero en diferentes puntos del tramo, el número 4 (Quintino) y el 5 (Modesto) se accidentan. El trabajo de Aterura para despejar la carretera es impecable, no llegando a pasar ni diez minutos para sacar los dos coches del camino, por lo que no peligra la celebración de tramo, lo que nos alegra. A pesar del problema con el cambio, queremos correr.
Llegamos a la asistencia y como ya habíamos llamado previamente, tienen todo preparado para reparar la palanca. También se han roto unos soportes de la cuna del motor, pero eso no es del todo importante. En ese punto, faltando dos tramos para terminar no quiero mirar la clasificación. No la he mirado en todo el día. Al llegar a las metas he ido viendo algunos tiempos a modo de referencia, pero no sé por qué, preferí no meterme en el on line y sacar cuentas. Aún así la gente se me acerca y me va diciendo que vamos segundos de la general. No es que no les haga caso, pero prefiero no creer mucho y mantener la calma.
Antes de salir en Ariñez me llega un mensaje. El tercero está a 4 segundos. Que no quiero sabeeeeer.
En la última bajada hasta San Isidro hay mucha niebla, pero mucha mucha. Apenas se ve más allá del morro del coche. Le digo a Jony que casi seguro el tercer puesto está asegurado si conseguimos terminar, que no es poco. Él me dice que sí, que tendrá cuidado. Los dos sabemos que el ritmo que hemos llevado todo el día es muy cómodo y seguro, y encima los tiempos están saliendo, así que esa es la manera. La primera parte está muy complicada porque no se ve casi nada y patina. Del cruce hacia abajo la cosa mejora y aumentamos el ritmo, mucho. En los últimos dos kilómetros nos volvemos locos. Cuando pasamos por meta, antes de quitarse el casco Jony me dice, textualmente: “enajenación mental transitoria”. El resultado es aventajar en más de 20 segundos al equipo que venía detrás. El coche corre mucho y nos conocemos la carretera, pero sinceramente y con perdón, le echamos huevos y un poco de locura. A fin de cuentas esto es una carrera y en el momento justo, donde quizás podíamos haber guardado la ropa, nosotros seguimos nadando y arriesgamos. Salió bien.

Enlace del vídeo interior de ese tramo: 

Queda un tramo. Paramos a ponernos los cascos en la vuelta de Los Pájaros, llegando a La Laguna. Jony dice que mire a ver cómo vamos para saber el ritmo que tenemos que usar. Vamos segundos, el tercero a 26 y el cuarto a 38. Tenemos el podium en la mano, pero… super Murphy aparece de nuevo y nos señala el parachoques delantero, que está lleno de aceite. ¿Y esto? No me jodas…
Abrimos el capó, quitamos el parachoques y damos con el fallo. Una tuerca del radiador de aceite está pasada y hay una fuga. Miramos el nivel y está cerca del mínimo. Hay que hacer el tramo que queda con un ojo en el reloj de presión de aceite y si se viene abajo, parar, no queda otra.
Voy mirando todo el camino, todo. La aguja no se mueve del sitio correcto. Pasamos por Los Chorros y sigue todo bien. Pienso en decirlo pero estoy seguro de que Jonathan también está mirando. Voy haciendo tantas fuerzas que en algún momento pienso que la aguja no ha bajado porque yo la atraigo hacia mí con un campo magnético que voy generando de apretar tanto el culo contra el sillón. Pasamos la meta, el tiempo es bueno y le doy las felicidades y las gracias, pero… no me fío. El amigo Ismael Rodríguez, del equipo de Radio Las Palmas nos felicita por el segundo puesto. Espera a ver, que tenemos que llegar de Los Castillos a Teror y picar en el último control. El amigo Aday está en esa meta y nos dice que no hay mucho aceite en el parachoques. Paramos a mirar el nivel, que ahora está un poco por debajo del mínimo, pero nos dará para llegar a la meta final. 
Por las cosas de la vida, mi padre iba pasando por la rotonda justo cuando íbamos a arrancar, así que foto “celebrando el triunfo”. Sonrío porque estoy contento, pero a la vez sigo tenso. 
Faltaba llegar a Teror. Véase el aceite en el suelo.
De camino a Teror el móvil echa humo. Me emociono al leer mensajes que me van llegando. Al entrar en la calle Real casi todo el mundo es conocido. También durante el rallye he visto muchas caras cercanas en los tramos. Les pido disculpas por no poder saludarlos, pero voy tan concentrado que aunque los veo, no me da tiempo a pensar.
En todo momento durante los kilómetros cronometrados, los conocidos y los que no, se echan las manos a la cabeza con las llamaradas laterales que suelta el coche por el tubo de escape. La verdad que son una pasada y nos alegra que les gusten. No sé si en prestaciones eso significa algo (ya sabes que mis conocimientos de mecánica se limitan a saber donde están las trabas del capó), pero estéticamente queda muy bien en las fotos y los vídeos.
Toca la ceremonia del podium. Hemos quedando segundos. En algún momento nos abrazamos. Lo hemos luchado. Huelga decir que si nuestro coche queda tan arriba es porque otros con mejores prestaciones han tenido que abandonar, pero eso forma parte de las carreras. No obstante ya desde el tramo 1 íbamos cuartos, así que algo de mérito debe tener por nuestra parte, digo yo.
Pasamos la rampa de meta con nuestras hijas cogidas. La sensación es inigualable. Los compañeros comisarios de Aterura nos tiran confeti y nos aplauden. Los señalo con la mano a modo de dedicatoria. Son parte de este éxito. Descorcho el champán y me lo tiro por encima. Bebo un trago. Está amargo y caliente, pero en estas circunstancias me sabe rico. De Jonathan no sé, porque aun hoy cuando yo escribo esto o tu lo estás leyendo, creo que él sigue intentando abrir la botella.
Recogemos varios trofeos y nos hacemos cientos de fotos. Según parece, somos los terorenses que más arriba han quedado en el rallye del pueblo en sus treinta y cinco años de historia. 
Con mis trofeos...y las copas.
Ahora es cuando el cuerpo se relaja y empieza uno a notar los dolores, moliendas y demás. Por supuesto, que no falten las uñas negras. Al bajarme del coche no me olvido de llamar a Miguel Quintino. Mucho ánimo para él y Carlos.
Voy a ir terminando y como otras veces lo suyo es dar las gracias. Primero que nada a Jonathan por permitirme conseguir este éxito y dejarme guiarlo con mi voz y mis relojes por la niebla y las humedades. A su familia. Al equipo de asistencia y patrocinadores que siempre están ahí, antes, durante y después. A esa buena gente que nos atendió por teléfono para decirnos cómo estaba el suelo en cada tramo. Raúl y Osmundo, que son parte de mi vida carrerista. Mis amigos y mi familia, que estuvieron al tanto todo el día. Como ya dije, a los escuderos de Aterura, que hicieron un rallye de notable alto (sobresaliente no, porque siempre se puede y se debe mejorar).
Leti y Aroa, lo mejor que me ha pasado en la vida, bastante mejor que quedar segundo, y hasta primero. 
Y me parece que nada más. No quiero olvidarme de mandar un mensaje de ánimo a los compañeros que por una razón u otra no pudieron acabar la carrera o a los que no pudieron ni siquiera salir. Las rachas siempre pasan, y aunque es duro, hay que tener la paciencia suficiente para esperar. Yo hace 5 años iba a “jubilarme”, luego fui volviendo y ahora mira a donde llegué el otro día, así que mucho ánimo y tranquilidad que todo llega, siempre. Felicidades también a los que cumplieron su objetivo.
Casi lo último. Nuestro deporte está pasando por un mal momento. Por diversas circunstancias que todos sabemos nos están mirando con lupa, así que tengamos sentido común. El otro día había gente muy mal situada en muchos sitios. Por ejemplo en el tramo 4, por debajo del cruce de Arbejales, en una frenada muy fuerte a la que se llega rápido, justo en la tangente de la curva había un gran grupo de gente. Te juro que se me erizaron los pelos y me dieron ganas de mandar a parar el coche, bajar el cristal y preguntarles si creían que el tramo era subiendo. No podía creer que estuvieran allí. Luego supe que hasta que pasó el coche 0 no estaban, y luego se pusieron. Quizás se creen que son más listos que nadie. En fin…
Termino ya. Muchas gracias como siempre por perder parte de tu tiempo para leerme. Me da vergüenza decirlo, pero al acabar el rallye mucha gente me daba las felicidades acompañando su frase con un “estoy deseando leer el blog”. Lo agradezco, pero no sé si podré mantener el nivel en cada relato. Espero no decepcionarte esta vez. 
En principio la siguiente cita con mi casco será en Maspalomas, rallye que aunque me queda lejos, siempre me ha gustado. 
Allí nos vemos. 
Recuerda, usando la cabeza se llega lejos. Lo único que tienes que hacer es ser mas listo que las adversidades del momento, y ellas no saben pensar.
Saludos.
 
Fin de rallye. Vuelta a la vida.






lunes, 21 de septiembre de 2015

Previo del 35º RVT: a correr en casa, pero no en pijama.

Muy buenas. Poco que contar en esta previa del próximo rallye. Volvemos a ponernos el casco en nuestro pueblo por novena vez, que no son pocas.
Después del buen papel que hicimos en Telde, toca refrendarlo con una actuación mejor si cabe, y a eso vamos. El coche está revisado y preparado para dar lo mejor de sí en unos tramos que son repetidos del año pasado, lo que ha hecho que entrenemos poco pero bien, como casi siempre.
Se ha reasfaltado la última parte del tramo 3, por lo que pierde botes y baches, y sobre todo, pierde el poco encanto que le quedaba con la reparación de la primera zona el año pasado. Aún así es la carretera por la que los terorenses hemos circulado toda la vida más de un millón de veces, por lo que estamos contentos de que se vuelva a hacer. Los otros dos tramos también son de nuestro agrado y bajando, lo que beneficia a los “pesos pesados” como yo.
A estas alturas de año preparar un rallye se va volviendo más fácil, bien sea porque ya tenemos todo por la mano o porque todo está en su sitio después de varias carreras.
A nivel personal, hemos intentando seguir con la preparación física correspondiente, aprovechando para dar una pasada “de entrenos” desde Tamaraceite a Teror corriendo a pie y tardando bastante más que en el coche de carreras. Lo más destacado de esta mi primera carrera running, es que cuando pasábamos los de la cola ya no quedaba agua en los avituallamientos, que curiosamente era de la marca Toscal, cuando uno de los patrocinadores de la prueba era Agua de Teror.
Cada año que pasa cualquiera de mis monos me queda más estrecho que el anterior, y eso que sigo practicando el  habitual “hambring”, o intentándolo. Si el 2016 seguimos en la brecha, los reyes magos de oriente van a tener que traerme una funda más grande y más ancha. Intenté conseguir nueva equipación para estrenarla en Teror, pero no había tallas para mi frondosa barriga, y mandarlo a fabricar tardaba mucho, por lo que será mejor dejarlo pendiente. Si alguien tiene algo en 58 más o menos y no lo va a usar, que me lo preste y yo se lo devuelvo lavado y perfumado, y si no, pues volveré a ponerme uno de los míos aunque tenga que ir todo el día con la tripa “metía pa dentro” y los cataplines colocados en vertical en vez de horizontal y natural.
Otro de los temas que teníamos pendientes de solucionar era la grabación del audio de los interfonos en el on board, y finalmente no se puede hacer debido a que la cámara que tenemos no contempla esa opción, por lo que lo seguiremos recogiendo las imágenes pero no nuestros comentarios. Igual es mejor así, para poder seguir diciendo chorradas sin que nadie lo sepa, aunque la verdad es que tanto Jony como yo solemos ser bastante serios…con el casco puesto.
Nada más te cuento, en breve sabremos el número que portaremos en las puertas y los rivales con los que habremos de competir.
Reiterar como siempre el agradecimiento a mi mujer y mi hija por permitirme perder mi tiempo con este jodido vicio y gracias a ti por perder estos minutillos para leerme. Nos vemos en Teror, por 35ª vez, y por favor, haz caso de los comisarios de seguridad y como nunca se puede controlar todo, ponte en alto y usa el sentido común, no es tan difícil.

Saludos. 

lunes, 3 de agosto de 2015

Rallye de Telde 2015: Refuerzo de autoestima, con triste final.

Saludos. Todavía con el cansancio de un intenso fin de semana volvemos al teclado.
A modo de introducción, el resultado. 13º de la general, 3º del grupo TA, 4º de la categoría 2 y 4º de la Maxi Rallycar Challenge. Todo eso en cuanto a números, aunque lo que vale, y más teniendo en cuenta cómo se dieron las cosas al final, es que llegamos a la meta, y eso tal y como iba el año, es muy importante.
Ahora paso a contarte la historia que vivimos esta vez para llegar a la conclusión antes expuesta.

Nos asignaban el número 17 en la lista de inscritos. Al no tener ningún resultado este año era casi normal, y a mi no me disgustaba la idea de llegar siempre después que los rivales. Así puedes mirar sus tiempos y calcular a la antigua usanza, sin tener que mirar el on line y acabar con los datos fritos.
Desde el jueves empezaron lo viajes a Jinámar. Las verificaciones administrativas son como siempre un trámite más tradicional que otra cosa, pero ya se respira ambiente. El viernes todo está en orden, y a mediodía no puedo resistir la tentación de enviarle un whatsapp a Jonathan para saber si todo iba bien en el desplazamiento del coche. Dicen que de las malas noticias se entera uno rápido, pero me parecía raro que no surgiera algo de última hora. Mejor así. Las verificaciones técnicas y la ceremonia de salida se hacen sin mayor novedad, con la salvedad de que sin estar programado, la organización del rallye decidió hacer un briefing en la rampa de salida, con un equipo de sonido que tenía menos potencia que unos auriculares del chino y estando los coches a unos 50 metros de distancia, así que por lo menos yo, no me enteré de nada. Si hubiera estado en el programa horario con hora y lugar, todos habríamos rondado la zona y estado pendiente. En fin, por lo que luego se supo no dijeron nada relevante.

Sábado 1 de agosto. No hace calor ni en Teror ni en Telde. Me alegro. Llevo bastante mal las altas temperaturas y con todo el disfraz de copiloto puesto pues peor, así que estando la cosa fresca ya cojo más confianza de la que tenía, que no era poca. Al final la temperatura no llegó ni a 30 grados en todo el día, llegando incluso a lloviznar en algunas zonas. Para ser la fecha y el sitio que era, condiciones extrañas pero favorables, para los coches, sus ocupantes y también para los aficionados y organizadores.

La primera sección nos la tomamos con calma. El coche está en modo “a prueba de fallos” y no queremos cagarla. A estas alturas de la película no tenemos nada que ganar y hay que ir con cabeza. Cada vez que Jony me dice algo de que se puede mejorar yo le contesto: “tranquilo, esto acaba de empezar”.

En el Parque Cerrado, esperando la batalla.

En la salida de Los Cuchillos 1, tramo que al final no corrimos por una neutralización, estuvimos más de media hora con el casco puesto esperando que los organizadores decidieran qué pasaba. Menos mal que había sombra y se estaba fresquito. Si nos pasa esa situación con una ola sahariana de esas, la ambulancia no hubiera dado abasto. De esos momentos me quedo con el gracioso look vacacional del jefe de tramo, el gran Manolo Bassó. Con sus pantalones cortos de campaña y sus náuticas rojas sin calcetines, estaba como salir corriendo a solucionar un problema en pleno tramo.  
También como anécdota a destacar, en la bajada de Los Picos (creo, igual fue en Cuatro Puertas) veo como Jony va mirando al suelo en pleno tramo y no sé lo que pasa, pero no me da tiempo a preguntarle. Al final resultó que se había salido la boquilla de su “camelbag” y el Powerade se había regado por debajo de los pedales, por lo que le resbalaban los pies. Cuando se secó pasó a un estado pegajoso que venía hasta bien.
Entre sección y sección vamos al centro comercial Las Terrazas, sin duda un lujo de sitio para ubicar un parque de trabajo. Asfaltado y llano, con todo tipo de servicios (baños, bares, tiendas, supermercado…) con accesos fáciles y aparcamiento a la sombra para todo el mundo. Entiendo que las demás carreras hacen lo que pueden y sobre todo, dónde pueden, pero el Telde se apunta siempre un tanto a favor con esta ubicación.

Para la segunda sección montamos unas ruedas viejas (más viejas que las de por la mañana, porque nuevas no teníamos ninguna) pero más duras por si se calentaba la cosa. No nos fue muy bien, pero gracias a eso, pudimos guardar las blandas para la última parte del día. En la meta de Cuatro Puertas 2 nos damos cuenta de que hoy si que nos estamos divirtiendo. Varias veces ha salido de la boca de Jonathan un “yupiii” o “yiiiija” al llegar a las metas. Si él se lo está pasando bien es que va disfrutando y eso es porque mi trabajo está bien hecho y le da para ir cómodo, por lo que me apodero de sus gritos de júbilo y los transformo para mí mismo como signos auto-confianza. Desde el punto de vista profesional, es importante que se valore mi trabajo, y muy bueno que también lo valore yo mismo y además, sinceramente, también me lo estaba pasando que te cagas.  

En este rallye los enlaces aparte de ser fáciles y sin complicaciones, eran muy cómodos en cuanto a tiempo. Sobraban siempre más de 15 minutos para poder estar parados y descansar, sin llegar a ser demasiado para empezar a enfriarnos. En la zona de Casa Pastores paramos al lado de una acera, y se dieron dos de las cosas de las que uno no se olvida aunque pasen los años. Como había tiempo y unas palmeras "camufladoras", decido ir a orinar. Hace viento. Suelo de tierra. Patadita al piso a ver hacia dónde va el polvo para no evacuar en contra del aire. Trucos de gente del campo, todo controlado…o no. Sale el chorro y se viene contra mí. Estaba virado hacia el este. Giro al sur, peor. Giro al oeste, imposible. Giro al norte…bien pero tarde. Conclusión: me había meado las botas y el mono. No tenía agua que echarle y mezclar aquello con Powerade no venía en ninguno de los remedios caseros que conozco, así que dejé que me diera el aire y listo. Encima para rematar la faena, cuando me subo al coche con el casco puesto y me abrocho los 5 puntos del arnés, la puerta no cierra. Ya leíste que estábamos al lado de una acera, pues claro, cuando me bajé abrí la puerta un poco, pero para subirme con el aparatoso casco la abrí del todo, trabándose el bajo contra el bordillo. "Levanta el culo" me dijo Jony, pero no. Tuve que soltarme y casi bajarme para poder salir de aquel problema. En fin, como el día iba bien y teníamos tiempo, nos lo tomamos a la carcajda limpia. Yo concretamente iba hasta meado, pero no de risa. 

Volviendo a la competición, casi sin darnos cuenta y sin agobiarnos por ello, estamos manteniendo una bonita lucha con varios equipos. Hay 4 coches en menos de 10 segundos y como por la cabeza del rallye la cosa está descafeinada, centramos la atención de la gente.
Por esa lucha (y porque no teníamos otra cosa), para la última sección volvemos a poner las ruedas que usamos por la mañana. Salimos a ella y cruzamos la meta de Los Moriscos octavos de la general.
Llegando a Arinaga el volante está como raro. Paramos en una gasolinera y resultó ser que no es el volante sino la propia barra de dirección la que está floja. Tenemos la herramienta adecuada y se puede arreglar.
En la salida de la Era del Cardón el amigo Nuez me dice algo del DNI en la boca, pero prefiero no contestarle. No le hizo falta. Hicimos el tramo a un ritmo brutal, encochinados con el mundo. En el top intermedio pico 7 segundos mejor, pero no se lo digo porque interpreto que el ritmo es muy bueno y apurarlo yendo con ruedas tan usadas puede ser peligroso, y si se confía también puede ser mala cosa. Si estuviéramos jugándonos un campeonato o una copa, sí le hubiera cantado esa referencia, pero estamos en agosto, tenemos tres ceros como tres soles en lo que va de año, y en aquel momento mi lado prudente decide que me quede callado. En la meta mejoramos 11,4 el tiempo de la pasada anterior y nos ponemos sextos. Lo hemos pasado bomba en esos 13 kilómetros.

Foto: Click racing

Nos queda un solo tramo, que a pesar de ser el último habrá que hacer rápido para intentar mantener lo conseguido, pero…nuestro gozo en un pozo. Cuando me subo en Agüimes después de volver a poner gasolina (ponemos varias veces durante el día en tandas de 10€ para no llevar demasiada carga) echo de menos mi lápiz. No es que sea especial, pero es el que llevo usando todo el día. Lo busco pero no está. Cojo otro. Arrancamos y se oye un ruido, como si hubiéramos pasado por encima de una piedra. Seguimos avanzando y el ruido va a más. Paramos y buscamos algo, hasta que nos damos cuenta de que se ha echado fuera la rótula de la copela de la suspensión y está dando golpes contra el capó. ¿Mala suerte por perder el lápiz? Supongo que no, pero vaya casualidad...
No es de extrema gravedad, pero si lo suficiente como para no poder correr más. Pensamos en retirarnos, pero decidimos hacer el enlace entero despacio y llegar a la salida a ver que pasa. Desde allí llamo al amigo Raúl Quesada que aparte de gran piloto es excelente mecánico, y le explico el problema. Me dice que si vamos despacio no va a pasar nada, pero que hay que tener cuidado. Me insiste en que no nos retiremos, que seguro que llegamos a la meta final. Así lo hicimos. Bajamos el último tramo a 50 por hora y perdemos parte de lo conseguido durante el día, pero llegamos. En el cruce de Lomo Magullo el propio Raúl nos aplaude al vernos pasar. Su cara de tristeza me hace soltar alguna lágrima. Somos amigos desde hace muchos años y él conoce de esto. Sabe que lo estamos pasando mal dentro del coche. Si la avería hubiese sido en otro momento nos hubiéramos marchado para casa, pero faltando un tramo había que terminar. Quizás podríamos haber corrido un poco más, pero nunca al ritmo que necesitábamos para seguir en el top ten, así que valía más minimizar los riesgos. Al pasar la meta y también una vez pasado el último control del rallye le doy las gracias a Jonathan. Siempre lo hago, y siempre lo haré, con él y con quien quiera que me suba. 

Ahí la avería en cuestión.
En lo que debemos apuntar para estudiar y aprobar en septiembre es el tema de la cámara. Se suponía que este año con los interfonos nuevos se podría grabar el audio de nuestras voces a la vez que la imagen, pero en el Islas Canarias no habíamos conseguido el conector (yo compré uno pero no era), en el Gran Canaria se perdió la tuerca de sujeción y no pudimos ponerla. Ahora en Telde, al poner el cable de entrada de audio la pantalla se quedaba en negro y no grababa. Pensamos que era la batería y la dejamos cargando en la asistencia, y cuando volvimos a ponerla hizo lo mismo, por lo que al final sólo grabamos los tramos 7 y 8 y sin audio. Esperamos encontrar una solución.

Pica en este enlace para ver el on board del TC 7: Cuatro Puertas 3.
https://www.youtube.com/watch?v=FGj1JiCfUVk&feature=youtu.be

En lo que esperamos para pasar por la rampa de llegada (espera que duró dos horas, lo nunca visto), recibo la noticia de la muerte de Angelito Ortega, y si ya estaba de mala leche por lo de la avería, esto me remata. Me sentí de esa manera impotente y extraña que todos hemos vivido alguna vez cuando se nos va alguien cercano y querido, que sin ser familia, te das cuenta de que le tenías mucho aprecio y nunca lo habías pensado. Angelito era una persona mayor con una mentalidad joven. Era el presidente de la Asociación de Vecinos de Madrelagua, el barrio de mi mujer, en el que por las cosas del puto destino, se estaban celebrando las fiestas estos días. Y lo peor no es que fuera el presidente ni que eran las fiestas, lo peor es que Angelito era buena persona. En fin, la vida es así. Deseo que descanse en paz y que como siempre hacía, todas las historias que siga contando las acabe riéndose, porque todo lo que había vivido lo recordaba con buen humor.
Con eso y con todo, que si rampa que si grúa y que si viaje a Teror, desconectamos el modo rallye a las tantas, y ya siendo lunes y habiendo descansado poco por haber acompañado a la familia del desparecido Angelito “machete”, me vino a la cabeza la posibilidad de que por haber quedado cuartos de “la copa Hankook” nos pertenece una rueda nueva gratis, que con otra que tenemos por allí suelta ya tienen la etiqueta de “reservadas para Teror” sin tener que gastarnos los cuartos.

Nada más amig@s, me despido felicitando a los que consiguieron alcanzar la rampa final, mandando ánimo a los que no lo lograron y como siempre dando las gracias a los patrocinadores de nuestro equipo que hacen posible que estemos viviendo todo esto, al equipo de asistencias por el curro que se pegan, a las familias por darnos el permiso y el apoyo para disfrutar de este vicio tan complicado de quitar. Gracias también a Jonathan Nuez por seguir proponiéndome la responsabilidad de guiarle con mi libreta por esas carreteras del mundo.
No se me queda atrás felicitar a mi amigo Diego por haber conseguido llegar a la meta.
Por la parte que me toca, nunca me olvido de mi mujer Leti y mi hija Aroa, que aunque las cosas salgan mal, y también cuando salen bien, siempre están detrás de mi con una sonrisa y un beso preparado. Eso si es una recompensa y no una rueda gratis jajaj.
También gracias a ti por leer este tostón y recuerda que si me ves por ahí, estoy abierto a consejos, críticas y a lo que estimes oportuno. Siempre se puede mejorar, en el copilotaje y en la escritura. También agradezco a quien se me acerca y me dice que siempre me lee y le gusta. Eso me da ánimos para seguir tecleando.

Feliz agosto a todos. Nos vemos en el rallye de mi pueblo, para dejarnos el alma, caminito de Teror y recuerda, preparar las cosas bien sirve para a la hora de la verdad, tener tranquilidad para disfrutarlas.